Se siguen acumulando malas noticias para Internet y el ejercicio de derechos digitales. Ahora llegan desde Rusia (tranquilos, que a Snowden no le han hecho daño). La Duma Estatal – una de las cámaras del Congreso ruso – aprobó un ordenamiento sobre usuarios de Internet llamados bloggers.
Lo que busca la medida es limitar el anonimato de estos usuarios, obligándolos a registrar sus nombres y direcciones de correo reales si es que sus sitios superan las 3.000 visitas diarias. Adicional a lo anterior, estos blogs tendrían restricciones en su contenido, como la prohibición de utilizar lenguaje obsceno y la obligación de revisar la veracidad de la información que publican en sus sitios, incluyendo la que contengan los comentarios publicados por otros.
Para la organización internacional Human Rights Watch, la medida es desproporcionada e injusta. Su Director para Europa y Asia Central, Hugh Williamson, declaró:
Para asegurar su cumplimiento el gobierno ruso plantea que, de inicio, sean los propios bloggers quienes coloquen sus datos de contacto reales en sus sitios. En caso contrario, puede solicitar estos datos a los ISP o a los administradores de “sitios relevantes”. Las multas para quienes sean considerados como infractores oscilan entre USD $280 y USD $ 840 para usuarios individuales y pueden llegar a los USD $1.400 en caso de reincidencia. Incluso se contempla la suspensión de los sitios por un mes.
Los riesgos no paran ahí y demuestran la poca practicidad de este tipo de medidas implementadas en la vida cotidana. Dada la definición de blogger en la ley, podrían encontrarse sujetos a la misma los usuarios de Twitter, aunque la determinación del número de visitas diarias sería un detalle difícil de conocer. Además, la medida no aplica a sitios hospedados fuera de Rusia, lo que es una muestra de las alternativas a las que podrían recurrir los bloggers de aquél país.
Para el Relator Especial para la Libertad de Opinión y Expresión de la ONU, Frank LaRue, la posibilidad de recurrir al anonimato en Internet representa una oportunidad para expresarse plenamente, incluyendo la expresión en línea:
LaRue también señala que, desafortunadamente, la seguridad de las naciones se ha convertido en un pretexto para erradicar esta condición. Si bien la tecnología puede ser utilizada para combatir al crimen, los límites al anonimato tendrían que ser puntuales, limitadas y excepcionales.
Desde hace unos años ha sido posible observar una tendencia – para nada aceptable – que muestra la predilección de los gobiernos para implementar reformas legales que acaben con el anonimato. Tales medidas incluyen la posibilidad de recolectar y almacenar los datos de las comunicaciones de sus ciudadanos, con fines que en muchas ocasiones no están del todo claros.
Link: The Gazette