Ciencia

¿Que tan cierto es el “Water Resistant” de tu reloj?

(cc) flickr lovstromp

A la edad de 10 años, no recuerdo que existieran muchas cosas más destacadas como fiel señal de hombría y valor que poseer un reloj. Pero si este reloj era resistente al agua, estos signos de adultez se multiplicaban al infinito. Mostrarle a nuestros amigos el valor «Water Resistant» y que dijera 50M o más era un disparador asegurado de las mejores fantasías que podían imaginar un grupo de pequeños en esa etapa de su vida: ser buzos tácticos, explorar un barco para encontrar su tesoro, pelear contra pulpos gigantes, por supuesto, siempre con nuestro reloj puesto para no llegar tarde a tomar la merienda.

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Pero ese mito que a algunos los ayudó a llevar su infancia con heroísmo parece venirse a pique con este interesante análisis de la verdadera sumergibilidad de los relojes que manifiestan ser resistentes a las más inhóspitas profundidades. Lo que todos pensábamos de nuestro reloj, sin subestimar al lector, debería decir, «lo que este redactor pensaba», por lo menos de pequeño, sobre las cualidades de un reloj sumergible, era que la famosa leyenda 30M, 50M o 100M era la inicial de Metros, lo que implicaba hasta en el modelo más económico una capacidad de resistencia inifinita, entendiendo que la pileta del club no tenía más de 4 metros de profundidad y era lo más cerca que estaría alguna vez de encontrar un tesoro en las profundidades.

Esa famosa M que acompaña al valor, no significa que ese reloj sea apto para sumergirse a esa profundidad sino que puede llegar a soportar una presión de 50 metros de agua. Es una unidad de presión, no de profundidad, por lo que, según lo que exigen las normas ISO 2281 que certifican el correcto sellado y la nula penetración de fugas en este tipo de relojes domésticos, las pruebas de resistencia a la presión se limitan a sumergir el reloj a unos apenas 10 centímetros para comprobar sus condiciones. Incluso, la famosa empresa Casio ofrece en su sitio un gráfico que detalla las capacidades de cada una de sus nomenclaturas, sin dejar de aclarar que el agua de mar y los detergentes podrían afectar el ya de por sí, escaso rendimiento submarinístico que deseábamos.

En este gráfico se pueden apreciar y desmitificar algunas de las características principales de los relojes de acuerdo a su nomenclatura impresa, lo que nos aclara que para ser buzo y aventurarse en las profundidades vamos a necesitar algo un poquito más complejo y costoso que nuestro Casio con calculadora:

Link: La sumergibilidad real de los relojes (TeknoPlof)

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