Hoy Street Fighter cumple 25 años y a mi mente vienen varios recuerdos agradables. Al igual que en muchos países de Latinoamérica, en México se vivió una fiebre a finales de los ochenta con las “maquinitas” (arcadias).
El primer Street Fighter era de esos juegos poco populares, tal vez porque era complicado conectar los hadoukens o terminarlo gracias a que el dueño de la farmacia le había subido toda la dificultad a la placa. Menos mal que eso duraría poco ya que Street Fighter II llegó en 1991 y rápidamente se volvió un hit.
¿Quién no recuerda los términos asociados a este juego? El abuken, o la patada giratoria de Ryu; la media luna y el anecbú de Guile o la mortal licuadora de Zangief. También la etiqueta para retar a quien estuviera jugando: algunos simplemente ponían sus fichas en el borde de la pantalla para apartar el juego, otros llegaban y sin permiso te enfrentaban.
El fenómeno Street Fighter II duró tanto que comenzaron a salir las versiones modificadas, esas donde podías lanzar cinco hadoukens al ejecutar un shoryuken, o aquellas donde ibas escalando la pantalla al lanzar un sonic boom. También otras versiones piratas aparecieron para consolas caseras, como ese Street Fighter de “family” (Famicom) que estaba disponible en todos los mercados de México.
Street Fighter II para Famicom (c) schnuth.com
La espera por Street Fighter III se hizo eterna, de hecho fue demasiado tiempo por lo que muchos decidimos emigrar a las consolas caseras y poco a poco los locales de arcadias fueron quedando vacíos. Las farmacias cambiaron los gabinetes por refrigeradores de Coca-Cola y a pesar que franquicias como Alpha o EX fueron buenas, la fiebre por el N64 o PSX y sus juegos tuvo mayor peso.
Veinticinco años se dice fácil, sin embargo ha sido un camino de mucho trabajo para Capcom. Hoy en día Street Fighter se encuentra más vivo que nunca gracias a juegos como Street Fighter IV o Street Fighter X Tekken (a pesar de las polémicas del DLC).
Para ustedes, ¿qué ha significado esta franquicia?
