Ayer fue un gran día para muchos, excepto para los de Gearbox Software. Ellos últimos tomaron la oportunidad de enmendar el rumbo del vapuleado desarrollo de Duke Nukem Forever, y con un demo bastante corto muchos gamers celebraron y se enojaron.
Se avecina el peor juego del año
Bastante hypeado por los de 2K Games, que pusieron todas sus cartas sobre la mesa, los desarrolladores no pueden cambiar la calidad del juego por más que lo intenten con publicidad. Los hechos del demo lo demuestran:
- Ningún arma se siente bien y parecen todas de juguete
- Las animaciones son mínimas y difíciles de notar
- La Profundidad de Campo es… vomitivo.
- El zoom en algunas armas son realmente primitivas.
- ¿Porqué Duke sólo puede portar sólo dos armas siendo que a veces necesitas 3 o 4?
- ¿Cuándo recargan la munición los enemigos?
- Muchas gráficas parecen estar a la mínima calidad, al igual que los efectos.
- ¿Cuál es la tecla para golpear? Ah, ésta… ¿Dónde está la patada?
Aunque Duke Nukem nunca fue un juego hecho para cubrirse detrás de algo y tomarse largos respiros, DNF integra materiales rompibles con tal de obligarte a estar siempre al frente de la acción. Sería genial si pudieses soportar las balas de los aliens por más de dos segundos y tener lugares sabiamente ubicados para dar una pausa, así que aquí el juego se contradice. ¿Que tan old-school y qué tan moderno es?
El demo de Duke Nukem Forever parece ser un mail augurio para lo que se viene este 10 de Junio, demostrando por unos minutos que no ha logrado adaptarse completamente al mundo de los FPS del cual departió hace años, cae en cosas importantes que mueven al género, y la ejecución es pobre o básica si comparamos con otros juegos. Si pudiésemos encontrarle un contrincante digno y con el mismo estilo, Bulletstorm se ve mucho mejor, se juega mejor, y ofrece más entretención. De hecho, hace que DNF se vea como un juego independiente a medio terminar (con el respeto que se merecen los estudios).
Las risas son lo que valen
Pero por otro lado están quienes defienden al juego por lo que es, Duke Nukem. El juego se presenta como la parodia unida de todos los videojuegos famosos, y una exageración del típico súperheroe que salva el planeta. No intenta ser el próximo Halo ni mucho menos crear una revolución como lo hizo Wolfenstein 3D en su tiempo. Es cosa de ver que la calidad del juego está en divertirse siendo un patea-traseros en vez de vivir la batalla misma y sorprenderse con el realismo de la acción.
Piensen, por ejemplo, en lo que otros juegos ofrecen. Si alguien anda un buscando un real simulador de guerra, no lo va a encontrar en Medal of Honor, sino en algún Operation FlashPoint o ArmA. Por eso Medal of Honor puede salir bien parado, porque nadie lo está calificando como simulador de guerra, juego de carreras, arcade ni menos pinball; el que lo analiza de otra manera eventualmente tendrá ácidas críticas tipo “¿¡DONDE ESTÁ LA BOLITA DE METAL!?” y “EL PEOR PINBALL DE LA HISTORIA: -10/5”. Así, cualquier juego es malo.
Yo ya puse mis apreciaciones del demo, por lo que doy el tema de Duke por zanjado hasta que tengamos la respectiva copia entre las manos para probar todo. Nos hacen falta varias horas para decir si el botón “Pre-ordena Battlefield 3” nos entretiene más, o en realidad debemos empezar a cazar trolls y meterles su copia de Call of Duty: Modern Warfare 3 por el trasero. Atravesada.