Con su recién salida en Europa, el videojuego japonés llega a todas las regiones del mundo. Tal vez más de lo que Atlus esperaba en un principio. En Niubie finalmente le pusimos las manos a Catherine, bien como lo predijo Raúl Estrada hace ya varios meses.
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Hay que aceptar que la chica es atractiva, especialmente para la generación de videojugadores que tienen unos 30 años o más.
Las relaciones entre parejas siempre ha sido un tema muy explotado de todas las maneras posibles y Atlus lo hace pero en un medio donde no es común econtrar un escenario que alude a los problemas existenciales de los hombres que deben decidir entre comprometerse con una mujer para toda su vida o simplemente seguir con la libertad de soltero o traducido en términos de idealismo masculino: múltiples parejas y sexo ilimitado.
Catherine no sólo se trata de resolver un juego de rompecabezas y fan-service tambien expone un punto de vista maniqueista del matrimonio siendo estos factores sólo la tapa de la atracción principal del juego la cual es la empatía con la confusión de Vincent, el personaje principal.
La trama cuenta la vida de Vincent, un treintañero que tiene una novia llamada Katherine, una chica seria con la cual está a gusto, en la zona cómoda. Pero ella cada vez se pone más seria sobre la relación, situación que a nuestro protagonista incomoda.
Una noche, después de tomarse unas copas con sus amigos, Vincent termina solo, borracho y pensativo sobre su relación con su novia, en algún momento aparece una mujer que al protagonista de la historia le parece su chica perfecta, se llama Catherine, hablan un poco y a la mañana siguiente él despierta en su departamente con ella en su cama desnuda.
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Entonces inicia la historia y las preguntas morales que el juego hace a los usuarios. Cada inicio de nivel se debe responder una pregunta moral, afectando así un medidor personal de moral que según el resultado que se obtenga al terminar el juego será lo que indique cual de los múltiple finales le corresponde a uno. Hay más de nueve finales que abarcan los distintos extremos de moral que los usuarios pueden tener.
Catherine tiene dos modos de juego, el de resolver rompecabezas y el de interactuar en el bar Stray Sheep, lugar donde Vincent ahoga sus penas con los amigos y el alcohol.
El puzzle tiene reglas sencillas: se debe escalar una torre de bloques hasta el tope a base de empujar, jalar, destruir, colocar las unidades que la conforman. Una mezcla rara de Q-Bert y Picross 3D o más o menos así.
Los rompecabezas tienen variantes y el reto su gracia. No es sencillo pero tampoco lo suficientemente complicado como para que se azote el control al suelo. Siempre se tiene que resolver a contra-reloj, elemento que causa estrés en combinación con las diversas trampas que presentan los bloques a escalar. Bloques con picos, bloques de hielo, bloques que se rompen, bloques que explotan o bloques inmovibles son algunos ejemplos.
Estos niveles de puzzle suceden en las pesadillas que tiene Vincent cada noche, la otra parte del juego sucede en el ya mencionado Stray Sheep. Lugar en el que el personaje principal del juego deberá responder mensajes SMS tanto a Catherine como a Katherine, indicando su carácter y posición frente a las intenciones de ambas mujeres (afectando su medidor de moral a la vez). También se averiguará más sobre el argumento principal que le da sentido a este juego de pesadillas e infidelidades. Ya que las pesadillas (niveles puzzle) de Vincent están relacionadas con la muerte de otros hombres en la ciudad, y al parecer todos los cadáveres estaban en una situación de infidelidad.
Un dato curioso e importante del juego es que en el bar hay una máquina recreativa llamada Rapunzel que al jugarse es una versión del modo de juego de Catherine pero en 8-bits tanto gráfica como auditivamente. Un rompecabezas con casi las mismas reglas, lo único que cambia es que en vez de jugar contra reloj se tiene tiempo ilimitado pero un número fijo de movimientos para resolver el problema. Rapunzel incluso puede llegar a ser más adictivo que el puzzle principal.
Entre estos dos modos de juego se desenvuelve Catherine, un título tejido con cinemáticas anime de gran calidad, tanto en estética como narrativa. Visualmente el título está muy bien logrado, un diseño de imagen fino y fiel al estilo japonés, un soft-fan-service que deja mucho a la imaginación, y unos rompecabezas entretenidos si a uno le gusta este género.
Obviamente no es el juego perfecto, y también tiene sus cosas negativas. Por ejemplo la música cuando se resuelven los puzzles es muy repetitiva (hay pocos tracks que se repiten una y otra vez durante todo el juego) y si uno está más de 30 minutos en un mismo escenario al final termina poniendo el audio muy bajo o ya de plano lo quita.
Si lo que interesa es la historia de Catherine y no los puzzles se puede poner en modo fácil pero no evita resolverlos, por lo que esto es una molestia para la gente que disfruta más de las aventuras gráficas.
El hecho de que la exposición del matrimonio sea maniqueista se me hace muy extremo: o es bueno o es malo (según el juego o es el inicio de la vida o su fin). Que obviamente no es así de sencillo o eso creo yo que no estoy casado pero llevo varios años viviendo con mi novia.
Es cierto que la necesidad de hacer preguntas para calificar la moral del usuario sean parte esencial de la idea del juego pero el hecho que sólo haya respuestas totalmente blancas o totalmente negras le resta analogía con la vida real. En este aspecto se pudo haber trabajando en un mejor sistema de moral con más matices.
CONCLUSIÓN
Catherine es un juego que mezcla un puzzle de construcción/destrucción de una torre de bloques con una historia erótica presentada en animaciones de alta calidad que tiene como trasfondo el dilema de comprometerse a una relación para toda la vida o no.
La presentación del tema es atractivo tanto visual como narrativamente, la combinación con el modo de juego de puzzle de bloques no le queda mal pero tal vez los aficionados a las aventuras gráficas (que en esencia es lo que es el título) lo vean más como un obstáculo que como parte de la diversión. El modo de juego es entretenido, aunque el hecho de tener un sistema de moral tan limitado le quita inmersión a la historia.
Catherine le recuerda a la industria occidental que los temas de adultos no son sólo guerras o thrillers. También se pueden explotar otras cosas, como las emociones, sexo, y pasión sin recurrir a la violencia o sagas cósmicas trans-eónicas. Simplemente si se tiene 31 años, una relación larga y estable con la novia y se está en la encrucijada del compromiso a largo plazo o libertad sexual definitivamente interesará.
Lo Imperdible
- El planteamiento de la problemática moral de Vincent.
- Las situaciones de infidelidad que presenta el argumento.
- El personaje Catherine.
- El modo arcade 8-bit del juego: Rapunzel.
Lo Impresentable
- La repetitiva y desgastante música cuando se resuelven los puzzles.
- Tener un sistema de moral tan simple cuando la moral es totalmente lo contrario a simple.
- Faltaron más escenas de sexo.