Telefonía móvil como tal en Chile no hubo hasta el último tercio de los 80, cuando existía un mercado con varias compañías tratando de entregar cobertura de norte a sur del país tras la licitación del espectro de radiofrecuencias llevado adelante durante el gobierno de Augusto Pinochet.
Para ser realistas, existía un reducido catálogo de teléfonos — por no decir nulo — que de móviles nunca tuvieron nada, porque tras ese concepto existía sólo la posibilidad de hablar breves momentos desde un auto detenido… Digo ‘breves’, porque sin una infraestructura dedicada que los sustentara, el servicio era un festival de llamadas perdidas. Ni hablar de lo caro que resultaba tener uno o recibir una llamada en ellos.
Sin embargo, ya en esa época existieron early adopters. Gente a la que no le importó el precio o lo ridículo que se verían hablándole a un trozo de plástico por la calle. Mucho antes de Faúndez, y un resto antes de CTC Celular incluso, en Chile ya había un terminal AMPS esperando ser habilitado: El NEC P9100.
NEC P9100 en todo su esplendor
En términos de construcción, estamos ante un verdadero ladrillo. El teléfono es bastante pesado y de gran volumen, haciéndolo imposible de traer en los bolsillos de forma cómoda. Reportes de uso indican que su batería entregaba apenas entre 40 y 50 minutos de habla, y menos de medio día en stand-by. Su agenda permitía apenas 25 números de teléfono — nadie necesitaba una gran agenda en esa época — y tenía un botón dedicado para el rediscado, algo que marcaría el diseño de la teclera de los terminales NEC en sus primeros años. Todas estas teclas eran retroiluminadas con luz de color verde.
Comparado con un iPhone. Como dice la canción: «Como hemos cambiado».
A un costado tiene un botón M. Nunca supe para qué servía. Al otro, botones para regular el volumen durante la llamada. El switch de encendido/apagado está en la parte trasera, justo encima de la batería.
Su pantalla era sencilla: 3 lineas de dígitos de cristal líquido tipo-calculadora en tono verdoso oscuro eran todo lo que se necesitaba en esa época. Mostraba números de teléfono, algunas letras de un rudimentario menú que sólo permitía regular el volumen del ringtone (si es que se le puede llamar ringtone a ese sonido) y la señal recibida en el momento. Esta era mostrada en forma de cubos. Mientras más cubos, mejor señal. El máximo eran 3.
Una de las baterías del P9100
En un mundo donde muchos de sus competidores sólo se sostenían en su función acarreando una batería que parecía bolso de mano, o eran armatostes de proporciones industriales, este equipo resultaba ser bastante portátil de cara a otros similares en el mercado. Una batería relativamente pequeña y otra de reemplazo hacen las veces de fuente de energía para este equipo.
Traía además un pack similar al de la batería que permitía conectarlo directamente al encendedor de cigarrillos del auto y así usarlo de forma estacionaria, sin preocuparse mayormente por la autonomía. ¡Ese sí que era un verdadero móvil!
Ah, y como muchos de los equipos de la época, este NEC venía con un dock con doble conector: Uno para el celular y otro para una batería de reemplazo. Todo se cargaba al mismo tiempo.
La necesaria cinta para acarrearlo y hacerlo más portable. Nótese la oxidación en el broche.
El pack también incluía una correa de tela de similar acabado a la que trae un Wiimote y una gran cantidad de papelería afín al producto, que por ser tan nuevo requería de manuales que explicaran de forma muy didáctica el uso de este equipo.
La caja era de un tamaño relativamente grande, y el paquete completo resultaba bastante pesado, lo que encarecía todavía más los costos de importación.
La antena retráctil ocupaba un orificio dentro de la batería para ocultarse
El talón de Aquiles de este equipo era la antena. Tema no resuelto por años en los móviles, las antenas externas comenzaron a morir . La del P9100 era retráctil — algo muy avanzado en la época — pero mantenía un extremo de cerca de un centímetro sobresaliendo sede el extremo superior del teléfono, siendo además muy débil, por lo que la punta plástica era propensa a accidentes. El que cayó en nuestras manos sufre actualmente de este problema y ya no tiene su antena completa.
Según distintas fuentes oficiales consultadas, este ejemplar de P9100 tiene el mérito de haber sido el primer móvil en Chile. El pionero, el abuelo de todos los que siguieron y el que marcó la senda previa al éxito que su masificación traería consigo. Incluso a su llegada, no existía una red que lo sustentara y ofreciera servicio, pues fue comprado para ser usado inicialmente en Estados Unidos, siendo habilitado en su momento para una red experimental de CTC a mediados de los 80.
Con posterioridad, fueron traídos a Chile otros equipos más antiguos que el P9100, pero este es el primero que llegó.
Otra vez, comparado con un iPhone.
Fue importado por medio de una empresa de la época llamada Boutique Celular, la que — perfectamente — podría ser la primera tienda de móviles y accesorios afines en el país.
En esa época, esta empresa ya traía equipos y artículos para equipos NEC, Nokia, Mitsubishi y Panasonic, entre otros. Sin embargo, este equipo que les mostramos acá resultó ser el top de línea. Es cosa de ver el sticker pegado en la parte trasera de la batería, donde el logo de la tienda encargada de su importación es — precisamente — un dibujo del P9100.
El servicio técnico era entregado directamente por NEC Chile.
Para el lanzamiento de este terminal, NEC era el dominador del mercado estadounidense con un 28,7% de los equipos puestos en la calle. Esto, para un mercado que ni siquiera alcanzaba a empinarse sobre los dos millones de móviles en el mundo, era una gran cuota de participación.
Es un móvil muy raro, del que — como todos los de la época — se hicieron relativamente pocas unidades. No existe ninguno ahora mismo en sitios de venta por internet, pero puedes conseguir el manual de usuario en eBay por USD $30 (cerca de CLP $14.100) más gastos de envío. Esa época se caracterizaba por grandes manuales anillados, por lo que se agradecía que en el P9100 fuera de reducido tamaño.
Anclaje de la batería y otros terminales.
Su precio de lista era de USD $2490 de la época. Una ganga comparado con algunos Motorola de más de USD$ 4.000, pero seguía siendo muy prohibitivo y exclusivo. A eso súmale los gastos de importación y el valor del servicio móvil de la época y tendrás un verdadero sumidero de dinero. En parte, equipos como el P9100 le hicieron fama al dicho que los celulares eran sólo para ejecutivos, diplomáticos y gente con cuentas corrientes con saldos en pesos con bastantes ceros.
Hoy en día NEC tiene el récord en móviles delgados basados en Android, comercializando con éxito un terminal llamado Medias, dejando de manifiesto el enorme camino recorrido desde el P9100, no sin sortear con éxito los momentos más difíciles de la compañía.
Y tras una vida de trabajo, el NEC P9100 descansa como la pieza fundamental de una colección de teléfonos celulares de todas las épocas en una oficina de Providencia, rodeado de otras viejas glorias de la tecnología móvil que seguiremos reseñando juntos para así ir aprendiendo sobre los antecedentes más relevantes de la tecnología móvil — y sus terminales — en latinoamérica.
Acá te dejamos una galería del NEC P9100.
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