Tan pronto apareció Windows 8 disponible para descarga nos dispusimos a bajarlo en instalarlo en los equipos que pudimos. Lamentablemente no teníamos un tablet para probar, de modo que este “a primera vista” se referirá a la experiencia de uso en un PC. En este caso, se trata de un laptop Samsung Serie 9 modelo 2011. Les recordamos los requerimientos de Windows 8, con los que no tuvimos ningún inconveniente en este equipo.
La instalación es muy rápida, tomó menos de 10 minutos, y quizás el único punto que genera confusión es cuando se nos pidió el número de serie del software, que tras buscar un poco encontramos en el sitio de Microsoft. De ahí en adelante entramos casi directamente a configurar nuestro equipo. Por cierto, no está disponible en español todavía, así que nuestra versión está en inglés.
Para usar Windows 8 necesitarás tener una cuenta de Windows Live (Hotmail o la que usas para Messenger), con la que ingresas al sistema. El dato: si entras con tu cuenta a otro equipo con Windows 8, se cargará la misma configuración que tenías guardada en tu equipo original. Las aplicaciones, sin embargo, tienes que volver a bajarlas en el nuevo equipo, no aparecen solas.
Una de las primeras cosas que vemos es la opción para elegir el color de fondo que queremos usar, y luego accedemos a la interfaz Metro de la que tanto se ha hablado desde que apareció por primera vez como propuesta de Microsoft.
No cabe duda de que se ve amigable para los dedos: aunque nuestra pantalla no es táctil, nos dan ganas de tocarla para empezar a usar las aplicaciones. Pre-instaladas vienen Messenger, Internet Explorer estilo Metro (que despliega los sitios a pantalla completa), SkyDrive, mapas, la tienda y otros. Sin embargo, queremos más así que una de las primeras cosas que hicimos fue dirigirnos a la Store a descargar. Todas las aplicaciones de la tienda son gratis durante este periodo.
La tienda
Los programas están clasificados por categorías: social, entretenimiento, fotos, música y video, libros y referencias, noticias, comida, shopping, etc. Para ir a cada sección debes deslizar la pantalla hacia la derecha – cosa que en nuestro caso se puede hacer usando la rueda del mouse, o bien moviendo la barra de scroll que aparece automáticamente en la parte inferior de la pantalla. Con el trackpad, en cambio, nos resultó algo más complicado debido a que no tenemos muchos gestos con los dedos disponibles en este momento.
Si haces clic sobre el nombre de la categoría, entras a un menú diferente donde puedes elegir sub-categorías – en el caso de juegos, puedes escoger de acción, aventuras, puzzles, etc.
Hay una variedad bastante amplia de apps para tratarse de la primera apertura de la tienda, aunque faltan cosas como un procesador de textos ni de ofimática, clientes de redes sociales y software de seguridad.
Uso con el mouse
Windows 8 usa muchos gestos para funcionar de forma táctil: deslizar hacia abajo, desde la izquierda, desde la derecha, etc. Con el mouse, reemplazamos estos gestos moviendo el mouse hacia las esquinas de la pantalla.
Si acercas el cursor a la esquina superior izquierda, accedes al sistema de multitarea, donde se ve la última aplicación abierta. Si mueves el mouse hacia abajo, aparecerá una lista con todos los programas que estén abiertos en ese momento. Desde esta ventana, puedes deslizar una de las aplicaciones para usar dos al mismo tiempo. Una de las aplicaciones usará un tercio de la pantalla, mientras que la otra usará los otros dos tercios (ver video). Así por ejemplo podemos chatear y navegar, o abrir el mail y jugar al mismo tiempo. Sólo se puede tener dos pantallas abiertas de forma simultánea.
Moviendo el cursor a la esquina inferior izquierda – donde normalmente estaba el botón de inicio de Windows – aparecerá un enlace a la pantalla de principal de Metro (es decir, el nuevo “inicio”). Moviendo el mouse hacia las esquinas de la derecha, nos aparece un menú general que incluye un botón de inicio con el nuevo logo de Windows, un botón para compartir, para configuración, buscar, y acceso a dispositivos conectados a nuestra máquina.
Es cierto que hay que aprenderse todas estas instrucciones, pero no resulta difícil. Básicamente hay que acordarse de mover el mouse hacia las esquinas, donde encontraremos los menús que necesitamos.
Escritorio
Para correr las aplicaciones “antiguas” – es decir, no “estilo Metro” – tenemos el escritorio. Windows 8 lo trata como si fuera otra aplicación más, aunque es algo curiosa porque nos permite correr otros programas adentro. Por ejemplo, instalamos Chrome, que no tiene versión Metro. Para correrlo necesariamente tenemos que entrar al escritorio.
El escritorio será especialmente útil para navegar archivos: aquí se encuentra el tradicional explorador de carpetas como lo conocemos hasta ahora. También tenemos aquí el Panel de Control: mientras Metro tiene un sistema de configuración general, la parte más específica deberá seguir tratándose desde este panel.
Conclusiones
Windows hasta ahora había estado centrado en los archivos. Nuestro escritorio normalmente es una colección de carpetas, fotos y documentos varios pegados por todos lados. Eso se acabó con Windows 8. Ahora lo primero que vemos son las aplicaciones, que se convierten en el protagonista absoluto del sistema.
Microsoft se ha esforzado en presentar un ambiente limpio, ordenado y muy configurable para convencernos de usarlo. Aunque muchos temen que “hay que aprender de nuevo” a usar el sistema operativo, en realidad a primera vista parece más sencillo de usar que el Windows tradicional, posiblemente más amigable para los usuarios nuevos. Los que están acostumbrados al escritorio, en tanto, puede que se sientan un poco incómodos, pero al menos éste sigue existiendo dentro del sistema como una aplicación.
En términos generales, el Consumer Preview funciona bastante bien, aunque sí nos hemos encontrado con algunos problemas menores, esperables para un beta.
Revisa nuestra primera vista en video: