Se nos acaba un año muy, muy movido. Alrededor del mundo, millones de personas salieron a manifestar su descontento y buscar reformas políticas, sociales, medioambientales, etc. ¿El gran motor para organizar todo esto? Internet y las redes sociales.
Quizás la web llegó a un punto de maduración en que permitió darles mayor relevancia a movimientos locales, convirtiéndolos en globales. La habilidad de enviar mensajes, fotos y videos rápidamente desde cualquier parte permitió que ya no sean eventos que quedan confinados a las fronteras de un país, sino que todo el mundo ve, lee y escucha lo que está pasando. Un mensaje enviado a un lado del mundo emociona y concita apoyo a miles de kilómetros de distancia, y los manifestantes ya no luchan solos.
Sin duda se generaron una serie de eventos controversiales este año, que queremos revisar a continuación.
La revolución de las redes sociales
(cc) sierragoddess
El año comenzó con disturbios en Medio Oriente, que partieron con un cambio de gobierno en Túnez. El nuevo gobierno se inició con el bloguero (y miembro del partido pirata), Slim Amamou, en sus filas, y los blogueros de Túnez se ganaron un premio de Reporteros Sin Fronteras por su labor durante la revolución.
El movimiento se traspasó luego a Egipto, donde las autoridades intentaron cortar el acceso a internet y las redes de telefonía para detener las comunicaciones entre los manifestantes. Diversas organizaciones coordinadas alrededor del mundo colaboraron para reestablecer el acceso, terminando todo con la salida de Hosni Mubarak del gobierno. Aunque la pelea fue en las calles, las redes sociales se ganaron un espacio de reconocimiento. El movimiento se contagió así a Libia, Bahréin, Siria y otros países de la región, donde todavía no se han calmado las cosas ni se han encontrado soluciones.
En otras partes del mundo, otras causas se organizaban a través de redes sociales. En España, cientos de jóvenes acamparon en las plazas para manifestar su descontento con el desempleo y la situación económica en el país. Al otro lado del océano, en Estados Unidos, cientos de personas cansadas del actuar de las grandes corporaciones financieras y su responsabilidad en la crisis económica que atraviesa el país, salieron a manifestarse en Wall Street, Nueva York, centro de la bolsa estadounidense. Eso dio inicio al movimiento “Occupy”, que básicamente era ir a ocupar un lugar con carteles de protesta.
En Chile, los estudiantes salen en masa a las calles a protestar pidiendo educación de calidad. Los estudiantes se toman colegios y universidades y utilizan todos los medios disponibles para pelear por su causa. Twitter, Facebook, YouTube y la web reaparecen como medios para expresarse, y la protesta llega también a República Dominicana y Colombia.
Anonymous, LulzSec y el hacktivismo
(cc) JacobDavis
Si bien Anonymous comenzó a hacerse notar el año pasado con su defensa a WikiLeaks, este año han estado presentes en casi todos los ámbitos. Vimos operaciones en casi todos los rincones del mundo: “Chinga la Migra” contra la policía de migraciones en Arizona, contra la pedofilia y pornografía infantil, contra Telefónica, la educación, la policía de Texas, la Ley Lleras, el diario The Sun y Rupert Murdoch, el FBI, la CIA, la OTAN etc, etc.
También fueron perseguidos alrededor del mundo, por agencias policiales en España, Turquía, Italia, por el FBI en Estados Unidos, y muchos más. Quizás uno de los aliados más polémicos durante este año ha sido LulzSec, un brazo más “extremista” que cambió un tanto las estrategias de ataques de denegación de servicio (DDoS) que habían sido la marca registrada del colectivo, por opciones algo más radicales como entrar a servidores de empresas, robar y publicar datos privados, o conseguir ilegalmente números de tarjetas de crédito y hacer donaciones con ellas.
La unión con Anonymous vino con la operación AntiSec, que mantiene operaciones activas hasta hoy. No parece que las acciones del colectivo hayan decaído, más bien, el grupo se ha vuelto algo más sofisticado y más distribuido de lo que era al principio.
Derechos de autor y libertad en internet
Si bien países como Chile y Holanda tienen aprobadas leyes de neutralidad en la red, y que el acceso a internet fue declarado un derecho humano por la ONU, políticos e industrias afectadas por la piratería presionan para coartar la libertad en la red. En España, la Ley Sinde sigue avanzando – aunque con tropiezos, pero todavía está allí. El proyecto, que en el lenguaje popular adoptó el nombre de la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, permitiría el cierre de sitios web tras denuncias de piratería o material subido sin tener derechos de autor sobre ellos.
En Estados Unidos, la Stop Online Piracy Act o “Ley SOPA” propone similarmente cerrar sitios completos, alterando los DNS de modo que la web no pueda ser abierta. El peligro aquí es que entre los sitios afectados tendríamos a Google, Facebook, Twitter y otras grandes compañías y servicios que están basados en ese país. El efecto llegaría a cualquier parte del mundo, sin limitarse sólo a Estados Unidos.
Varias compañías se han manifestado ya en contra del proyecto, y los que están a favor han sido repudiados por los internautas. Para ambos casos tendremos que esperar el 2012 para ver una posible resolución, y ojalá algo más de sensatez de parte de los legisladores que proponen estas medidas.
¿Qué es lo que más te impactó este 2011? Seguiremos con estos recuentos en los próximos días, tocando otros temas que fueron relevantes este año.