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Ladar Lavison habla sobre el cierre de Lavabit

Meses después del cierre forzado del mail ultraseguro, su creador narra detalles sobre el fin de dicho servicio por presión del gobierno.

Ladar Lavison es el creador de Lavabit, un servicio de correo electrónico cifrado desarrollado a partir de la preocupación por la privacidad de las y los usuarios,  cerrado por él mismo luego de una solicitud de parte del gobierno de los Estados Unidos. Lavison escribió en el medio inglés The Guardian las razones sobre el cierre del servicio que alcanzó 410 mil usuarios, entre ellos, Edward Snowden.

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Hasta la puerta de Lavison llegaron dos agentes federales solicitando instalar sistemas de vigilancia en los servidores de Lavabit, un sistema de correo que, en todo su desarrollo, veló por la privacidad completa de sus usuarios y usuarias.

“Los agentes federales luego afirmaron que su orden de la corte me obligaba a entregar las claves de cifrado privadas de mi empresa, y me opuse. Decían que necesitaban las contraseñas de mis clientes -que habían sido enviadas con seguridad – para que pudieran acceder a las versiones de texto sin formato de los mensajes de los clientes que utilizan la función de almacenamiento encriptado de mi empresa”, narra Lavison.

Luego de un largo periplo buscando asesoría legal con una firma que entendiera las muy específicas necesidades de su caso y trabajando reactivamente contra el poco tiempo que le había asignado una corte en Virginia, lejos de su lugar de residencia. Debido a la premura de los hechos, la corte en donde residía la demanda contra Lavison solicitó las claves y fue cuando el dueño de Lavabit hizo su famosa táctica dilatoria, la que fue considerada un desacato, quedando sin derecho a una audiencia para poder apelar.

En este momento, y ante este panorama, mientras en redes la gran base de usuarios y usuarias del servicio, así como los interesados en la privacidad en internet, permanecían expectantes y sin mucha información debido a la discreción que debía guardar el creador de Lavabit, este tuvo que tomar una decisión difícil.

No me había dedicado 10 años de mi vida a construir Lavabit sólo para convertirme en cómplice de un plan que me pareció que habría implicado una violación artera a la privacidad de de mis clientes. Sin ninguna alternativa, la decisión era obvia: tuve que cerrar mi empresa.

Lavison concluye que un asunto de tanta importancia no debe manejarse de forma tan secreta ya que “si permitimos que nuestro gobierno continúe operando en secreto, es sólo una cuestión de tiempo antes de que usted o un ser querido se encuentra en una posición como en la que yo estuve, de pie en una sala de tribunal secreta, solo, y sin ninguna de las protecciones significativas que de siempre se supone que son para la defensa del pueblo contra el abuso del poder del estado“.

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