El apagón analógico consiste en sustituir la tecnología que permite transmitir un sólo canal de programación por señal de televisión “de aire” o “abierta” para darle paso a señales digitales que permiten alojar más información en esa misma capacidad.
La sustitución total de estas transmisiones analógicas por las digitales es el siguiente paso en la evolución de la televisión, y permite transmitir más datos para ofrecer alta definición o hasta cinco canales en donde hoy se transmite uno. Es como cambiar de escuchar música en un cassette a un disco compacto con mp3, por ejemplo, que nos permite tener mayor contenido con mejor calidad.
Las señales digitales de televisión brindan la posibilidad de ofrecer contenidos en alta definición o una mayor cantidad de canales de programación. Sin embargo, este cambio también es una importante herramienta para la expansión de la conectividad a Internet de banda ancha. Te comparto algunos de los beneficios que conlleva esta medida.
Más espacio para acceso inalámbrico a Internet
La televisión abierta o “de aire” y la banda ancha móvil requieren de espectro radioeléctrico para propagar su señal. El incremento de teléfonos inteligentes capaces de conectarse a Internet va poniendo presión sobre el reparto de este espacio y demandan su disponibilidad para el despliegue de frecuencias que permitan dar servicios avanzados, como 4G, por ejemplo.
La televisión abierta consume este mismo espectro, puesto que una práctica difundida prácticamente a nivel global es darle a las televisoras un “canal espejo” para que transmitan en él una de sus señales, la analógica o la digital, al mismo tiempo, proceso conocido como simulcasting o transmisión simultánea.
De esta manera, cuando un país “apaga” las señales analógicas se termina esa necesidad de tener transmisiones simultáneas y esas porciones del espectro pueden ser usadas para servicios de datos móviles. Las frecuencias “liberadas” se conocen como el dividendo digital, y la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el organismo regulador de las Naciones Unidas especializado lo ilustra de esta manera:
© Unión Internacional de Telecomunicaciones
Conectividad para el desarrollo social
La disponibilidad de espectro para servicios de banda ancha pueden ser un factor para incrementar la conectividad en sitios remotos y dotar a escuelas y centros de salud de mejor infraestructura para educación a distancia y telemedicina.
Es decir, no sólo el usuario se beneficia al tener disponibles servicios de Internet móvil con mayor velocidad y cobertura, sino que los gobiernos pueden sacar provecho del dividendo digital con programas de política pública orientados a dotar de infraestructura a centros educativos o de salud para mejorar sus condiciones de conectividad y, con ello, la calidad de los servicios que se le ofrecen a la ciudadanía en general.
Otra alternativa es subastar este espectro a las empresas con ciertas condiciones sociales, como cobertura, apoyo para la obtención de la infraestructura y la educación en el tema de habilidades digitales. No hay una receta sobre qué hacer con el espectro que queda luego de transitar a la TDT por completo, por lo que cada país debe evaluar cómo este recurso se capitaliza en términos de recursos económicos y en términos de utilidad social.
Por ejemplo, mientras que en Estados Unidos la idea general es que el espectro sea subastado en términos del valor comercial que le otorga el mercado, en México el dividendo digital será usado para construir una “red abierta” (probablemente con la colaboración de gobierno y empresas por su costo) por la que los operadores comerciales compartirán capacidad, mientras que el gobierno tiene el mandato de garantizar que el crecimiento de esta red “conecte” a hogares y empresas.
La TV como un apparato
Una de las ideas centrales que se pueden leer en el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre el panorama de las comunicaciones en 2013 es que la televisión está en un proceso de convergencia con Internet. Cabe aclarar que este punto no es una consecuencia directa de migrar a la TDT, sino de cómo los usuarios obtienen en Internet información y entretenimiento.
De acuerdo a esta organización, las personas no han dejado de ver televisión, registrando un promedio de 3 a 5 horas por día, dependiendo de cada país. Pero ya los contenidos no sólo se observan a través de la televisión, sino por Internet a través de sitios de video como YouTube o Netflix.
La televisión no sólo “migra” a la red a través de contenidos, sino también a través de infraestructura en paquetes de televisión de paga que la transmiten por IPTV, es decir, televisión a través de Protocolo de Internet y esta experiencia puede aprovecharla mejor un usuario que tenga una “televisión inteligente” que se conecte a Internet y permita gestionar aplicaciones de servicios “On Demand”, lo que convierte al televisor en un dispositivo de administración de “apps”, más que una simple pantalla.
La Cámara de los Lores británica debatía en 2012 que la aparición y despliegue de servicios de Televisión a través de Protocolo de Internet (IPTV) podría convertirse en una plataforma para transmitir el servicio de televisión que hoy se difunde a través del espacio aéreo, “amalgamando” todos los servicios a través de Protocolo de Internet.
Por el momento, la IPTV está limitada a que el proveedor de servicios ofrezca esta plataforma como parte de su servicio. Además, contar con estos paquetes depende de que el ingreso del hogar lo permita, por lo que estos avances tecnológicos quedan atados a las posibilidades económicas de los usuarios y a la brecha del ingreso.
TDT, paso necesario para la sociedad de la información
La migración a la TDT representa un paso importante para los países en términos de integración a la sociedad de la información; significa asignarle un nuevo valor a este recurso que por décadas fue usado sólo para la televisión analógica.
El valor depende de cada país y las condiciones que genere para asignarle este espectro a las empresas privadas de telecomunicaciones. Si bien este es un paso clave para ofrecer a los usuarios servicios de última generación, también es una oportunidad para acercar a otros ciudadanos a Internet, sea a través de un teléfono celular, una escuela, o espacios públicos, es decir, para abrirles una puerta de entrada al fenómeno de la sociedad conectada.