La llegada de Uber a Europa está levantando opiniones a favor y en contra de este servicio, sobre todo en las variantes del carsharing ante su ilegalidad en diferentes países. El sector del taxi se ha puesto en pie de lucha contra un servicio que consideran ilegal y competencia desleal, pero hay más servicios que también han tenido que lidiar con este sector, ante la dura disrupción del taxi.
Entrevistamos a Juan de Antonio, CEO de Cabify en sus oficinas de Madrid desde donde gestionan su negocio de alquiler de automóviles con conductor privado en 4 países y 8 ciudades acerca de su negocio, el inicio de startup y a lo que se enfrenta este mundo.
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FayerWayer – ¿De donde viene la idea de Cabify?
Acabé en Stanford y vi que había posibilidad de hacer bien las cosas. Entré en contacto con un montón de personas del mundo de las startups y acabas empapándote de la cultura. Durante el segundo año estuve más centrado en el mundo de los vehículos eléctricos y de nuevo, me tocó viajar. Llegué a Amsterdam y el taxi era carísimo, pero llamando con antelación te atendía un conductor muy simpático y profesional.
Uniendo ideas de este tiempo y junto a Brendan Wallace y Adeyemi Ajao hicimos un plan de negocio. Ellos al final se quedaron en EE.UU. con una empresa con la que estaban, quedándome con Cabify. Levanté algo de capital, conseguí un equipo con Sam, el Director Técnico y Vicente nuestro Director Operativo. Empezamos a montar el producto en el salón de mi casa, alrededor de mayo de 2011 y lanzamos en diciembre con 4 o 5 personas y una pequeña oficina.
FW – ¿Cómo empezasteis el proyecto?
JA – Nuestro plan inicial era expandirnos por Europa. Nos dimos cuenta que en Europa el sistema de transporte está muy regulado y el servicio tiene una serie de deficiencias que todos conocemos, los taxistas pueden ser mejor o peor, pero es seguro y está estandarizado.
La situación en Latinoamérica era muy diferente. Allí el regulador no había hecho el trabajo que existe en Europa. En Perú o en México, si te subes a un taxi estás intranquilo. Mucha gente no se sube a un taxi, llama a un número de confianza para sus trayectos. No teníamos que luchar contra un marco regulatorio restrictivo, vimos la oportunidad para ofrecer un valor mayor al usuario. Nos enfocamos en Latinoamérica y en 2012 abrimos México, Perú y Chile.
Chile igual es el país más seguro, pero los taxis no están a la altura del crecimiento del país. Entramos en estos países con poco presupuesto, con unos pocos millones, pero pecamos de ambiciosos. Este es un negocio donde tenemos que invertir bastante capital. Si tienes taxis no hay problemas, pero con vehículos ejecutivos tienes que garantizar que los vehículos estén ahí, si quieres crecer al 40% tienes que anticiparte y poner el doble de vehículos de los necesarios, por lo que tienes que adelantar el capital.
FW – ¿Cómo es vuestro crecimiento y dónde pensáis expandir el servicio?
JA – Con esta nueva ronda de financiación (ronda A de USD$8 millones) estamos creciendo mucho más rápido y hay meses que doblamos la facturación de un mes a otro.
Queremos entrar a más países de Latinoamérica. Tenemos en mente Brasil, Ecuador, Colombia o Panamá, pero es una combinación de factores las que nos permite entrar en estos países.
Sólo lanzamos en un país cuando el marco regulatorio nos permite operar y nos permite ofrecer un servicio de calidad tanto a pasajeros como conductores. Nos encararía ofrecer el servicio de ridesharing en Madrid, pero por la normativa es ilegal y aparte es inseguro para pasajeros y conductores. Si en mi coche cobro por llevar a alguien, tengo responsabilidades administrativas y penales. No podemos poner en riesgo la integridad de las personas. En Latinoamérica esto está permitido, con un formato de licencia y en estos países estamos ofreciendo este tipo de servicio.
Nos enfocamos mucho en la profesionalidad del conductor, en este caso son conductores particulares que pasan una serie de requisitos y formación.
FW – ¿Cómo opera Cabify en España y que punto de legalidad hay?
JA – Una de las grandes dificultades de lanzar en España es que es un mercado muy regulado y que la administración pública le gusta meterte en una caja, si no entras en una de esas cajas aunque no seas ilegal, eres alegal. Decidimos entrar dentro de una de esas «cajas» pagando más impuestos para empezar nuestra operación con una licencia VTC (Vehículo de Turismo con Conductor).
En España los VTC están limitados a una licencia por cada 30 taxis, una limitación artificial. Estas VTC son el instrumento que eligieron otros estados para liberalizar el servicio de taxis, pero sin límites de licencias. En España sí están limitadas, para proteger al sector del taxi.
Es un mercado muy regulado pero las tarifas están liberalizadas. Cumplimos otros requisitos adicionales como seguros como compañía y de responsabilidad civil.
FW – ¿Como marcáis el precio de Cabify?
JA – Marcamos los precios en cuestión del origen y el destino. Te da igual si el conductor tiene que dar más vueltas o estás en un atasco, intentamos eliminar el estrés de estar esperando en el taxi sabiendo que te saldrá más caro, sin suplementos, con un buen trato y conductores a los que formamos.
Los incentivos del pasajero y del conductor están alineados. Los taxímetros tenían sentido antes de que tuviésemos las nuevas tecnologías, era la única forma objetiva de marcar el precio de un trayecto, pero hoy en día marcando en un GPS el punto de origen y con el punto de destino al pasajero le da igual por donde vayas. Nos centramos en posicionarnos en calidad.
FW – Habéis recibido críticas por federaciones de taxis porque consideran vuestros envicio “intrusismo profesional”
JA – Nos pusieron una denuncia, no recuerdo que asociación de taxis, pero nos denunciaron ante la Dirección General de Transportes de Madrid y ante la Generalitat. Ambos dijeron que estaba todo perfecto. Después recurrieron ante Competencia, un movimiento algo extraño cuando son un monopolio. También nos dijeron que estaba todo bien.
Es un sector muy atomizado, han creado asociaciones donde no necesariamente defienden los intereses de los taxistas, si no sus propios intereses. Nos hubiese gustado colaborar con ellos, pero no ha sido así aunque creo que son servicios complementarios. ¿Por qué tiene que costar 140.000€ una licencia de Taxi? Eso es un robo a mano armada, que pasa, que una vez has pagado tienen que amortizarlo, pero esas licencias eran gratis en un principio.
FW – ¿No habéis intentado llegar a un acuerdo con taxistas?
JA – Colaboramos con muchos taxistas, ofrecemos un servicio para empresas con estos automóviles, pero es un gremio muy heterogéneo, con opiniones de todo tipo y no puedes poner de acuerdo a todos los trabajadores del taxi.
FW – ¿Os han afectado las presiones del sector de taxi?
JA – Hay gente que se piensa que esto es ilegal porque esto no lo entiende, de hecho hemos tratado de hacer un esfuerzo en nuestra página web para explicar que usamos las licencias VTC, pero es difícil comunicárselo a todos los taxis. Nos hemos visto en situaciones complicadas. Tenemos un stand en la estación de Atocha de AVE y taxistas enfurecidos nos han gritado diciendo que somos ilegales y se ha llegado a intimidar a una de nuestras azafatas.
No quiero enfrentarme al sector del taxi poniéndolo como taxi malo y nosotros bueno, no, eso es lo que está haciendo Uber y no me parece adecuado. Hay muy buena gente en el sector pero que está muy oprimida por las «mafias» del taxi.
FW – ¿Qué tipo de cliente usa Cabify?
JA – Varia mucho por país. En España se busca un mejor servicio de mayor calidad. El 65% de nuestros clientes son empresas en España que quieren tener un mejor control de gastos, dentro de la gama Executive. Después está Group con Mercedes Viano que se usa cuando tienes niños o muchas maletas. La línea Taxi que es mismo usuario de empresa, pero para que lo utilice toda la empresa, no solo ejecutivos.
En Latinoamérica busca seguridad, calidad y un estándar de servicio por encima de lo que puedes esperar de un taxi con un precio muy ajustado. Hay países en el que es más barato que un Radiotaxi.
FW – ¿Qué diferencias buscan vuestros clientes?
JA – Mira, uno de los comentarios que más me gustaron es de un cliente que dijo «esto es como viajar en business con precio de Economy«. Es una experiencia distinta y no cuesta mucho más que un taxi.
FW – ¿Qué requisitos tienen los conductores?
JA – En algunos países hacemos a los conductores un filtrado más exhaustivo, a diferencia que en España que el conductor tiene una licencia y unos seguros, allí no, es un conductor normal pero imponemos unos criterios. Les hacemos un análisis físico, análisis psictécnicos, comprobación de antecedentes penales, ver el historial de multas que tienen. Le hacemos un curso con un test y finalmente le ponemos durante un par de días con algunos usuarios betatesters para finalmente entrar a Cabify. Entiende que ofrecemos seguridad y hay más riesgos.
FW – ¿Qué flota podéis tener ahora?
JA – Crece muy rápido, pero te diría que estamos entorno a los 3.000 vehículos. Nuestro equipo ha pasado de ser 2 personas a 80 en las oficinas.
FW – ¿La llegada de Uber os está afectando?
JA – Competimos en Barcelona, nuestro producto es muy distinto al suyo. Uber es una empresa con una competencia algo desleal. Es algo que nos gustaría hacer a todos, pero no podemos, es ilegal, es anti ético. No puedes poner a conductores y desentenderte de lo que ocurra.
FW – En este caso estáis alineados con la opinión de los taxistas
JA – Yo diría que sí, es ilegal, es peligroso para los conductores que están ofreciendo ese servicio. Los seguros no van a cubrir a los pasajeros en caso de accidente en el que existan daños físicos, no solo hay una multa si no que el conductor podría ir a la cárcel. Dudo que Uber que proteja mucho a los conductores en caso de multa o de retirada de vehículo, pero no va a ir a la cárcel por el conductor.
Dicho eso, creo que el sector del taxi tiene que evolucionar, hay que dar entrada a más jugadores y gente que quieren hacer las cosas distintas. Si el público demanda una opción distinta hay que dárselo, que elija y que se regule el mercado.
FW – ¿Hay alguna presión política para cambiar esta situación?
JA – Hemos hablado con directores de transporte, abogados están en contacto con los reguladores, pero…
Dentro del gobierno hay posiciones enfrentadas. Tienes a Fomento que es inmobilista, tiene una serie de permisos y licitaciones. Por otro lado tienes al equipo Económico del Gobierno que quiere liberalizar sectores y quiere liberalizar el transporte. Hay una lucha de fuerzas internas pero que no está dando resultado.
Hemos visto que se está privatizando la sanidad, la educación se está recortando y hay sectores que no son públicos que no se están liberalizando. Prefiero que se liberalice el sector de los transportes antes que el de la sanidad o educación.
Al igual esta entrada de Uber precipita el cambio, aunque en Europa no somos muy de que exista algo ilegal y nos adaptemos a ello, eso es más de Estados Unidos, de pioneros.
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Cabify es una startup que opera en Santiago, Lima, México, Barcelona, Madrid, A Coruña, Málaga y Bilbao. Dispone de aplicaciones para iOS y para Android.