Brasil fue uno de los países que reaccionó de la forma más dura cuando Edward Snowden reveló los masivos programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los Estados Unidos, pues se reveló que además de espiar a los ciudadanos brasileños, la agencia también husmeaba las comunicaciones entre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su equipo de asesores.
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Ante esta situación, el gobierno brasileño presentó una novedosa legislación que protege la privacidad de los usuarios de Brasil, así como también garantiza el derecho al acceso igualitario a Internet.
La legislación, llamada Marco Civil da Internet pero apodada «La Constitución de Internet», fue aprobada ayer por unanimidad en el senado de Brasil, y ahora solo falta que sea firmada por Rousseff para ser implementada en el país.
La legislación ha sido alabada por los expertos, como por ejemplo por Tim Berners-Lee, por balancear los derechos y responsabilidades de los usuarios, gobiernos y corporaciones, mientras que a la vez asegura que Internet continúe siendo una red abierta y descentralizada.
Para asegurar la aprobación de la ley, Rousseff debió modificar una serie de medidas, entre las cuales la más relevante era forzar a las empresas de Internet a guardar la información de los usuarios brasileños en data centers al interior del país.
En vez de ésto, la ley dice que las compañías como Google o Facebook deben someterse a las leyes y cortes brasileñas en casos que tengan que ver con información acerca de brasileños, incluso si los datos están resguardados en servidores en el extranjero.
Afortunadamente, el gobierno sí logró imponer una medida que asegura los principios de la neutralidad en la red, la que tuvo una feroz oposición por parte de los ISP, y que garantizaría que las compañías de telecomunicaciones no puedan cobrar de forma diferente a ciertas empresas en Internet (como Netflix o Skype) por ofrecer sus servicios a los clientes.
Link: Reuters