Fotografías: Mariano Mancilla.
A mis manos llegó el Samsung Serie 5 XE500C21, un portátil muy particular que en sus entrañas corre el sistema operativo Chrome OS versión 20 y no Windows ni otra cosa, en un proyecto muy atrevido de Google que pretende establecer un nuevo paradigma en términos de computación, enfocando el software para su uso dependiente de Internet y los servicios en la nube.
Podría intentar explicar en qué consiste el concepto extraño de Chrome OS, decir en qué se diferencia de Windows y enumerar sus características, sin embargo, la mejor forma para entenderlo es usarlo, y en este caso, relataré cómo fue mi experiencia reemplazando mi computadora personal por este Chromebook durante una semana completa, en busca de cumplir con las expectativas personales al momento de adquirir un notebook apto para el uso cotidiano.
Y acá tampoco nos vamos a poner tan exigentes: yo no soy ningún ingeniero de la NASA y todos sabemos que lo que promete el producto es básico. Porque según Google y Samsung, debiéramos estar frente a “la mejor experiencia web” para “estar todo el día navegando por la red, trabajando y descargando” en una máquina “diseñada para llegar tan lejos como tú quieras“, aunque no tengo idea a qué se refieren con esta última frase. Así que nada de software profesional ni cosas especializadas.
En términos prácticos y frases cliché aparte, también se prometen tiempos de arranque menores a los 10 segundos y una duración de la batería de 8,5 horas, con una recuperación instantánea del modo de suspensión y acceso a miles de aplicaciones mediante la tienda Chrome Web Store. Todo esto es mostrado en una pantalla LED de 12.1 pulgadas anti-reflejo, movido por un procesador Intel Atom N570 doble núcleo a 1.66GHz, 2GB de memoria RAM, gráficos integrados Intel GMA 3150, un peso de 1,48 kg y 19.9mm de espesor.
Pero esto no es lo mejor a lo que podemos acceder, ya que el Chromebook es un proyecto en desarrollo de Google y el Samsung Serie 5 XE500C21 que tenemos posee un hermano mayor llamado Series 5 550, con mejor procesador central y el doble de memoria RAM, además de una versión actualizada del sistema operativo Chrome OS 21.
A primera vista
Según las especificaciones, el equipo es ligero, compacto y de reducido tamaño. Sin embargo, la calidad de fabricación es bastante buena pese a ser plástico, y si bien no ofrece la rigidez de un cuerpo de aluminio, tampoco da la impresión de tener un netbook de mala calidad. Mucho más transportable que un modelo de 13 pulgadas convencional y bastante mejor que un netbook de 10″ u 11″, dejó una grata impresión que dan ganas de usar, muy acorde al perfil hacia el que está apuntado, que son tareas cotidianas y navegación web.
Mirando bien de cerca, el teclado tiene una serie de botones dedicados que reemplazan a las funciones F1 a la F12, con accesos directos para las flechas de adelante, atrás, refrescar y página completa del navegador web, junto a controles para el brillo de la pantalla, de volumen y la tecla de apagado. Por otro lado, el trackpad es una superficie completa para manejar gestos multitáctiles, soportando desplazamiento con dos dedos y poco más que eso, ya que no hay zoom de pellizco ni movimiento de imágenes hacia al lado.
Ambos elementos son un reflejo de la filosofía de este equipo, y el diseño limpio viene muy bien, en tiempos donde el minimalismo es un bien preciado y el estar libre de complicaciones ciertamente es algo que se agradece a diario.
Y lo encendemos…
Hasta ahora todo muy simple, y por como vamos, será la tendencia de la experiencia con el Chromebook. Y es que esta simplicidad es la que promete velocidad, ya que al ser Chrome OS una plataforma sencilla y liviana, el prendido se realiza efectivamente en 10 segundos o menos, tiempo del cual se pasa desde un estado completamente apagado a estar en la ventana abierta del navegador web Chrome. Sin duda lo mejor que hemos visto.
Lo primero que se ve, pocos instantes luego de presionar el botón power, es la pantalla de inicio de sesión, donde aparecen los distintos usuarios que estén registrados en el equipo, cada quien con su propia configuración. Para llegar a esto, la persona debe ingresar su correo electrónico de Gmail y contraseña, credenciales que de ahora en adelante serán las llaves maestras del Chromebook.
Luego, se presenta inmediatamente el navegador web Google Chrome, principal y única herramienta disponible en la computadora. Sí, así de simple: este equipo lo único que hace es correr Chrome, nada más, y no es broma. Por algo se llama Chrome OS, y la idea acá es ofrecer navegación expedita, en una plataforma liviana que no consuma muchos recursos y por lo tanto, no haga demasiado más que sostener el navegador, para que el encendido sea rápido y la batería dure mucho.
Hay dos aspectos importantes que descubrí eran esenciales para entender lo que estaba usando: el sistema de aplicaciones y el sistema de archivos.
Aplicaciones web
La oferta que hace Google para armar su ecosistema de aplicaciones no es a través de una plataforma interna del computador para instalar programas, como lo hace Windows, OS X o alguna distribución de Linux, sino que la idea acá es acceder de manera remota a todas las utilidades, instalando nada en el PC.
La tienda de apps Chrome Web Store nos “engaña” de cierta forma al enviarnos hacia ofertas que al ser capturadas, dejan en el menú de aplicaciones de Chrome OS (que es muy al estilo Android) un icono de la herramienta. Acá yo pensaba que algo se iba a lanzar cuando luego le hiciera click, pero sorpresa; para lo único que sirve mi flamante acceso directo es para abrir una nueva pestaña del navegador con la página donde está la animación flash que buscamos.
Esto me dejó perplejo porque a diferencia de versiones anteriores del navegador Chrome, ahora ya no se instalan ni descargan aplicaciones, sino que éstas son simples vínculos a un sitio web externo, y la tienda de Google es una simple fachada. Por ejemplo, entré a la tienda y bajé algo que se llama “Virtual Piano Black”. Tengo un icono en mi menú y cuando lo lanzo, llego a https://www.buttonbeats.com/piano/chromePiano.html, con publicidad y todo:
En otros casos, se mantiene el método de complementos de Chrome convencional y se instala un plug-in, pero sólo en casos que se requiera añadir una funcionalidad extra al navegador, como un capturador de pantalla o gestor de descargas, lo que funciona igual tanto acá como en la versión del software para Windows o Mac OS X.
Sistema de archivos
Lo anterior casi me hizo cerrar el equipo de forma precipitada y trabajar desde el celular, pero afortunadamente, hay algo que acerca a Chrome OS a una plataforma de escritorio más que a un sistema operativo móvil. Se trata del sistema de archivos interno que tiene, ya que existe una suerte de estructura interna que otorga control relativamente libre de lo que guardemos en el equipo.
Podemos introducir una memoria flash USB y ésta aparecerá sin problemas, pudiendo mover el contenido al interior de nuestra máquina, en un simple entorno que muestra en una barra lateral izquierda lo que tengamos conectado, además del lugar donde todo se almacena en el PC: la carpeta Descargas.
De acá se pueden tomar ficheros para subirlos a la web a través de formularios, así como también acceder a labores de edición básicas de imágenes gracias a ciertas herramientas integradas, accesibles mientras visualizamos la fotografía, aunque es muy poco lo que se puede hacer, no más que ajustar el brillo y posición de la foto, junto con el botón de compartir a Picasa:
Y con esto se me acabó la entretención, ya que aparte de eso, la configuración del Chromebook se hace desde Chrome, y no hay mucho más que pueda explorar al interior de la computadora, ya que los accesos directos hacia Google Drive, Gmail o YouTube abren el servicio en el navegador, y explicar su funcionamiento sería redundante, puesto que es lo mismo en todos los sistemas operativos.
Tareas cotidianas
Ya tengo más o menos claro cómo funciona y qué puedo hacer con el equipo, así que basta de exploración. Porque una vez que se asume que todo se abre en el navegador web y que lo único que funciona sobre Chrome OS es el sistema de archivos, no queda mucho más que explorar. De hecho, nada, así que a navegar se ha dicho.
Lo primero que necesito es escribir, editar imágenes en Photoshop y subirlas mediante un formulario. Puedo hacer dos de tres, sin embargo, la piedra de tope es Photoshop. Claramente no lo puedo instalar, porque esto es Chrome OS y no Windows o Mac, y como las aplicaciones son simples accesos directos a una nueva pestaña del navegador, recurrí a un viejo conocido: el editor en línea pixlr.com.
El reproductor de música “integrado” en Chrome OS no es más que un acceso directo al servicio Google Play Music de la empresa, el que adivinaron: se abre en una pestaña nueva. Y para peor, no está disponible en mi país. Así que mejor vamos a soundcloud.com o algo por el estilo…
Las redes sociales… bueno, en pestañas aparte, porque ni una aplicación básica que corra en Chrome OS hay. Así con todo, y en resumen, lo único que haces es tener muchas pestañas abiertas del navegador abiertas porque nada funciona de forma nativa sobre el sistema operativo. Básicamente, estoy frente a un portátil discapacitado, y si no fuera por que en Internet hay versiones web de todo, como Pixlr o Soundcloud, no podría hacer nada.
¿Y por lo menos anda rápido? No. Y es que recordemos que la plataforma interna del Chromebook es sólo un procesador Intel Atom con gráficos integrados Intel GMA 3150, y aunque Chrome OS parece liviano en recursos, todos sabemos que el navegador Chrome que tiene encima no lo es tanto, y de cinco pestañas abiertas hacia arriba ya comienza a notarse lentitud en la experiencia de uso, animaciones lentas y desplazamiento interrumpido.
A favor, hay que destacar que además del cortísimo tiempo de prendido, la suspensión y recuperación también es instantánea, siendo lo mejor del equipo la rapidez con que uno se sienta en el escritorio y comienza a trabajar, aunque sea a medias. Además, la duración de la batería es excelente, con seis o siete horas bajo intensas condiciones, con múltiples pestañas y diferentes clases de servicios.
Finalmente, hay que tener en mente nuevamente que hay un Chromebook con mejores prestaciones de hardware, el que seguramente anda más rápido que este, junto a una versión actualizada de Chrome OS 21, que más de alguna mejora tendrá para solucionar algunos problemas de los que se ven.
Conclusión
A Chrome OS le falta. El equipo y sistema operativo vienen con la promesa bajo el brazo de ofrecer simplicidad y velocidad, sin embargo, el software es tan simple que carece de funciones básicas, y el nuevo paradigma de trabajo en la nube 100% dependiente de Internet no se adecúa a nuestros tiempos, ni tampoco le acompaña un ecosistema rico en aplicaciones como para sostener dicho modelo, porque no hay aplicaciones.
El diseño físico del portátil no está nada de mal, con un teclado cómodo, trackpad del que no hay nada que decir y una pantalla anti-reflejo que no ofrece el mejor brillo ni contraste, pero es anti-reflejo. La autonomía energética es de las mejores y los tiempos de encendido y suspensión son óptimos.
El gran problema es que al tener un PC que sólo hace andar un navegador web, las opciones son limitadas, y en una semana, uno ya se ve recurriendo a máquinas de algún amigo o familiar para hacer correr algún programa que no puedes en tu Chromebook, así que ahora entendemos porqué el equipo no se vendió lo suficiente y casi ningún fabricante prendió con la idea, por lo que Google sigue trabajando duro en ella para mejorarla. Por mi parte, yo vuelvo feliz a cualquier cosa con Windows, Mac OS X o Linux… por ahora.