En la Argentina el impulso de software nacional se hizo sentir en el pasado 2013. Las ventas superaron los USD$3.700 millones, con exportaciones por USD$900 millones. Entre 2003 y 2012 las ventas se incrementaron un 313%, las exportaciones un 414% y el empleo un 266%, lo que se traduce en más de 70.000 empleos nuevos, distribuidos en unas 4.000 empresas y que en un 98% son de capitales nacionales. Todos esto es según cifras oficiales del Ministerio de Industria.
Ahora bien, la mayoría de éstas son microempresas trabajan para multinacionales como IBM, por ejemplo.
Siguiendo con el gigante azul, en Argentina la Unión Informática (UI) denunció que la compañía tenía 10.000 empleados en el año 2009, pero que en la actualidad no superan los 4.800.
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En 2010, la presidente Cristina Kirchner inauguró el edificio Olivos III, con 14.300 metros cuadrados de oficinas ubicadas al lado de Olivos I y II.
Según palabras de la presidente en ese entonces:
El tema es que tiempo después a la empresa no le terminaría yendo nada bien y finalizaron el 2013 con una huelga de hambre.
Juan Pablo Minetti, delegado de IBM en Argentina, declaró: “Las oficinas de Olivos I y II están en alquiler. La mayoría de los trabajadores fueron reacomodados en Olivos III y otros en el edificio de Martínez. Ya son varios los lugares que cierran: Uzal, Huergo y ahora Olivos”.
Este es solo un caso de los grandes en este país. Otros como Google, HP, Intel, Gameloft, Symantec y Microsoft — por mencionar a algunos — tuvieron una fuerte reestructuración a causa de la crisis económica mundial. La decisión tiene raíz además en el dinamismo de la propia industria, que suele reacomodar recursos de manera constante e incluso reenfocar su negocio en otras áreas.
El desarrollador de videojuegos Electronic Arts abandonó uno de los edificios que poseía en la ciudad de La Plata. En 2013 el gigante WPP, que agrupa empresas como Burson-Marsteller, JWT, Ogilvy y Young & Rubicam, desembolsó USD$70 millones para quedarse con el 20% de Globant y así potenciar su capacidad digital en los EEUU, Reino Unido y América Latina.
No obstante, las proyecciones del Gobierno Nacional apuntan a que el sector continuará en expansión, favorecido sobre todo por la instalación y fortalecimiento de empresas más pequeñas.
De acuerdo con el Ministerio de Industria, el sector colocará productos hacia 2020 por unos USD$7.330 millones, logrará exportaciones por USD$2.960 millones, y generará más de 134.000 empleos. Es decir, lograría tener en ese año cerca de un 50% más de trabajadores que en la actualidad. El principal factor impulsor de esto sería la aprobación de la Ley en Software, la ley Nº25.922.
De igual forma, extendieron el Fondo Fiduciario de Promoción de la Industria del Software (Fonsoft), orientado a entregar becas y subsidios a pequeños y medianos emprendedores informáticos.
Hasta el momento la única certeza en este sector del software es que se trata de una profesión sin límites; de un servicio que puede ser ofrecido por empresas de distinto tamaño, nacidas incluso después de una reestructuración. El hecho de ser un gigante o un pequeño de dicho mercado, o ser nacional o no; puede ser un condimento influyente a futuro… pero no algo definitorio.
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