Durante años los hemos conocido por sus disipadores, fuentes de poder, gabinetes y accesorios de ventilación y modding. Por lo mismo, la marca es rápidamente asociada a ese hobby.
Suponemos que, aunque el mercado del modding está muy bien, no es todo lo apetitoso ni atractivo que resulta, en cambio, el mercado gamer (en específico) los gamers que siguen prefiriendo el PC por encima de las consolas y que son los que año a año invierten cuantiosas sumas en procesadores y tarjetas de video de última generación. Media docena de GB en RAM y un arreglo de discos SSD.
Ese público evidentemente necesita gabinetes, fuentes de poder y disipadores adecuados para mantener tamaños leviatanes, pero ¿Se puede hincar el diente en ese segmento con mayor y mejor amplitud?
Suponemos que esa fue la pregunta que se planteó Thermaltake cuando definió su línea de productos gamer, Tt eSports, una evidente contracción que conjuga Thermaltake y los deportes electrónicos, como se le llama a los juegos más competitivos en algunos círculos.
Con Tt eSports, la empresa que hay detrás levanta un nuevo frente con una identidad propia. En vez de intentar posicionar a Thermaltake como una marca gamer llevando como lastre el prestigio de marca de modding, generaron una línea independiente con su propio look & feel. A diferencia de muchos fabricantes que lo han intentado sin éxito, vamos a empezar este review por el final, reconociendo que Thermaltake ha ejecutado su plan de manera perfecta, logrando convertir a Tt eSports en uno de esos extraños casos en que el vástago tiene más potencial que el origen.
Mientras Thermaltake es una marca madura con una presencia respetable en el mercado, Tt eSports es una marca en franco ascenso, con la capacidad de alcanzar un público más amplio, con un ciclo de renovación mucho más corto y mayor exposición. A diferencia de Thermaltake, Tt eSports no está ni cerca de tocar techo. Es posible que no tenga techo o, como dicen, que el cielo sea el límite.
Para amplificar lo anterior quiero destacar que Tt eSports no es sólo una línea de productos gamer, sino que la definición de la marca trasciende la línea de productos, generando un ecosistema gamer: con el auspicio de teams, la participación en torneos y lanparties, además de la presencia sostenida en los medios, han logrado potenciar el efecto de la idea inicial.
Una parte de mí escribe esto con lo que me resta de Ingeniería Industrial, como quien relata un caso de éxito en plena clase de Márketing. Pero tampoco quiero proyectar una imagen falsa: en el fondo todos los hombres somos niños, y cuando llegaron los productos Tt eSports al cuartel general de CHW lo único que podía visualizar era mi ranking de Starcraft 2 subiendo a las nubes. “Con este equipamiento nadie puede jugar mal” me dije, y luego me dispuse a comprobarlo.
