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Antes de gritar “¡yo las quiero!”, tengan claro que en este momento estamos hablando de arte y no de calzado deportivo ultra tecnológico. Pese a estar hechas en base a cientos de desperdicios electrónicos como chips, conectores, puertos USB, placas madres, circuitos y teclas de máquina de escribir, las zapatillas Nike Air Max 2011 de Gabriel Dishaw no serían útiles ni para ir desde la cama al baño.
El oriundo de Indianápolis, Estados Unidos, lleva toda una vida invirtiendo sus ratos libres en la composición de este tipo de esculturas, aprovechando cada pieza que de otra forma sólo iría a parar al reciclaje. Arte basura, que le llama. Este modelo, lleno de los detalles del original, le llevó 90 horas de producción.
Si aún las quieren para lucirlas en la calle, no dejen de revisar la galería tras el salto para enterarse de los pernos que acabarían incrustados en sus empeines.
Pero estamos de acuerdo; tienen su encanto y son una muy buena réplica. Quizás las tendría… de adorno.
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Link: Junk art Air Max 2011: An interview with Gabriel Dishaw (Freshness)