Ante varios cientos de estudiantes de la UNAM en la Ciudad de México en donde presentó por segunda vez un disco, René Pérez Joglar, mejor conocido como Residente, vocalista y compositor de Calle 13, invitó a todos a que su más reciente producción Multiviral la piratearan si no tenían dinero suficiente para comprarla.
“El disco está a la venta, pero si no tienen plata, pues lo piratean. Esa es la propuesta de nuestra discográfica, que quizás se va a la bancarrota pronto”, dijo el puertorriqueño en alusión a El Abismo, el sello discográfico independiente que ha fundado junto a su medio hermano, Visitante. Aunque no hay cifras oficiales sobre cómo han ido las ventas del más reciente disco de Calle 13, dicho material vendió 100 mil unidades en la primera semana de venta. Es decir, no parece que a primera impresión haya representado daño alguno la invitación a piratear.
Es 2014. Parece lejano el 2007 cuando Radiohead suscitó molestias en la industria discográfica al lanzar In Rainbows bajo la modalidad “paga lo que creas que vale”. El disco no representó pérdida alguna para la banda y Yorke y compañía supieron capitalizar la atención por este modelo de innovación. «Me gusta la gente de nuestra discográfica, pero […] sí, probablemente nos dé cierto placer perverso decir “Vete a la mierda” a su modelo disfuncional de trabajo», dijo Yorke en referencia al modelo discográfico preponderante.
Un detalle en la estrategia de Calle 13 es que a la par del lanzamiento del disco emprendieron una gira mundial y podríamos conjeturar que con ello buscaron un camino seguro en la vía de la rentabilidad. No es noticia para nadie la alta rentabilidad de los conciertos masivos, que se multiplican en un creciente negocio por muchos puntos y son una de las fuentes principales de ingresos de los músicos.
Según CNN, Coachella generó en 2013 ganancias por 43 millones de dólares. Para la gente incluso que piratea discos, el gasto que puede generar asistiendo a un concierto masivo (entrada, comida, bebidas) podría superar por mucho a la que no se permitiría gastar en discos tradicionales o en copias digitales. Pensemos cuánto hemos gastado en festivales como Lollapalloza Chile o el Vive Latino en México, en el que la entrada para tres días ronda los 130 dólares y una cerveza, unos 5. Casi tres veces lo que en un supermercado.
Diversificar el uso de la música: el caso de Silvadealegría!
(cc) SilvadeAlegría! / Facebook
Los modelos de distribución en la música, gracias a lo digital, están cambiando. Son cada vez más las y los músicos que eligen modelos alternativos para hacer llegar a sus escuchas sus obras, incluso ocupando licencias Creative Commons para ello. Si, la misma de Wikipedia que permite reproducir, reutilizar y remezclar atribuyendo debidamente.
Entrevistamos a uno de ellos: Sergio Silva, compositor y vocalista de la banda emergente Furland, quien ha ocupado una estrategia diferente para su proyecto Silvadealegría!.
FayerWayer: ¿Que te motivó a usar la licencia Creative Commons en tu proyecto?
Sergio Silva: Desde el principio quise que fuera un proyecto muy libre, que la gente pudiera escuchar gratis y pagar lo que quisiera por descargar mi música, y que si a alguien quiere usar mis canciones para crear algo nuevo en cualquier disciplina artística es libre de hacerlo, así que el modelo de licencia de Creative Commons era perfecto para todo eso.
FW: ¿Como supiste de este uso de licencias?
SS: A través de algunas plataformas para subir música como soundcloud o bandcamp y también con algunas páginas de librerías de sonidos como freesound.org
FW: ¿Hay algún artista que conozcas o admires que usa este mismo licenciamiento?
SS: A Gilberto Gil más que a nadie, en los sesenta fue parte de la escena de rock psicodélico en Brasil conocida como Tropicália, junto a Os Mutantes, Caetano Veloso y otros, y desde hace varios años ha promovido en Brasil el uso de las licencias de Creative Commons.
FW: ¿Cuales serían las principales ventajas que enunciarías para liberar trabajo con las licencias Creative Commons?
SS: Que las posibilidades de una obra aumentan exponencialmente, que el crédito del creador original se respeta como una prioridad pero que finalmente lo importante es a donde llega la obra por medio de la colaboración.
FW: ¿Has pensado con tu proyecto Furland repetir esta experiencia?
SS: Si lo haría, en el caso de nuestra música la decisión recae en quién es dueño de la grabación, pero en un futuro no muy lejano si es algo que me gustaría.
