Todavía queda un poco de verano en el hemisferio sur, la gente todavía disfruta de las playas y del Festival de Viña, y nos pareció una buena idea conocer un poco más sobre el indudable rey de la playa, la piscina y el bronceado en este retorno del “origen de“: el Bikini.
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Aunque muchos creen que el bikini recién apareció en la década de 1940, cuando causó polémica y shock en los balneareos de Francia, lo cierto es que las mujeres vestían trajes de dos piezas de este tipo por lo menos desde el año 1.400 antes de Cristo. En ese entonces, era la ropa deportiva femenina de la antigua Grecia. También hay registros de su uso en la antigua Roma, pero lo cierto es que las costumbres cambiaron mucho en los años venideros, y el bikini como lo conocemos hoy permaneció censurado por siglos, hasta la década de 1900. Una competencia entre un ingeniero automotriz francés y un diseñador fueron quienes lo lanzaron a la fama.
Moral y buenas costumbres
Bañistas en 1890
Mostrar algo de piel más que las manos y la cara fue muy mal visto durante mucho tiempo en el mundo occidental, por lo que los primeros trajes de baño femeninos consistieron en una especie de pijama que cubría desde las muñecas hasta los tobillos y que estaba decorado con horribles rayas horizontales rojas y blancas. Al poco tiempo se ganó el apodo de “traje de prisión”, y aparentemente nadie salía a hacerse la sexy con este atuendo en la playa.
De a poco, sin embargo, fueron desarrollándose versiones más cómodas, impulsadas por un lado por temas deportivos (en 1913 se aceptó la natación femenina en los Juegos Olímpicos) y actividades de otro tipo, como el cabaret, lencería y modelos estilo pin up, pero en este lado era más un disfraz que un real traje de baño.
1946 y el fin de la guerra
Brigitte Bardot (18) introdujo el bikini en el cine en 1952 con «Manina, La Fille Sans Voiles»
Se considera que los “padres” del bikini moderno son el ingeniero automotriz francés Louis Réard, y el diseñador de modas Jacques Heim, quienes en 1946 lanzaron simultáneamente pero por separado esta prenda de vestir en Paris. El verano de 1946 fue el primero libre de guerra en Europa en años, lo que motivó una ola de ganas de vivir la vida que hasta el momento no había sido posible en la zona.
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Aunque la profesión de Réard no tenía mucho que ver con la ropa, en esos tiempos el ingeniero estaba administrando la tienda de lencería de su madre en la capital de Francia. La idea de hacer un traje de baño pequeño le vino a la mente cuando se dio cuenta de que las mujeres “arremangaban” sus trajes para conseguir un mejor bronceado.
Su competidor, Heim, comenzó a vender su invento bajo el nombre de “átomo” con el eslogan “el traje de baño más pequeño del mundo”. Réard respondió diciendo que el suyo era “más pequeño que el más pequeño del mundo” y lo llamó “bikini”, por el Atolón Bikini, lugar donde Estados Unidos realizaba por entonces pruebas de bombas nucleares. Réard pensó que la ropa causaría tanta conmoción como una bomba.
Marketing
Micheline Bernardini con el primer bikini
El bikini de Réard era tan osado, que el ingeniero no pudo encontrar a ninguna modelo que quisiera usar la prenda para promocionarla. Así, Réard terminó contratando a Micheline Bernardini, una desnudista de un casino de París.
Bernardini vistió un bikini de amarras hecho con 194 cm2 de tela, y se paseó por una piscina pública de la ciudad. La prenda causó sensación – especialmente entre los hombres – y Bernadini recibió 50.000 cartas de “fans” tras el evento. Aunque el modelo más modesto de Heim fue el que ganó más aceptación entre las usuarias que lo empezaron a vestir en la playa, la propuesta más atrevida de Réard finalmente hizo que el bikini dominara el mercado.
No pasó mucho tiempo hasta que mujeres jóvenes empezaron a desafiar a la sociedad en que vivían vistiendo bikinis. Gobiernos como el de España e Italia aprobaron leyes para prohibir esta prenda en las playas públicas por indecentes, pero no tuvieron mucho efecto y para 1950 el bikini dominaba las playas europeas.
El bikini se transformó en un símbolo de expresión y liberación femenina. Fueron las mujeres que comenzaron a vestirlo las que lo impusieron, rompiendo con la costumbre que las mantenía sin poder mostrar su cuerpo. Y hoy, el bikini ya se convirtió en un estándar que está lejos de escandalizar a nadie.
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