Los últimos días han estado bastante agitados en la web. Partimos el miércoles con las masivas protestas en la red contra las leyes SOPA y PIPA, y continuamos ayer con el sorpresivo cierre de MegaUpload. Este último hecho hizo sonar varias alarmas debido a que se trata de un servicio de almacenamiento, al que se está haciendo responsable por el contenido subido por los usuarios.
¿Significa esto que sitios como YouTube o Dropbox caerán en lo mismo? Por otro lado, ¿es esto lo que pretende la ley SOPA?
Lo cierto es que el asunto de MegaUpload ha revelado que el gobierno estadounidense ya tiene las facultades para emprender acciones contra sitios que son .com como era el caso de este servicio, considerado un dominio doméstico. No ocurre lo mismo con los dominios “extranjeros” que es a lo que apunta SOPA.
Un asunto que agrava esta situación son los tratados de libre comercio que ha estado llevando a cabo Estados Unidos, en especial el Trans Pacific Partnership, que afecta a los países de la zona Asia-Pacífico: Chile, Perú, Brunei, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Malasia, Japón, Vietnam y Estados Unidos.
Las negociaciones del tratado se han manejado de forma secreta, pero a través de filtraciones han aparecido puntos muy polémicos que se refieren a incluir definiciones legales de Estados Unidos sobre el copyright en el resto de los países, evitar las reformas a los sistemas de patentes o de propiedad intelectual, entregar información de los ISP, etc.
Conversamos con Claudio Ruiz, de la ONG Derechos Digitales para conocer un poco más sobre este tema.
FW – ¿En qué posición se encuentra Chile actualmente en este tratado?
Claudio Ruiz – Chile hoy es parte en las negociaciones que se han estado llevando alrededor del mundo para zanjar el Trans Pacific Partnership. La cancillería chilena ha participado de manera activa en la elaboración y discusión de la propuesta de texto. El problema está en que toda esa documentación, incluyendo la posición oficial de Chile respecto de ciertos puntos, han tenido el carácter de secreto. La única forma en que nos hemos enterado del alcance de la extrema propuesta de texto de EE.UU., por ejemplo, ha sido a través de filtraciones informales. Incluso la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) se opuso a una solicitud de acceso que ingresamos para conocer detalles de las negociaciones, y esto sucede a nivel internacional en todos los países que participan en este acuerdo comercial.
FW – ¿Qué implicaría que se acepte el TPP? ¿A qué nos veríamos obligados?
CR – TPP incluye normas de distinto tipo. Desde el punto de vista de los derechos de autor, por ejemplo, la propuesta norteamericana exige sanciones criminales para quienes eludan medidas tecnológicas de protección, incluso si no hay infracción a los derechos de autor. Igualmente, se exigen sanciones criminales incluso si supuestas infracciones han sido cometidas sin ánimo de lucro y sin beneficio económico para el infractor. Además, la propuesta requeriría que fiscales y autoridades aduaneras actúen aun sin reclamación de los supuestos afectados. Además, pretende aumentar aun más los plazos de protección de derechos de autor que han sido extendidos radicalmente en los últimos años.
FW – ¿Se puede comparar con las presiones que recibió España para aprobar la ley Sinde?
CR – Son dos tipos de presiones distintas. Mientras la ley SINDE tuvo presiones directas por parte del departamento de estado de EEUU para fortalecer aún más la normativa de derechos de autor en España, en el caso de TPP la presión norteamericana es directa, toda vez que Estados Unidos es parte del grupo negociador y, ciertamente, el negociador más poderoso del grupo de países del pacífico, pudiendo imponer condiciones comerciales al resto.
FW – ¿Crees que los movimientos anti-SOPA puedan influir en las negociaciones internacionales?
CR – Espero que sea así. Por ejemplo, las movilizaciones online y offline que ha habido en los últimos días han cambiado un poco el escenario en el congreso norteamericano respecto de los apoyos y rechazos con los que contaba SOPA. Pero al mismo tiempo no podemos olvidar que la tendencia a nivel legislativo en asuntos de derechos de autor ha sido continuamente aumentar los estándares de protección de derechos, aumentar las penas y aumentar los delitos asociados. Es por eso que las manifestaciones en contra de SOPA son tan importantes. De alguna forma, ponen el foco de la atención internacional y del público a nivel global respecto de las nocivas consecuencias de legislar de espaldas a estudios empíricos, bien colectivo y los expertos en regulación de tecnología. Y son efectos nocivos no solo para la innovación y los negocios, sino que más importante, son efectos irreversibles en la manera en la que entendemos internet y las nuevas tecnologías. En la forma en que hemos construido internet como una plataforma para el ejercicio y desarrollo de nuestros derechos. Y por eso hay que pelear.
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