Ciencia

Los tics ayudarían a los robots a no caer en el valle inquietante

El valle inquietante es un problema común que se enfrentan todas las personas que trabajan desarrollando robots, y consiste en que a medida que una máquina se parece cada vez más y más a una persona real, en algún momento se llega a la situación en que la apariencia del robot causa un incómodo e inexplicable malestar entre las personas con quienes interactúa.

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El asunto es que un grupo de científicos ha propuesto una teoría bastante interesante: Si un robot generara sonidos con una cierta personalidad, como por ejemplo R2D2 de Star Wars, ¿sería menos inquietante? Pareciera ser que sí.

Según un equipo de la Universidad Plymouth del Reino Unido, entregarle a un robot una serie de pequeños tics (movimientos o sonidos involuntarios y sin motivo aparente) para humanizarlos nos haría sentirnos más cómodos interactuando con éste.

Para comprobar su teoría, los científicos programaron al robot Nao de Aldebaran Robotics con sonidos que emulan una respuesta emocional, como un chirrido alegre, o un sonido grave y melancólico.

Luego, grabaron un video del robot humanoide siendo golpeado, besados, abofeteado y ahorcado, y se lo mostraron a unas 300 personas a través del sitio de crowdfunding CrowdFlower para que señalaran que sentimiento percibían por parte del robot luego de cada acción.

Si bien las personas respondían de una forma similar ante cada uno de los sonidos, los investigadores encontraron que la gente se involucraba mucho más profundamente con el robot cuando reproducía un sonido que cuando no lo hacía. Y lo que es mejor, ni siquiera debe ser un sonido en específico, pues “basta con seleccionar o generar un sonido al azar“, o realizar pequeños movimientos al azar.

Link: New Scientist

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