Cuando supimos que Borderlands 2 llegaría este año, sólo teníamos en nuestra mente buenas noticias. Efectivamente resultó ser así, lo que Gearbox Software ofrece en este paquete está totalmente a la altura de lo que se esperamos.
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La secuela de Borderlands viene a retomar lo que dejó el juego original, así de simple. En realidad, nada es tan simple como parece. El primer juego sufría de varios problemas y críticas, pero aún así fue un éxito porque, entre otras cosas, proponía una identidad única y diferente frente al resto de juegos de acción que inundaba el mercado. Gearbox Software tomó nota como logramos apreciar en nuestras impresiones cuando 2K Games visitó Latinoamérica, adelantándonos a grandes rasgos que Borderlands 2 tiraba todo a la parrilla.
Y así fue.
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Después de elegir el personaje que más nos acomoda, con cierta limitada personalización visual, el primer nivel nos da una pincelada de lo que nos espera más adelante: un tipo llamado Jack es el malo de la película, hay mucho humor (de distintos tipos) de por medio, botín esperando pasar tus ojos, y balas, muchas balas. El gélido escenario es sólo uno de tantos que tendrás que recorrer en una viva Pandora – que cambia entre la noche y el día – para seguir la trama, que en esta ocasión, está mucha más trabajada respecto a su antecesor.
No es algo que raye la originalidad, o no tenga algún cliché tipo sabía-que-esto-iba-a-pasar-en-algún-momento, pero es coherente, funciona, y por supuesto está empapada de ese humor irreverente característico de Borderlands. Los personajes aportan desarrollándose mucho mejor gracias al diálogo, a tal punto de hacerlos muy reconocibles. El Doctor Zed y su ausencia de título de doctor, el irónico Claptrap, el caballero Sir Hammerlock y sus creativos nombres para las especies del planeta, son sólo algunos de los tipos que conoces al principio – no les cuento más porque no quiero arruinar la sorpresa. Los personajes del original Borderlands vuelven con mucho más protagonismo, dándole peso a la narrativa a medida que pasa el juego, algo que no pasaba antes.
Sumado a esto están las gráficas y sonido acordes a lo que representa Borderlands 2. Pero lo que más se destaca en la dirección artística y el humor presente hasta en los detalles. Algunos chistes se pierden en la traducción al español, como aquél aviso puesto al lado de los baños, pero otros son totalmente entendibles para el internauta medio. Como matar a un tal “Boll”.
En el aspecto técnico, Gearbox cumple en PC. La compañía se dedicó completamente a dar una catarata de opciones y los maestros que quieran cambiar alguna característica del juego se sentirán muy cómodos. El problema de las texturas se mantiene (no aparecen inmediatamente) en todas las plataformas, pero se convertirán en detalles cuando ya tengas los dos pies en Pandora repartiendo balas sin cesar, a un ritmo bastante más acelerado que de costumbre.
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Mención aparte para PhysX de NVIDIA presente en Borderlands 2, que hace los efectos mucho más notorios – explosiones hacen volar chispas y piedras, bañar en ácido a un bandido deja un líquido verde, el agua se ve líquida y las telas moviéndose con el viento son las cosas más notables. El problema es que en batallas intensas estos efectos pueden hacer que tu tarjeta de video caiga en desgracia y veas una presentación a diapositivas insostenible. Menos mal son pocas las ocasiones, pero definitivamente es una tecnología que querrás activar si tienes la oportunidad, y desactivar si tienes un equipo algo escuálido como un pigmeo.
Volviendo al tema de la trama, este título no exige que los jugadores hayan completado el primer Borderlands, pero aquellos que gastaron su tiempo en encontrar La Bóveda les agradará saber que hay recompensas tanto en ítems como en la trama al ver sus personajes favoritos tomando el escenario e interactuando entre sí.
Algo que también se mejoró respecto al título anterior son las misiones opcionales. Las otras tienen bastante protagonismo, no se sienten “de relleno” y, aunque se basan en cosas simples, el tratamiento es lo que les da entretención a la travesía. Caminar de un punto a otro es algo tedioso cuando no hay Transporte rápido al a vista, pero no es algo que te haga tirar el televisor por la ventana y colgarte mientras te prendes fuego y aspiras harina tostada por las narices.
Hay que admitirlo: correr de un lugar a otro es muy aburrido cuando te das cuenta que no tienes vehículo cercano o ausencia de transporte rápido, pero por lo menos puedes correr con esas dos patitas que tienes. Los vehículos no juegan parte importante en Borderlands 2, salvo un par de misiones, y se extraña más protagonismo de ellos al menos como armerías-andantes estacionadas en la puerta de un campamento, listas para regalar experiencia con un par de balas, misiles, hojas de metal o barriles explosivos – tal como pasaba en el juego original. ¿O era yo el único que lo hacía?
Todas las balas tienen nombre. Todas las granadas tienen apellidos.
En Borderlands 2, la jugabilidad no está dada por la mejor aproximación, sino por la elección. Me explico: las clases, las armas, las habilidades, no es posible dominar todo y tener todo. Los recursos son limitados y elegir bien lo que más te acomode, y guardar algunas cosas “por si acaso”, es la clave para no hacer las balaceras más difíciles de lo que parecen.
Quedó clarísimo cuando Gearbox nos entregó una especie de “plan” para armar nuestro árbol de habilidades de forma previa. No puedes completar todas las ramas, así que enfocarse en una de ellas es más efectivo que tener de todo un poco. El juego no te penaliza si quieres reorganizar todo de nuevo, pero nuevamente el enfoque a “saber cómo jugar” es evidente hasta en este lugar.
Al igual, las clases son más diferentes que antes. No hay una que particularmente haga las cosas más fáciles que otra. Si te gusta jugar al disparo medido, quizás la clase Comando se adecue. Quienes juegan a lo rambo el Berseker les cae como anillo al dedo. Y así con la Sirena y el ninja Zer0, para usar distintos poderes o usar el combate cercano, respectivamente. Lo malo de todo esto es la personalización de cada personaje que es bastante limitado, al igual que los vehículos. ¿Para qué molestarse con sólo opciones predefinidas en un incómodo menú de selección? Bueno, no obligación gastar horas haciendo el “personaje perfecto”, pero habría sido bueno algo más de opciones a la hora de colorearlos.
Las armas, grandes protagonistas en Borderlands 2, son más diferentes y variadas que en el anterior título, sin contar que hay millones de combinaciones posibles esperándote por ser descubiertas en cada cofre, algunas más raras que otras. Diseños hay por montones, efectos secundarios también, haciendo que no exista una “arma perfecta” ni una muy igual a la otra, sino la que más se ajuste a lo que andas buscando. Algunas pintan bien pero la patada complica todo, otras queman todo a su paso pero bajo la mira se siente como un bote en una tormenta, otras pegan fuerte pero tardan años en cargarse, etcétera. Digamos, una “ampliación” a lo que ya venía de Borderlands 2, haciendo que hasta las armas más raras sean víctima de elección por sobre otras.
Todo lo anterior pasa por una interfaz que a primera vista se ve bastante bien, clara y concisa. Organizar el inventario, ver el mapa o gastar puntos es relativamente fácil e informativo, algo que pedía a gritos la primera entrega.
¡BOOM shakalaka!
Una cosa que me llamó la atención es que las armas son menos efectivas – en general – que antes. La munición es algo más escasa aún cuando actualizas el tamaño de tu mochila pagándole a un tipo con Eridium. Esto produce que cada misión se transforme en una especie de balas-pausa-balas (pausa para re-abastecerse). Eso te obliga a elegir mejor el tipo de arma, y estar atento a las decenas de cajas con munición de regalo. Nada que te transforme en una armería andante, pero no estarás seco al menos que seas muy bueno atinándole al aire con diez de cada diez balas que disparas. Además, hay armas que ocupan el doble o triple, y es muy normal ver que tu arma favorita se agote rápidamente.
Las balaceras son más dinámicas, y más claras. Desde disparar directamente a la cabeza, hasta jugar con barriles explosivos y efectos para debilitar a los bandidos, es algo que se agradece para variar el juego y no hacerlo tan monótono. Saber qué arma usar es sinónimo de éxito, munición de sobra y experiencia fácil. Salvo algunas ocasiones donde estarás totalmente superado en número, y víctima de muchos efectos en pantalla, la acción en Borderlands 2 se desarrolla bastante bien y algo más intensa que de costumbre.
Una cosa que apañan las batallas es la inteligencia artificial, que no dista mucho de lo que veíamos en el primer Borderlands: nadie te tiene miedo. Si bien usarán parapetos de forma parcial, la mayoría de las veces estarán corriendo de un lugar a otro como bandidos con anfetaminas, mientras que intentan rodearte y rellenarte de plomo en grupo. Dado el aspecto que tienen, no me esperaría menos, y por mí la idea es sería coherente si no les fuese tan difícil alertarse de tu presencia a metros (o su equivalente en píxeles). Pero todos cumplen su rol: bandidos suicidas correrán a por tí, nómadas con escudos no te darán la espalda, etcétera.
Algo que me agradó mucho es el Badass Rank. Son desafíos que puedes cumplir dentro del juego para mejorar algunos aspectos de tu personaje a través del canje de monedas, premio por cumplirlos. Las mejoras no son abrumadoras, pero se siente bien saber que todo lo que haces en Borderlands 2 tiene una recompensa y te da una razón para volver a explorar zonas (o quedarse un rato más), matar algunas cosas en el camino, o hacer alguna estupidez. El juego constantemente te recuerda el progreso de algunas hazañas, y las estadísticas afecta a todos tus personajes, evitándote tener que completarlos por cada uno.
Hablando de cosas agradables, por fin decidieron usar Steamworks para el modo en línea. Gamespy era un total lastre arrastrado desde los años ’90, y el cambio mejora mucho la experiencia multijugador. El cooperativo es muy parecido al que ofrecía el juego original, pero en este juego se lo tomaron en serio. ¿Por dónde partir?
Veamos: la pantalla principal te informa en qué están tus amigos, puedes hacer cooperativo en pantalla dividida, entrada y salida directa, incluso a cuatro jugadores en dos consolas o PC vía LAN, cambiar la división de la pantalla, compartir armamento, la lista suma y sigue. El enfoque que tiene Borderlands 2 para el modo cooperativo es grande, y “completo” no le hace justicia. Incluso, cuando pases al nivel 50, tendrás la oportunidad de tomar un enemigo que sólo se puede batir con cuatro jugadores. Lo único “malo” es que el botín se reparte – una razón por la que te gustará jugar sólo con gente de confianza – pero en sí es sólo un ligero detalle sumado al ocasional lag al lado de la grata experiencia que te espera cuando decidas abrir tu partida al mundo en línea.
En una partida cooperativa dos jugadores con el mismo personaje no son iguales. Como verán, el árbol de habilidades es diferente para cada uno y esto hace que aún así los jugadores se complementen bastante bien. Es muy entretenido y eso es lo que vale en este modo, donde los cuatro pueden patear traseros de diferente forma.
Todo lo que vendo se lo arranqué a bandidos muertos
Gearbox otra vez nos entrega un juego bien armado de principio a fin. Bueno, dejando de lado la porquería de Duke Nukem Forever que sólo se dedicaron a dejar funcionando porque no fueron ellos quienes hicieron el 95% del juego. Viendo lo genial que es Borderlands 2 y el reconocido trabajo que hizo el estudio para el contenido descargable en el juego anterior, el Season Pass es casi una obligación a la espera del paquete Mechromancer. El juego te exigirá 20~40 horas para completarlo dependiendo de lo que quieras hacer, y con el nuevo contenido esperen más a sumar. ¡No vas a tener un fin de semana libre!
Borderlands 2 es un juego que premia al jugador por jugar como le gusta, por ver y escuchar con atención. La progresión se siente un poco lenta cuando te das cuenta de todo lo que hay por hacer, pero pero personalmente creo que tiene buen ritmo y te da tiempo necesario para aprender a sobrevivir en Pandora, en solitario o – como se recomienda – con amigos.
Esto es Borderlands más grande y mejor. Salvo detalles pequeños que no afectan gravemente todo lo que ofrece el juego, hace mucho tiempo que no veíamos un título que mereciera cantada las 5 estrellas de 5 por ser tan flexible, tan completo, y tan enviciante como para terminarlo dos veces. En mi caso, para entregarles un Labs con cerca de 2.200 palabras.
Lo imperdible
– Toneladas de diferentes armas
– Énfasis en el estilo de juego que en una única solución
– Muchas misiones de diversión y humor que tomarán horas
– Trama simple pero entendible y trabajada (funciona)
– Badass Rank, para siempre estar haciendo algo
– Cooperativo muy flexible
– Múltiples opciones en PC, recompensa para quienes tienen un sistema ad-hoc
– Interfaz renovada y fácil de manejar
– Detalles jocosos por donde mires
Lo impresentable
– Algunas misiones te harán trotar bastante
– El botín se comparte en el cooperativo
– Limitadas opciones de personalización visual
– Vehículos sólo sirven principalmente de transporte
– Algunos bugs en la IA
– Las texturas tardan en cargar