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HP Chromebook 14 [FW Labs]

Voy a resumir esta reseña en una frase: voy a extrañar la HP Chromebook 14. En una semana, he descubierto un portátil que satisface un alto porcentaje de mis necesidades; y que además es liviana, rápida y resistente. Tiene un sistema operativo veloz y estable, con un inicio de sesión envidiable — menos de 10 segundos para arrancar — y con una autonomía impresionante de casi 9 horas de uso continuo.

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Pero también tengo que confesar que he hecho un poco de trampa. La HP Chromebook 14 se ha adaptado a mí porque yo utilizo muchos servicios de Google en mi vida cotidiana. Mi correo personal está en Gmail, navego con Chrome y en el trabajo utilizo Google Apps for Business. Estoy googlificado.

Así que desde estas líneas se los advierto: antes de pensar en una Chromebook para una decisión de compra — porque, finalmente, ese es el objetivo ulterior de una reseña: recomendarle a otro si debe gastar su dinero en un producto o no — debes preguntarte qué tanto estás dispuesto a abrazar a Google como centro de tu existencia informática. No es una exageración. Más allá de sus condiciones técnicas, utilizar una Chromebook implica, por lo menos, un cambio de perspectiva.

Me lo decía otro editor de FayerWayer en broma: “Pepe, ¿puedes abrir Excel un momento, por favor?“, “Pepe, ¿podemos tener una llamada por Skype?“. Por supuesto que no se puede en un sentido estricto. La Chromebook parte de la noción de que tu vida pasará por los productos de Google. ¿Hojas de cálculo? Ahí tienes el software de Google. ¿Videollamada? Utiliza Hangouts. A lo sumo, podrás complementar la experiencia con algunas extensiones y aplicaciones, pero ésa es la letra pequeña: no se trata sólo de vivir hiperconectado, sino de abrazar a Google por sobre todas las paqueterías.

¿Es eso necesariamente negativo? ¿Es tan malo que tu experiencia de uso gire en torno al navegador y que debas renunciar a programas tan interiorizados en nuestra experiencia diaria como Microsoft Office o la suite de Adobe? Sin sonar como un relativista: depende. La apuesta es clara: un portátil con gran autonomía, portabilidad, resistencia y bajo coste, que opere bajo la nube y sea ligero -en todos los sentidos; en su hardware y en su sistema operativo-. Si eso te conviene, bueno, espero lo averigües en las siguientes líneas.

Hardware

El primer atributo que me viene a la mente al hablar de la HP Chromebook 14 es la ligereza. Si bien su peso es de 1.9 kilogramos -no muy liviana, pero tampoco algo que moleste al cargarse en una mochila-, me refiero a la agilidad de su desempeño. El encendido de menos de 8 segundos se logra gracias a un procesador Intel Celeron 2955U Dual Core, un disco duro en estado sólido de 16 GB y memoria DDR3 SDRAM de 2 GB.

Tiene una autonomía de hasta 9 horas de uso continuo. En la práctica, dejé sin conectarla todo un fin de semana, usándola esporádicamente, y pude sobrevivir con una carga (hecha el viernes por la tarde) hasta el lunes por la mañana. Así mismo, hay muy poca transferencia de calor, lo que hace que no requiera de un ventilador interno ni haya un incremento de temperatura en el interior del ordenador evidente.

La HP Chromebook 14 está manufacturada en un plástico resistente, de un acabado mate. En el caso de México y Chile, países donde se está poniendo a la venta a partir de abril, está disponible en dos colores: turquesa y blanco. Por lo que he podido comprobar su cubierta se puede ensuciar con facilidad si no tienes cuidado.

Respecto al teclado, éste incorpora un par de elementos curiosos. Por un lado, se encuentra el botón de búsqueda, que al ser presionado despliega una especie de botón Inicio (disculpen la comparación) para hacer búsquedas en Google o en las aplicaciones instaladas. La ubicación de esta función puede ser molesta, por el simple hecho de que sustituye al botón Bloq Mayús. Por ejemplo, yo soy una persona que escribe sin ver el teclado y acostumbro cambias altas y bajas con esa función; afortunadamente, se puede configurar en las opciones de teclado y asunto arreglado.

Otro de los cambios es la sustitución de los menús F1, F2, etcétera. En su lugar, se sitúan funciones como adelante, atrás, refrescar, ver en pantalla completa, ver todas las ventanas abiertas, control de brillo, silencio, control de volumen y encendido/apagado. De este modo, el manejo del ordenador es más sencillo y se nota una intención por facilitarle la navegación y el control de funciones básicas al usuario. El trackpad tiene una sensibilidad adecuada, aunque hay momentos que responde con un poco de lentitud. Es un área de oportunidad para el fabricante.

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La pantalla me ha provocado sentimientos encontrados. El tamaño es ideal para trabajar: 14 pulgadas permiten que se sienta como un ordenador portátil tradicional y no como una tableta con teclado, como se había criticado a la versión de 11 pulgadas en otros momentos. Sin embargo, la resolución de 1366 x 768 pixeles hace que se sientan forzados algunos elementos en pantalla, lo que provoca cansancio visual en el largo plazo y un desempeño irregular en fuentes que no son seguras para pantalla.

Sin embargo, sus debilidades son comprensibles si hablamos del precio. En Estados Unidos se vende a USD $299.99, en México se ha lanzado en MXN $4,999 y en Chile estará disponible a fines de abril por CLP $249.990. Aún así, si lo contrastamos con las opciones en el mercado con ese costo, la Chromebook tiene un precio altamente competitivo. Sí, una MacBook Air te va a dar también 9 horas de autonomía, pero por cuatro o cinco veces el precio. La relatividad también cuenta.

El paradigma Google

La gran pregunta es si eres capaz de moldear tus hábitos a los requerimientos de Chrome OS. Para quienes no estén familiarizados, se trata de un sistema operativo que funciona con base en extensiones y aplicaciones instaladas en el navegador. Todo lo que hagas pasa por Chrome. Con la excepción de Files (el gestor de archivos), la calculadora, la cámara y Google Keep (el bloc de notas), todo lo demás abre en pestañas de Google Chrome. Todo.

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Esto es, claro, porque la Chromebook basa su rendimiento en la nube. Cada vez que entras, la prioridad del sistema es conectarte lo más rápido posible a Internet. Ahí, el ordenador actualiza los datos con el servidor; tus documentos, tus pestañas, tus ajustes guardados en línea son actualizados en el dispositivo. Reitero: esto es una maravilla si Google ya es el centro de tu vida informática (o, al menos, una parte importante). Yo me pregunto si la adopción de la Chromebook acelerará la de Google Apps for Business o si será al revés.

En términos generales, este choque puede generar pequeñas molestias para el usuario. Por ejemplo, yo no pude prestarle a mi novia la computadora porque necesitaba hacer una llamada por Skype y no hay una extensión para el servicio (ni habrá en un futuro cercano, según leo en los foros de discusión). Otro día, alguien me mandó un archivo .rtf (un formato común en software para tomar notas como TextEdit). Descargué el fichero, lo previsualicé con Google Docs, pero no pude abrirlo. Nuevamente, entré a revisar los foros y de nuevo fue topar con el muro: no hay una aplicación o extensión compatible para hacer esa tarea.

Suena mundano, pero piensa en cualquier persona que necesite hacer esos pequeños ajustes con su ordenador. La diferente entre la Chromebook y otro portátil es que en una sí puedes descargar un software para solucionar el problema y en otra debes adaptar tus formas de trabajo. Ahora, no digo que eso sea irrealizable en muchos casos. Por ejemplo, bastaría con pedirle al colega de trabajo que mande los archivos en .doc (o que cree un documento compartido en Drive) o ponerse de acuerdo para una llamada por Hangouts a través de Gmail o de Google +.

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Por supuesto, este cambio de comportamiento del usuario es la apuesta de Google con la Chromebook: proveer uno portátil de uso sencillo pero que conlleve el uso de sus productos de una manera aún más profundo. En pocas palabras: si a usted no le gustan los entornos cerrados, ni se acerque. Sólo hallará frustración.

En la nube

Ahora, sí el usuario ya ha incorporado a Google (o está dispuesto a hacerlo), se le puede sacar mucho provecho a una Chromebook. Su gestión de archivos es muy interesante. De entrada, al descargar un archivo desde Internet, da la posibilidad de alojarlo directo en Google Drive. Por el sólo hecho de adquirir una Chromebook, Google proporciona 100 GB de almacenamiento en Drive por dos años. Así -en teoría- no hay que preocuparse por el almacenamiento físico.

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Esto nos lleva a otras de las grandes discusiones sobre el uso de la Chromebook: la conectividad constante. Este es un reto especialmente difícil para América Latina, donde la penetración de banda ancha no es tan grande como en naciones más desarrolladas. Sin embargo, basta una conexión inalámbrica para poder aprovechar el potencial del portátil. Pero, ¿qué pasa si no ha forma de acceder a la red?

Chrome OS permite que alguna de sus funciones sirvan sin necesidad de conectividad. Por ejemplo, se puede descargar la aplicación de Gmail offline, que deja al usuario acceder a sus últimos correos sincronizados. Google Drive también permite acceso a los últimos documentos actualizados de manera offline.

El disco duro es de sólo 16 GB, y si se examina bien, en realidad sólo quedan entre 9 y 10 disponibles para guardar archivos. Tendrás que ser muy sabio en definir qué guardas físicamente en el ordenador. Ahora, la ventaja es que cuenta con tres entradas USB y una ranura para SD, por lo que si vas armado con un disco duro externo, no necesitas preocuparte.

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Esto también es un guiño a la forma en que Google apuesta por el consumo cultural. El sistema trae cargados accesos a Google Play Music y YouTube, por lo que es notoria la tendencia hacia el streaming. A priori, el escaso espacio del portátil no te permitirá que tengas miles y miles de ficheros de música y vídeo, por lo que la conectividad sí plantea una limitación en este caso.

Sin embargo, lo vale

Al final del día, HP Chromebook 14 no está pensada para tareas demasiado complicadas ni especializadas. Está concebida para darte una experiencia satisfactoria de navegación y un conjunto de soluciones personales y profesionales basada en la nube. Eso lo cumple de maravilla. Aunque su tienda de aplicación y extensiones podría estar más completa -sería estéril discutir quién tiene la culpa de ello-, es posible encontrar servicios útiles que complementen la experiencia más hacia un portátil convencional.

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La Chromebook tiene una naturaleza híbrida que puede ser bien aprovechada por dos tipos de usuario muy definidos: uno con bajos requerimientos informáticos -pienso en un niño que hace sus tareas de la escuela, también target de HP- o uno con disposición a una adopción más avanzada de las soluciones de Google. En ese sentido, la percibo más como una alternativa a una tableta que a un ordenador.

Mi solución ideal sería tener una computadora potente en casa y una HP Chromebook 14 para movilidad. Su resistencia la hace idónea para desplazamientos y es excelente para usuarios con requerimientos básicos de software pero altas necesidades de navegación; alguien cuya tarea central pasa por la gestión de documentos (artículos, informes, presentaciones, hojas de cálculo, reportes) y con una baja manipulación de acciones que requieren software especializado (diseñadores e informáticos, mejor miren a otro lado).

Aunque no puedo negar que hay algo que se siente incompleto -la incompatibilidad con otros productos, la necesidad de conexión constante-, creo que es más porque la Chromebook va por un terreno poco explorado y le falta crecer. Pero si lo comparamos con las opciones allá afuera, por el precio es una apuesta interesante y competitiva para quienes quieren una experiencia estable y rica en Internet sin mayores complicaciones. Quizá sea demasiado pronto para decir que la Chromebook va a sustituir a alguien en el mercado, pero puede ser un excelente complemento.

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