Una vez presentada la Xbox One y terminado el evento, lo normal era ampliar la información sobre la consola y estrujar al máximo las palabras de la gente que participó en su creación. Aquí en Niubie estuvimos a mil por hora trayéndoles toda la información post-lanzamiento con tal de completar esa pintura que Microsoft nos dejó con nombre y apellido para pelear en la siguiente generación de consolas.
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Lo chistoso fue que, en menos de 6 horas, lo que parecía una presentación tibia y pareja pasó a ser el anuncio del anticristo del mundo de los videojuegos (o al menos así fue visto por varios).
Todo transcurría con bastante “normalidad” en el evento #XboxReveal, algo que en particular no nos calentó demasiado, hasta que en el escenario apareció Phil Harrison, el mismo que vimos trabajando para Sony Computer Entertainment hace unos años (precisamente, 1992-2008). Este importante ejecutivo de Microsofot difícilmente asumirá responsabilidad por sus palabras, pues es ahora es vicepresidente corporativo de Microsoft y sería complicado buscarle reemplazo cuando tienes una consola por lanzarse en menos de 6 meses. No estuvo solo, también lo acompañó Marc Whitten para completar el círculo. Esto fue lo que dijeron sobre la consola:
- Bloqueo de juegos usados y nula retrocompatibilidad
- Kinect conectado para funcionar
- Segundo pago por juegos usados
- Kinect siempre activado
- Conexión permanente a internet
Caídas las noticias y vistas las rápidas y efervescentes repercusiones en la red, la compañía salió al paso a aclarar el tema, pero sin mantener las cuotas de claridad necesarias como para zanjar por completo el asunto. De la misma forma se intentó replicar a través del Twitter de soporte de Xbox que todo eran falsas alarmas.
- No se cobrará “por llevar sus juegos de Xbox One a la casa de un amigo”
- Retracto oficial de dichos sobre juegos usados y conexión permanente en Xbox One
Por ahí habían circulado rumores de que Microsoft estaba un tanto preocupado por no tener mucho que mostrar para el Xbox One, y viendo el resultado de la conferencia parece que esto pudo haber sido verdad, pues a 20 días de la E3 2013 bien se pudieron haber ahorrado el evento. La falta de coordinación dentro de la empresa era un tanto evidente, como si todos tuviesen que realizar comentarios que a las casas editoriales les dejaran caras sonrientes.
Al final pareció que pocos leyeron el memorándum, aquél que tenía la pauta para saber cómo responder cuando preguntasen sobre temas sensibles como los juegos usados, conexión permanente, las características regionales, etcétera, porque como se puede apreciar entre líneas, el mecanismo aún es un tema de debate dentro de la empresa. El silencio les había jugado bien hasta que una persona arruinó el plan. Si la idea era implementarlo en un futuro, no había que decirlo hasta antes del lanzamiento de la consola para que nadie se enterara. Bueno, ya es tarde.
Phil Harrison – jontintinjordan – Flickr (CC)
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Xbox One no sorprendió del todo y poco perdón hubo. Pavimentó su paso a convertirse en el malo de la cuadra, en un personaje casi necesario por los medios para que fuese fácil contrastarlo con un utópico producto perfecto de esquina a esquina. Ningún medio vaciló en informar la decisión de Xbox One sobre los juegos usados, Kinect y conexión permanente. Básicamente es un tema de interés para todo el público que juega videojuegos después de los turbulentos rumores y palabras de tipos como el “siempre conectado” Adam Orth. Era un tema más sensible que la irritación en el colon; aseguraba un primer plano en todo lugar donde se leyese.
En mi opinión, esos pequeños tropiezos le ganaron a la Xbox One la imagen de ser una consola de prácticas anti-consumidor, a pesar de que Microsoft haya intentado apagar el incendio con palabras oficiales posteriores. “Tranquilos, niños, son sólo posibles escenarios”, dijeron desde Redmond, nerviosos porque el propio vicepresidente fue quien emitió las mortales aseveraciones que se propagaron en Internet casi al unísono. Por ahora el asunto aún sigue dando coletazos, tomando las últimas informaciones que llegan reafirmando la idea de cobrar por los juegos usados, haciendo el mercado de segunda mano inviable.
Ahora que el daño esta hecho y el estigma está presente para la conferencia que darán en un par de semanas, a Don Mattrick y compañía sólo les queda remediar la situación tratando directamente esos puntos desfavorables. Explicado de otra manera, al menos que hagan declaraciones sólidas sobre las políticas de contenido en su evento más importante del año, va a ser muy difícil que la mayoría de los jugadores deje de cantar a PlayStation 4 como la victoriosa sin haber ni siquiera estrenado la caja -Sony ha manejado con displicencia los mismos temas que hoy achacan la imagen de Xbox One dentro y afuera de Norteamérica. En esa conferencia de prensa deben decir cosas favorables sobre Xbox One y su relación con el infausto tridente: juegos usados, conexión permanente y Kinect.
Eso y mostrar juegos, hartos de ellos, para que la gente olvide.