No es muy común que la NASA informe que una “señal misteriosa” los está intrigando, pero eso es exactamente lo que sucedió el día de ayer en un comunicado liberado por la agencia americana. Las cosas están así: una señal misteriosa de rayos X se encontró en Perseo, un cúmulo de galaxias, por los observatorios Chandra y ESA.
Los resultados de ambos observatorios apuntan hacia una delgada línea de emisión no identificada de rayos x que tienen un pico de intensidad en una longitud de onda especifica del espectro de la radiación electromagnética. Esta línea proviene de Perseo y se ha encontrado un efecto similar en otras 73 galaxias.
Ahora vamos a especular un poco, y sí,ya sé que la ciencia no se basa en especulaciones pero un poco de optimismo científico nunca le hizo daño a nadie. Esra Bulbul del Centro Smithsonian para Astrofísica en Cambridge propone una explicación para este fenómeno: los neutrinos estériles.
Constelación de Perseo / NASA
Los neutrinos son esas partículas que se hicieron famosas por “viajar más rápido que la luz” cuando tu experimento está mal ajustado y por ser esas partículas que todo mundo creía carecían de masa, hasta que se descubrió que la masa era demasiado pequeña para medirla fácilmente. Los neutrinos estériles son un tipo de neutrino hipotético que solo interacciona con la gravedad y que es la respuesta favorita de varios físicos para explicar la materia oscura.
La materia oscura no es más que un tipo de materia que no podemos observar directamente, de ahí el nombre, pero cuya existencia podemos deducir en base a sus efectos gravitacionales. En teoría esta línea de emisión de rayos X podría ser la firma del decaimiento de los neutrinos estériles y no daría una confirmación de “observación” de la dichosa materia oscura. Aunque siempre queda la opción de que alguien aplique el principio de parsimonía y explique, modificando la teoría conocida, la línea de emisión usando materia “normal”.
Cabe resaltar que en 2006 la NASA encontró evidencia de materia oscura con el telescopio Chandra usando en efecto conocido como “lente gravitacional“, pero jamás se ha observado directamente su firma.