Plataformas: PC (analizada), Xbox 360, PlayStation 3Desarrollador: Ubisoft MontrealDistribuidor: Ubisoft
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Y después de todo, la broma de April’s Fools de Ubisoft terminó siendo verdad. Far Cry 3: Blood Dragon se presenta como una parodia a las películas de ciencia ficción de los 80, con varios momentos de ironía, poca aventura, “dragones” que disparan lásers desde los ojos y, por supuesto, más acción. Todo en un paquete pequeño, independiente del juego anterior y apretado como para justificar el precio.
Hay que admitir en primera instancia que el juego adquiere un valor adicional si eres una persona que ha visto por lo menos alguna película ochentera de ciencia ficción, especialmente una de esas que imagina un mundo lleno de colores neón 30 años en el futuro, además de algunos juegos antiguos de la misma época o un poco más recientes. El resto que llegó algo más tarde a este mundo disfrutará de un título que ofrece buen humor y una aspecto visual que simula muy bien el color de la ropa que guardan tus padres en lo más profundo de sus armarios. A diferencia de su fuente original,Far Cry 3, Blood Dragon es claramente una parodia que no se toma nada en serio
El asunto en este juego pinta muy simple. Encarnas al Sargento Rex “Power” Colt, cyborg 85% sintético y modelo Mark IV, que junto a su compañero T.T. “Spider” Brown debe aniquilar a un tipo en una isla que quiere acabar con el mundo, historia relatada en largos paneles de animación 2D. ¿Qué tan fácil puede ser esta misión? El juego no se mide por las habilidades de Rex, que parten siendo extraordinarias y terminan siendo sobre-poderosas, sino por el número de balas (o lásers) que puedes encajar a la resistencia que, como en las películas antiguas, se ponen a tiro de cañón para rellenar la toma y rellenar sus cuerpos de plomo con una pizca de resistencia. Para qué hablar de las armas que se hacen mejores a medida que pasas el tiempo en esta rara isla.
Las gráficas son muy neon-style, no muy agradables durante un principio y sin signos de cambiar durante todo el juego, lo que puede transformarse en una constante molestia visual hasta que pillas el chiste y te acostumbras por arte de magia. El aspecto artístico de Blood Dragon evoca mucho el estilo de esas películas o juegos de ciencia ficción de antaño, de donde toma en reiteradas veces la inspiración, y de eso no hay mucho que reprochar. La banda sonora calza perfecto. Ubisoft definitivamente le dio al hueso con el grupo australiano Power Glove, aunque la música es relativamente limitada y no la escuchas a todo su esplendor hasta el final del juego.
Lo que no calzó muy bien en Blood Dragon es el número de líneas. Es muy normal que ya avanzado el juego comiences a escuchar los mismos chistes una y otra vez. La amplia mayoría te sacará una sonrisa, al igual que algunas cinemáticas; pero muy cercano al final lo habrás escuchado todo. Menos mal, Blood Dragon pone otras nuevas en la trama principal, así que podríamos decir que las cuotas de comedia llegan a tiempo.
Picaboom!
Blood Dragon sigue exactamente la misma mecánica de Far Cry 3: isla llena de cosas interesantes, algunas otras que coleccionar, total libertad para ir donde sea, etcétera… pero nada a mayor escala. La historia está muy marcada por todos los clichés de las películas ochenteras como Terminator, Tron, Aliens, Blade Runner, Las Tortugas Ninja y de otras que no me acuerdo porque era apenas un recién nacido. Rex se burla constantemente de algunas mecánicas del juego, incluso diciendo en más de alguna oportunidad “no tener que coleccionar banderas” como en el primer Assassin’s Creed. El problema es que para entenderlas y conocer las referencias hay que haber visto alguna de estas antiguas obras, o por lo menos algún clásico. Aún así el juego te sacará alguna sonrisa más de alguna ironía, incluso en los consejos.
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Esta nueva obra de Ubisoft tampoco va más allá de lo que ofrece Far Cry 3 en términos de jugabilidad. Puedes tomar a los enemigos con los típicos y letales takedowns, usar tu arco o disparar a lo Rambo, como te acomode. La gran diferencia está en que hay menos exploración y más matanza, y las veces en que te piden ir a un lugar a hacer algo son contadas. De hecho hay menor cantidad de misiones secundarias que el juego original, por poner un paralelo, pero eso es sólo una característica evidente del juego: logras rápidamente mejorar las características de Rex y desbloquear todo. Por supuesto que esto hace a Blood Dragon un paseo menos tedioso y más explosivo.
Otro punto que hay que destacar respecto al anterior Far Cry 3, del cual se roba el nombre, es la adición de los Dragones de Sangre (Blood Dragons), una especie de reptiles muy parecidos a los Tyrannosaurus rex que cumplen la tarea de atacar lo que esté cerca y haga ruido. Te los puedes encontrar de casualidad por ahí, al igual que esas pequeñas batallas entre científicos y fuerzas Omega, pero cuando entra uno de estos dragones todo escala. Una gran gracia de estos en Far Cry 3: Blood Dragon es que te permiten recuperar grandes guarniciones fácilmente a cambio de no ganar muchos puntos de experiencia. Si no te gusta, bueno, puedes hacerte el ninja, o usar la Terror-4000 y entrar por la puerta principal. Nótese, el juego pide una mente con más acción que tenga ganas de reventar cosas y explotar otras aún cuando carezca de sentido, así que no esperes grandes premios por matar desde las sombras.
Algunas contadas horas en el juego, que en mi caso fueron ocho con fracción, y ya te habrás llegado al final. Un punto en contra es que después de todo no hay mucho que hacer, salvo coleccionar algunas notas o televisores para los logros, o desbloquear alguna adición para tus armas que no lograste sacar al principio. Con haber encontrado algunos ya tendrás acceso a todas las importantes mejoras del arsenal que te permitirá patear traseros más rápido que al principio y sin tanto temor a morir por convertirse en el centro de atención por unos cuantos segundos.
Eres pura alma, hermano
Por el precio reducido que pide Blood Dragon, sería un pecado esperar un paquete tan grande como lo fue Far Cry 3, pero no por eso deja de ser divertido como para dedicarle un fin de semana. Es un juego muy apretado, bien hecho, con la idea clara y con algunos leves detalles que no empañan nada el título como un todo. Si te gustó Far Cry 3 en un principio y quieres algo parecido, este juego cae como anillo al dedo.
Eso es algo más que encerrar en un círculo con un marcador permanente. Es un juego que no sólo apela bastante a quienes les gustó Far Cry 3 (juego del cual pide prestado las mismas mecánicas) y quieren algo parecido con más fuego y sin dar tantas vueltas explorando; también para quienes tienen algunos años más y recuerdan muy bien esas películas o juegos simbólicos de hace dos o tres decenios, concepto que puede ser acertar o fallar dependiendo de quien lo juegue. Aún fallando en este último aspecto, hay muchas cuotas de entretención esperando en esta isla para Rex “Power” Colt.
Lo imperdible
– Los 80 todo el rato
– Más acción y Dragones de Sangre
– Cuotas de humor y varias parodias
– Banda sonora da justo en el clavo
Lo impresentable
– Las gráficas neón no cambian en todo el juego
– Después de llegar al final no hay mucho que hacer
– Si no entiendes las referencias, te pierdes medio juego