Columna

Ha muerto la televisión, ¡larga vida al televisor!

Hace 6 años, 4 meses y 13 días corté mi cuenta de TV Cable y nunca más volví. Fue el mismo día que corté mi línea de teléfono fija, un acto que quizás genera menos interrogantes entre quienes lean, que la idea de cortar la llamada “televisión pagada”, pero al menos para mi hace tiempo que quedó igual de obsoleta. Del llamado “triple play” de conexiones en mi casa sólo necesitamos una: Internet.

No es que no me guste la televisión, de hecho soy fanático. Semanalmente veo una docena de películas y series. Sigo las noticias y los eventos de actualidad en vivo. Vi el rescate de los mineros al mismo tiempo que ustedes, pero por internet. Veo los partidos de la selección y la contingencia internacional sin falta.

No es porque sea tacaño y esté buscando la forma de no tener que pagar para ver televisión. Mucho del contenido que consumo es pagado y algunos meses incluso gasto más de lo que gastaba antes. Pero no con un modelo de costo fijo mensual donde pago lo mismo todos los meses, sin importar si ese mes estuve de viaje y no consumí un sólo minuto de televisión.

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No es porque fuera una cruzada tecnológica personal para demostrar que el mundo cambió y puedo funcionar de una forma diferente. No se me ocurriría sacrificar mi comodidad para tratar de demostrar una idea. Por el contrario, elegí ese camino porque me resultaba más fácil y cómodo.

Creo que el modelo actual de televisión no tiene sentido.

Antes me sentaba a ver televisión, hacía zapping por medio millar de canales, demoraba media hora en encontrar algo de mi interés, pero muchas veces ese “algo” era la sinopsis de algo que iban a dar mañana o dentro de un mes: eso es más frustrante que no encontrar nada. Aunque la sinopsis anunciara algo que transmitirían esa misma noche o en pocas horas, seguía siendo frustrante darme cuenta de que en mi rato libre, ese que había destinado a ver TV, no había nada para ver, y que si quería verlo tendría que sacrificar otro momento del día. Eso sin contar que si encontraba una serie interesante, tendría que consumirla con pausas comerciales cada 10 minutos. La idea de “esperar” los contenidos es totalmente anacrónica, contraria a lo que nos ha acostumbrado internet: Tu eliges cómo, cuando y dónde, no es al revés.

Frustrado, ese verano del 2005 decidí obtener toda mi televisión por internet. Con lo que ahorré cortando el TV Cable y el teléfono fijo, invertí en más banda ancha. La máxima velocidad de internet que podía conseguir en esa época era 1 Mbps — un ancho de banda que ni siquiera era considerada “Banda Ancha” por la UIT. En esa época, me demoraba 30 minutos en descargar un programa de 20 minutos y eso siendo optimista. Algunos simplemente no lograba descargarlos.

Reconozco que en esa época poder ver televisión por internet requería mucha más planificación que hoy. Generalmente mi rutina era dedicarle una hora a la semana a buscar y dejar descargando todas las cosas que me gustaría ver durante esa semana. Reconozco también que casi todo el contenido que conseguía en esa época era de forma ilegal, pero era la única forma de obtenerlo. Reconozco también que los programas que usaba para descargar, como BitTorrent, eran “fáciles” sólo para nerds como yo.

Por suerte han pasado 6 años y la innovación ha continuado su aceleración exponencial. Hoy tengo 30 veces el ancho de banda que tenía el 2005 y por el mismo precio. Me demoro 3 minutos en descargar un programa de 20 minutos y 15 para una película de 90. Aparte del contenido ilegal, tengo decenas de fuentes legales, algunas pagadas, otra gratis, para acceder a un océano de televisión por internet. La mayoría de ellas más fáciles de usar que un control remoto.

6 Años después…

Sigo usando BitTorrent en mi computador para descargar las cosas que no están disponibles de ninguna forma legal (como Top Gear de la BBC 2, el mejor programa de televisión del mundo, en mi humilde opinión). Esos programas los copio a un pendrive que luego enchufo directamente en el televisor (o en el PlayStation 3), para ver sin problemas. También tengo un Apple TV (que es como un iPod, pero para tu televisor), desde dónde estoy suscrito a múltiples podcasts (de CNN, BBC, TED, etc), así como películas y series de televisión pagadas (aunque reconozco que la forma de pagarlas requiere comprar Gift Cards en EEUU lo que todavía es un enredo). Si quiero ver un evento nacional en vivo (como el rescate de los mineros), saco las antenas de mi televisor y puedo ver TVN en vivo y en alta definición gracias a la Televisión Digital. Finalmente mi propio televisor viene con WiFi y me permite acceder, por ejemplo, a las últimas noticias de BBC News en HD sin costo alguno. Pronto vamos a poder acceder oficialmente a Netflix en Latinoamérica y el Caribe.

Aunque hasta hoy somos sólo los nerds quienes podemos decidir cortar el cordón y pasar a obtener únicamente televisión por internet, finalmente se empieza a ver la luz en el horizonte.

Primero, la conectividad está. Según la Subtel, en Chile más de la mitad de las conexiones a internet están sobre los 2 Mbps, lo que significa que son reconocidas oficialmente como “Banda Ancha” y están preparadas para ver video.

Segundo, los dispositivos están. Sumado a dispositivos como el Apple TV, Google TV o Boxee, que permiten darle conectividad a cualquier televisor, hoy los mismos televisores están viniendo con conectividad. Algunos los llaman “Internet TV”, otros le dicen “Smart TV”, yo apuesto que el segundo nombre será más popular. Una rápida mirada a la oferta actual de televisores, podemos ver que un 60% de los equipos hoy vienen con conectividad. Un 90% de los anunciados para el próximo año podrá ser conectado y mirando el 2013 serán prácticamente todos.

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Lo único que no avanza a la misma velocidad es la disponibilidad del contenido. En el hemisferio norte tienes iTunes, Netflix, Vudu, Amazon Instant, Hulu y otro sinfín de servicios pagados con bastante contenido, pero con unas arcaicas licencias de distribución geográfica que te impiden verlo fácilmente desde Chile.

Por suerte los productores del contenido se están empezando a adaptar mejor. Todos los días mi TV recibe gratuitamente el noticiario central de CNN y NBC, para verlo cuando quiera. Puedo suscribirme gratis a programas específicos de BBC o PBS, sin importar que estoy en Chile. Sin embargo casi la única forma de ver televisión nacional por internet, es sintonizando en vivo lo que esté sucediendo. No puedo entender por qué los canales chilenos, todavía no ofrecen un podcast con el noticiario central (y todo el resto de su programación).

Al final, cada día es más fácil hacer el cambio y obtener sólo televisión por internet, aunque verás que todavía es más fácil seguir las noticias, series o películas del primer mundo, que las locales. Sólo esperemos que no se demoren 6 años más.

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