El cohete argentino Vex 1A se sometió a un lanzamiento de prueba desde el lanzador satelital Tronador II. El ensayo fue calificado por el gobierno como “positivo” y “exitoso”, pese a que el cohete nunca logró despegar realmente y terminó en el suelo.
El Vex 1A logró elevarse unos dos metros hasta estrellarse en el suelo envuelto en llamas, aunque no explotó. El plan original era que se elevara 300 metros y cayera al río, de donde se recuperarían las partes. “Por motivos que aún se están determinando el despegue no terminó de concretarse”, señaló en un comunicado la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
El ensayo se realizó casi en secreto el 26 de febrero en la localidad de Pipinas, en Punta Indio, y el gobierno sólo entregó información al respecto hoy.
CONAE asegura que el hecho de que el cohete no despegara es una experiencia “habitual” aun para agencias con mucha experiencia. Es normal que en los “nuevos desarrollos de vehículos, los primeros lanzamientos no se realicen de la manera esperada, por eso son experimentales”. La autoridad señaló que las pruebas son necesarias para “probar varios subsistemas a costo reducido, antes de incorporarlos al lanzador final”.
“El único fracaso posible es abandonar los proyectos de desarrollo tecnológico soberano”, agregó el organismo, que espera convertir a Argentina “en el único país de la región que puede realizar una misión satelital completa con su propia tecnología”. El proyecto tiene un presupuesto de ARS$2.000 millones para los próximos tres años (USD$335 millones).
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