Plataformas: Xbox 360 (analizada) PlayStation 3 y PCDesarrollador: Ubisoft MontrealDistribuidor: Ubisoft
Una de las experiencias más gratificantes en la vida del jugador es toparse con sorpresas en donde nunca imaginó encontrarlas; juegos de los que tenía nulas expectativas o ni siquiera conocía, pero que al final lograron engancharlo por su apariencia o arriesgada propuesta. Así fue precisamente mi paso por Far Cry 3, título que responde a uno de los géneros más explotados en la industria, pero que adopta las suficientes cualidades para levantar la mano y diferenciarse del montón.
¿Qué lo hace tan especial? La variedad, mezclando la acción frenética de un shooter en primera persona con la sensación de exploración y mundo abierto del sandbox tradicional, incluyendo unos cuantos elementos extraídos directamente de los juegos de rol y rematando con una intrigante historia que mantiene al jugador pegado a su asiento hasta dar con los créditos finales.
¿Alguna vez te he dicho el significado de locura?
La trama nos coloca en la piel de Jason Brody, un típico niño rico que en compañía de sus hermanos y amigos emprende un viaje de placer a la paradisiaca isla de Rock Island en busca de diversión y adrenalina. Por desgracia para los parranderos, sus vacaciones de ensueño terminan abruptamente y todo se tiñe de muerte y desesperación cuando el grupo es tomado como rehén por un puñado de cruentos piratas y traficantes de personas.
Para rescatar a su gente y escapar con vida de ese infierno, Jason debe aprender las principales técnicas de supervivencia dentro de la jungla, familiarizarse con su entorno y utilizarlo a su favor para defenderse de las fuerzas hostiles encabezadas por el sádico lugarteniente Vaas, el principal antagonista del cuento y un verdadero desgraciado por donde quiera que se le mire (la combinación perfecta entre Joker y Kefka).
Como principales guías, la tribu de guerreros Rakyat son los encargados de auxiliar al inexperto y asustadizo norteamericano en su travesía por los peligrosos parajes, revelándole las diferentes misiones que debe completar, hacía dónde tiene que ir y proveyéndolo con armas y habilidades para hacer su estancia un poco más llevadera.
Claro que nada será un tranquilo paseo por el parque, y para tener acceso a todo el arsenal disponible es menester develar nuevas zonas dentro del amplísimo mapa activando las torres de comunicación esparcidas a lo largo y ancho del archipiélago. Cada vez que se toma el control de estas estructuras, nuevas armas se pondrán disponibles en las tiendas y centros de abastecimiento, y lo único que tendrá costó serán los accesorios como silenciadores, miras y cartuchos con más munición.
Fuera de esa ayudadita extra, lo demás corre a cargo del jugador, así que explorar exhaustivamente el mapa y encontrar los recursos adecuados es de vital importancia para no ir a la guerra con las manos desnudas. Para esto, la gente de Ubisoft ha implementado una interesante mecánica de caza y recolección de recursos al más puro estilo de Red Dead Redemption, despojando a los animales de sus preciosas pieles y elaborando objetos de suma utilidad para el viaje.
Estos pedazos de equipo sirven para aumentar el número de armas en el cinto, cargar más dinero, municiones y hasta objetos de curación, piezas elementales que estando completamente sólo en medio de la jungla no pueden faltar.
Adentrándose en el corazón de las tinieblas
Luego de haber completado el tutorial y tras conocer las nociones básicas de la situación, el protagonista da un salto de fe hacia la madre naturaleza, recorriendo caminos plagados de espesa vegetación y animales salvajes listos para tirar la primera mordida. Sin embargo, el verdadero peligro reside en las varias cuadrillas de tipos malos distribuidos por el lugar, que no vacilarán ni por un instante antes de abrir fuego y hacerle tragar plomo al forastero fugitivo.
Básicamente hay dos clases de escuadrones incrustados en Rock Island: el primero tiene la encomienda de patrullar los diferentes parajes a bordo de vehículos motorizados y darle caza al héroe; mientras que el segundo permanece vigilante desde los diferentes campamentos enemigos esperando a ser desafiados.
De esta forma, los enfrentamientos en contra de los guardianes del camino se presentan como los más comunes del juego, sobre todo a la hora de inspeccionar los terrenos desconocidos. No obstante, los de mayor relevancia son los puestos fijos custodiados por grupos de piratas, ya que después de exterminar a sus ocupantes y hacerse con el control del lugar se crearán puntos de “viaje rápido” en la zona, instalándose montículos de reabastecimiento para cargar munición y puntos para reaparecer después de haber caído en batalla.
Por supuesto que si lo suyo es viajar por los diferentes pasajes y no saltarse ningún traslado, también pueden hacerlo, y para facilitarles la tarea hay una amplia gama de vehículos disponibles que van desde los clásicos jeeps todo terreno, hasta los botes de motor para surcar las olas. Cada transporte presenta ligeras variaciones en su manejo y es indispensable saber elegir las rutas antes de pisar el acelerador a fondo para no terminar en caída libre por un desfiladero.
Conforme pasan las horas y los enfrentamientos acontecen, Jason poco a poco va curtiendo sus técnicas con puntos de experiencia conseguidos de sus múltiples asesinatos, los cuales sirven para comprar habilidades imprescindibles para abordar las batallas. Estos se dividen en tres clasificaciones: la garza, el tiburón y la araña, presentando cada uno diferentes opciones en su haber, desde técnicas de sigilo para matar a los contrincantes por la espalda sin ser detectados, hasta la posibilidad de aumentar la barra de salud. El progreso de estas adquisiciones queda reflejado en el tatuaje que el protagonista tiene en el brazo, el cual se irá expandiendo entre más habilidades se integren.
Es aquí donde entra una de las mejores características de Far Cry 3: el combate. Y es que ninguna pelea está sometida a un guion prestablecido, por lo que cada jugador puede decidir la forma de acabar con los enemigos y salir airoso, ya sea de forma cautelosa y empleando el sigilo, o entrando de lleno como el sargento York contra los alemanes disparando a todo lo que se mueva. Ambas maneras tendrán sus pros y contras, aunque lo mejor es ser cuidadosos y planear los asaltos detalladamente.
Far Cry 3 presenta una serie de misiones adicionales para complementar la campaña principal y romper un poco con la monotonía de la “línea recta”, introduciendo retos contra el tiempo para eliminar a la mayor cantidad de enemigos con un arma predeterminada, llevar un encargo a bordo de un vehículo a toda velocidad o realizar asesinatos a determinados blancos por un pago. Este contenido sólo aparecerá cuando las torres de comunicaciones y las bases piratas de los alrededores hayan sido tomadas, así que tener el 100 por ciento del juego tomará más de una docena de horas.
Aunado a esto, el juego invita de igual forma a inspeccionar cada rincón de la isla y encontrar diferentes piezas coleccionables como cartas, tarjetas de memoria y reliquias.
Locura compartida
Como buen shooter en primera persona, Far Cry 3 se integra con el clásico modo miltijugador competitivo y cooperativo, aunque su calidad palidece en comparación con el gran trabajo hecho en la historia principal.
En términos generales tenemos cuatro modos de juego diferentes, incluyendo la competencia de asesinarse por equipos, capturar territorios y otros más novedosos. En particular me agradó la prueba en la que dos equipos deben prender o defender un par de barriles para evitar o desatar un ataque aéreo en el que todo queda reducido a cenizas.
Los mapas están bien diseñados, aunque su extensión es notablemente corta comparados con otros representantes del género. Afortunadamente, el equipo desarrollador también implementó una nutrida opción para crear nuestros propios escenarios, dando una amplia gama de posibilidades para generar los campos de batalla con diferentes terrenos y elementos.
Por su parte, la sección cooperativa nos presenta una historia alterna a los eventos encarnados por Jason Brody, donde un grupo de cuatro sobrevivientes atrapados en la isla deben abrirse paso por oleadas de piratas para salir vivos del lugar. Los objetivos son diversos y van desde llegar a puntos de control, hasta resistir en un lugar determinado los constantes embistes de las fuerzas enemigas.
Tanto las reglas competitivas como cooperativas son un añadido bienvenido en la entrega, extendiendo su periodo de vida algunas horas más, pero su falta de variedad en los mapas y las reglas de juego evitan que sobresalga y brinde algo verdaderamente notable en el saturado terreno.
La gran sorpresa
Far Cry 3 es un juego que pocos esperaban, pero su gran propuesta en cuestiones narrativas y jugables lo han convertido en un broche de oro excelso para cerrar este agonizante 2012. La estética de los escenarios y personajes está bien lograda y la mezcla de sonidos realmente nos sumerge en las profundidades de la salvaje isla.
Si bien hay algunos bugs e inconsistencias con la inteligencia artificial, estos fallos no opacan en ningún momento la experiencia en su conjunto, que en total ofrece más de 20 horas de juego para la campaña principal.
El equipo de Ubisoft Montreal se ha anotado un valioso punto con Far Cry 3, que no sólo cumple con revivir una de las sagas más representantivas del género, sino que también demuestra que los FPS aún pueden innovar con robustas campañas individuales y no inclinar todo el peso al aspecto multijugador. Un título que nadie debe perderse durante estas épocas decembrinas.
Lo imperdible
-Mundo vibrante y lleno de desafíos por completar
-Vaas es uno de los mejores villanos que he visto
-Campaña individual extensa y bien llevada
-Los FPS aún pueden sorprender fuera del multijugador
-Elementos de rol bien integrados
Lo no tan imperdible
-Algunos bugs e inconsistencias con la IA
-El multijugador pudo haber quedado mejor