Recientemente, el debate acerca de gobernanza de Internet se puso un poco de moda. Mucho tuvo que ver Edward Snowden y el actuar de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos. Los sorprendidos por este tipo de conductas fueron muchos, aunque se tratara de un secreto a voces y sin importar que más de una nación las lleve a cabo. Y es que utilizar Internet como un medio de control es una tentación perversa que pocos gobernantes resisten.
Ya sea para intentar garantizar la seguridad de los ciudadanos, controlar la información que es difundida o simplemente por mera paranoia, muchos Estados recurren a tácticas de control y vigilancia en Internet. Aquí enumero algunas, no como una justificación para los gobiernos, sino como una aproximación para entender mejor lo que pretenden hacer con Internet y con las telecomunicaciones, que finalmente son la puerta de entrada a la red.
Lucha contra el crimen
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Últimamente muchos actores gubernamentales han querido vendernos la idea de que a mayor vigilancia, tendremos mayor seguridad. Esto es controvertible por muchas razones. Primero, sería necesario confiar ciegamente en las autoridades que tendrían – o tienen – acceso a los datos personales de los usuarios de servicios de telecomunicaciones. Y también sería necesario que fuéramos tan ingenuos como para pensar que si el gobierno utiliza tecnología, los criminales no lo harán.
Tampoco hay que cerrar los ojos a las conductas delictivas que se cometen con ayuda de Internet. Hay casos lamentables y repudiables como la pornografía infantil o las estafas en línea. Sin embargo, no hay que perder de vista que estas conductas ya ocurrían antes de la aparición de Internet y hacen uso de ella solamente como una evolución tecnológica. Por eso tiene poca utilidad aplicar castigos más severos a un delito cometido a través de Internet si seguimos sin atacar la raíz del problema (no podemos seguir confiando en ayudar a un heredero a cobrar su fortuna en Timbuctú). Y no, poner al gobierno a monitorear todo lo que circula por Internet tampoco es una buena idea.
Control de la información
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Esta parece ser la razón más evidente y, al mismo tiempo, la menos justificada. Un gobierno que controla el flujo de la información tiene, al mismo tiempo, un control importante sobre la opinión pública. Perdón por la insistencia, pero en el caso de Snowden, sus filtraciones no habrían tenido el mismo impacto ni habrían alcanzado a tantas personas de no ser por Internet.
Desde este enfoque, no sorprende tanto que gobiernos como el de Turquía pretendan censurar los intercambios en redes sociales, llevando incluso a juicio a algunos tuiteros. El hecho es que los turcos no son los únicos que están cediendo a la tentación y cada vez conocemos de más casos que intentan ejercer este control bajo diversas justificaciones (saludos, México).
Protección de otros derechos
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¿Se acuerdan del ACTA y de su mutación en esteroides incluida en el TPP? Son el ejemplo perfecto de la justificación gubernamental para proteger algunos derechos sin importar el respeto por los principios de Internet. Aquí el principal argumento del gobierno – y de las sociedades gestoras de derechos de autor – es que endurecer las medidas para proteger los derechos de autor fomenta la innovación.
Lo que se pierde de vista es que el acceso a Internet no es utilizado únicamente para intercambiar materiales protegidos – o no – por derechos de autor. Defender disposiciones como las contenidas en estas propuestas implica también el desconocimiento del ecosistema de Internet y de la evolución que han mostrado algunos actores dedicados principalmente al la industria del entretenimiento.
En resumen, el enfoque desde el que se aborde un problema es determinante para plantear posibles soluciones. En todo caso, lo deseable cuando se trata de problemas relacionados con Internet es que las soluciones surjan de trabajos que incluyan diversos puntos de vista. De lo contrario, seremos testigos de una proliferación de iniciativas que le dejen la puerta abierta a los gobiernos para controlar el tráfico en Internet basándose en diversos pretextos motivos.