(cc) Robert | www.robertvandijk.com
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Es temporada invernal en el hemisferio sur y por lo menos en Chile las montañas están rebosantes de nieve y de esquiadores y snowboarders que disfrutan lanzándose por las pistas a toda velocidad sin importar el frío.
Aunque el ski y el snowboard conviven de forma más o menos pacífica en las pistas actualmente, el último grupo no siempre fue bienvenido y llegó en muchos casos como un intruso a desordenar el ambiente que tenían los esquiadores ya bien organizado. Si bien el snowboard se popularizó en el mundo occidental a fines de la década de 1970 y principios de 1980, no es tan nuevo como muchos piensan.
Tampoco fue inventado en Estados Unidos ni en Europa, sino en Turquía, hace cientos de años.
El Lazboard
El snowboard, a diferencia del esquí, consiste en una tabla donde los dos pies van fijos a la misma, y la persona va de lado hacia la pendiente, en lugar de ir de frente.
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En Turquía, una de las primeras variaciones de este aparato es lo que hoy es conocido como “Lazboard”, y se usaba como medio de transporte entre aldeas en las Montañas Kaçkar en el este del país. Las lazboards todavía existen hoy.
A diferencia de los snowboards actuales, donde la dirección se lleva con el pie que va atrás, el lazboard requiere de un cordel y un palo, que se usa como timón para dirección. El lazboard está hecho de madera y tiene unas tablas más pequeñas de forma transversal encima que permiten afirmar los pies.
Según el snowboarder Jeremy Jones, que visitó en 2008 uno de los lugares donde se sigue practicando el deporte, el 90% de los habitantes del pueblo sabe manejar un lazboard y se usa todavía como medio de transporte común.
Un juguete para surfear la nieve
El snurfer
Pese a ser el más antiguo, el snowboard turco no se masificó y para el resto del mundo siguió siendo desconocido por mucho tiempo. La invención del snowboard moderno se le atribuye a varias personas, que por alguna razón comenzaron a crear y utilizar tablas para la nieve a fines de la década de 1960 y principios de 1970. La inspiración vino mezclada entre el skateboard y el surf.
Sherman Poppen, un ingeniero estadounidense, fue uno de los primeros, creando en 1965 un “juguete” para su hija: amarró dos esquís en los que había que pararse y agregó un cordel en la punta para poder manejarlo. Lo bautizó como “snurfer”, porque la idea era combinar el surf con la nieve (snow + surf).
La hija de Sherman se convirtió en la sensación de la clase con su snurfer, así que su creador mejoró el modelo y decidió fabricarlo y licenciarlo. En 1966 había vendido medio millón de equipos, pero el snurfer era visto básicamente como un juguete, una alternativa al trineo.
Un deporte serio
WinterStick
Más o menos por la misma época, el skater Tom Sims buscaba cosas más emocionantes y creó el “ski board”. Se trataba de una tabla de madera que tenía por encima una alfombra y por abajo estaba forrada en aluminio. La idea era que fuera un skate para la nieve. También de forma paralela el surfista Dimitrije Milovich, que pasaba los inviernos deslizándose por la nieve en bandejas de almuerzo, creó el “Winterstick”, que era una tabla de surf para la nieve.
Milovich logró mayor publicidad que el resto: el artefacto logró aparecer en revistas como Newsweek y PlayBoy, lo que le dio gran notoriedad. Tanto Sims como Milovich crearon empresas para empezar a producir sus tablas de forma masiva.
En 1977, Jake Burton Carpenter, que vivía en el estado de Vermont y que era un asiduo practicante del snurfing, sorprendió en una competencia de la disciplina al estrenar fijaciones, para que sus pies no se salieran de la tabla. Las fijaciones llamaron mucho la atención a los asistentes al campeonato, y aprovechando el impulso, el joven creó la compañía Burton Snowboards.
En ese momento sus snowboards eran tablas de madera que eran flexibles y que tenían “fijaciones” para los pies como las que usan los esquís acuáticos, que es como un agujero donde metes el pie. Al principio no le fue muy bien porque la gente consideraba que US$38 era muy caro para un snowboard, pero actualmente Burton es una de las mayores empresas de tablas del mundo (y sus equipos cuestan desde US$300).
(cc) LGEPR
El snurfing seguía siendo popular por entonces, y en 1979 se realizó el primer campeonato “mundial” (con lo límitado que podía ser) del deporte. Burton decidió ir a competir con una tabla diseñada por él mismo, lo que ocasionó muchas protestas que decían que eso era trampa. Finalmente lo dejaron usarlo en una categoría especial para “snurfer modificados”, donde él era el único participante, y donde por supuesto ganó.
Se considera que esa “carrera” fue la primera competencia de snowboards y el inicio de lo que se convertiría en el snowboard de competencia que existe hoy como disciplina en olímpica.
En los siguientes años, Milovich, Burton, Sims y otros se dedicaron a perfeccionar sus diseños para crear tablas mejores, que permitieran realizar diferentes tipos de maniobras. La práctica se expandió también a Europa y se comenzaron a realizar campeonatos en diferentes lugares, creándose distintas modalidades de snowboard, como saltos, jibbing, half pipe, slalom, de carrera, estilo libre, etc. Asimismo, los tamaños y formas de las tablas actuales varían según el fin que tienen.
El snowboard llegó a las olimpiadas de invierno recién en 1998 en Japón, y desde entonces se ha mantenido como competencia regular.
Personalmente, mi experiencia con el snowboard se limita a unos tres días de práctica, en los que quedé tan machucada que decidí volver a los esquís. Aunque si no fuera tan caro, quizás lo intentaría otra vez.
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