El dentista Michael Zuk saltó a la fama el año 2011, dado que adquirió un diente de John Lennon por USD$30.000 en una subasta. Hoy vuelve a ser noticia, principalmente porque tiene un sueño: traer de vuelta a su ídolo.
Con este objetivo en mente, Zuk entregó el diente a un laboratorio estadounidense, el cual está buscando la forma de poder extraer el código genético del autor de Imagine.
“Con investigadores trabajando en formas de clonar mamuts, la misma tecnología ciertamente podría convertir la clonación de humanos en realidad” dijo Zuk. “Decir que potencialmente tengo una pequeña participación en traer de vuelta a una de las más grandes estrellas de rock es increíble”, agregó.
La ciencia tras la farándula
Más allá de la movilización de los medios entorno a la posible clonación de John Lennon, es importante analizar desde el punto de vista de la ciencia las posibilidades de realizar este procedimiento.
La investigación de John B. Gurdon, ganador del premio Nobel de medicina 2012, indica que se pueden obtener células madre embrionarias (o pluripotentes) reprogramando células adultas (o unipotente). Esto demuestra que las células no son organismos que corren hacia un solo lado de la vida, sino que pueden “retroceder en el tiempo” para volver a desarrollarse desde cero (increíble, ¿cierto?).
La traducción de estas líneas es que sí; en teoría se podría clonar a John Lennon.
Pero asumiendo que existiera toda la tecnología necesaria para esta clonación, las dificultades más importantes vendrían de parte de la ética. Organizaciones internacionales del mundo entero se han manifestado en contra de este procedimiento; ONU declara que “la utilización de la clonación para la replicación de seres humanos es éticamente inaceptable y contraria a la integridad humana y a la moral”, mientras que la Unión Europea manifiesta que “se respetará el derecho de integridad de la persona, para lo cual queda prohibida la clonación reproductiva de seres humanos”.
Ante posturas tan radicales de las dos organizaciones políticas más grandes del mundo, creo que el mensaje para el señor Zuk es claro: es muy posible que su sueño nunca se realice.
Pero el debate más complejo es establecer donde empieza y termina la integridad humana. ¿Cuál es el límite de la experimentación científica?, ¿Hasta dónde puede llegar la ciencia cuando se trata de personas?