Anteriormente astrónomos han encontrado planetas en sistemas binarios –cuando dos estrellas giran entre sí en torno a su centro de masa– pero esta es la primera vez que encuentran uno con dos planetas, donde incluso uno de éstos se encuentra en la zona habitable del par de estrellas.
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El planeta se llama Kepler-47c, y por su tamaño –4,6 veces el diámetro de la Tierra– probablemente se trate de un gigante gaseoso aunque no se descarta que podría tener satélites naturales rocosos donde perfectamente podría existir vida, pues la zona habitable es ese rango de distancia a una estrella donde el agua puede existir en estado líquido en su superficie (si está mas cerca se evaporaría por el calor y si está mas lejos se congela).
Uno de los científicos que descubrió el sistema, Jerome Orosz de la Universidad Estatal de San Diego en California, cree que “si volviera de Francia y te contara que la gente usa zapatos, no estarías sorprendido porque todos usamos zapatos. Por lo que viendo que casi todos los planetas en el sistema solar tienen lunas, no me extrañaría que le encontraran una a Kepler-47c “.
Orosz encontró los nuevos exoplanetas cuando examinaba los datos del telescopio espacial Kepler, el que se dedica especialmente a buscar este tipo de astros, y especula que en caso de tener lunas, los Soles se verían relativamente juntos en el cielo y cuando uno se oculte, el otro lo seguiría a los 15 o 30 minutos.
El astrónomo afirma que “las estaciones serían muy extrañas. La distancia entre la luna y la estrella más grande cambiaría constantemente, por lo que la cantidad de calor que podría recibir variaría mucho en torno a su órbita, la que estimamos que sería del largo de una semana“, especula Orosz.
O sea, en caso que el exoplaneta Kepler-47c tuviera una luna de roca sólida, las cuatro estaciones podrían variar en el transcurso de una semana, y si es similar a la nuestra que tiene una cara que siempre mira a nuestro planeta, para la mitad de la hipotética luna siempre se podría ver en el cielo a Kepler-47c.
Link: Astrophile: Two planets with two suns up odds for life (New Scientist)