La onda de choque causada por el meteorito que explotó en el aire en Rusia el viernes pasado no sólo sorprendió a la población debido a los más de 1.200 heridos en un evento que ocurre prácticamente cada cien años (donde se estima que ha sido el meteorito más grande que ha caído a la Tierra desde 1908), sino que también por los extraños reportes sobre la forma en la que se distribuyó la destrucción.
Esto es porque en Chelyabinsk se han dado muchos casos donde la onda de choque –por ejemplo– destruyó completamente el techo de una fábrica de zinc sostenido por vigas de acero y hormigón, pero que sin embargo a pocos metros del lugar dejó intacta la fachada de vidrio y los automóviles de un distribuidor de Hyundai.
También se reportaron departamentos donde las ventanas no se rompieron, pero sí los jarrones, platos y dispositivos electrónicos en su interior. Un hombre incluso aseguró que una botella se le rompió directamente en su mano. Las autoridades de la zona señalaron que “es imposible afirmar que se rompieron más vidrios en un lugar de la ciudad que en otro“.
Medios rusos también cuentan el caso de Anna V. Popova, quien vio el destello de luz del meteorito, para luego escuchar explosiones y ver cómo la ventana de su balcón se rompió mientras que su vecino, con una ventana idéntica, no tuvo ningún daño. “¿A quién podríamos culpar por esto? A nadie“, afirmo Popova, reconociendo la aleatoria destrucción causada por el meteorito.
Los científicos creen que en parte es debido al infrasonido –el mismo que te puede engañar convenciéndote que “sientes” y ves fantasmas— ya que sus ondas pueden rebotar en edificios y ser más fuertes en un lugar que en otro; como también porque pueden resonar con el vidrio, explicando con esto por qué quedaron cocinas intactas en departamentos de Chelyabinsk tras la destrucción en su interior sólo de los platos y los vasos.
Según el profesor del MIT Richard P. Binzel, si bien el efecto de las ondas de infrasonido no ha sido muy estudiado en ambientes urbanos, el azar de los daños del meteorito caído en Rusia concuerda con la forma en la que funcionan las ondas de infrasonidos.
“Una onda de choque puede venir de una dirección en particular a la que eres más susceptible. También un edificio puede tapar y proteger a otro, o puedes tener calles perfectamente alineadas para canalizar la onda. Para bien o para mal“, afirmó Binzel.
Link: In Russia, Ruins and Property Spared by Meteor, Side by Side (The New York Times)