(cc) garethjmsaunders
En países donde cosas como la educación, la salud y el transporte público son temas resueltos, aparecen otros problemas públicos por los que plantear ideales. Uno de estos es, por supuesto, el terrible aburrimiento que produce ver presentaciones de PowerPoint. Ante esta urgente situación, en Suiza ha nacido el «Partido Anti-PowerPoint».
La agrupación dice que el PowerPoint de Microsoft incentiva presentaciones que no son informativas, son aburridas y que dañan nuestra habilidad de pensar. Así, quieren lograr que el software sea declarado ilegal en Suiza.
Según el partido, los costos provocados por el uso del programa alcanzan 2.100 millones de francos al año (US$2.500 millones), en un cálculo hecho en supuestos respecto del número de empleados que deben asistir a presentaciones de PowerPoint a la semana, y asumiendo que dichas presentaciones no tienen valor para un 85% de los asistentes, lo que le costaría a la empresa horas de productividad.
El partido pretende reunir 100.000 firmas, requeridas por las leyes de Suiza, para llamar a un referendum nacional para prohibir el uso de PowerPoint en el país. Adicionalmente el grupo podría presentar candidatos al parlamento para las elecciones en octubre.
El conjunto tiene hasta ahora sólo 245 miembros, de modo que la meta de los 100.000 todavía está lejos. Por otro lado, el presidente y fundador del partido, Matthias Poehm, admitió que todo esto es una manera de hacerle publicidad también a su libro, «La falacia del PowerPoint». Quienes se unen al partido pueden comprar el libro a un precio de descuento de 17 euros.
Poehm dice en todo caso que quiere llevar su cruzada al mundo, y de hecho el sitio web está en alemán, francés, italiano, croata, inglés, español, ruso y eslovaco. La idea es llamar la atención sobre el «problema» del PowerPoint, dice.
Y no es que Poehm apoye Keynote o algún otro software de presentaciones. Su idea es que volvamos a las raíces de la creatividad, usando cartulinas. ¿Qué tal?
Links:
– Partido Anti-PowerPoint
– Swiss party makes dislike of PowerPoint a political issue (CIO)