El Googleplex, un lugar de leyenda del que hemos escuchado múltiples historias fabulosas, como que los empleados tienen comida gratis, lugares donde dormir la siesta, jugar volleyball playa e ir de una oficina a otra usando un tobogán.
¿Es realmente así? Bueno, quisimos comprobarlo con nuestros propios ojos, y nos dirigimos nada menos que al Googleplex, en el 1600 Amphitheatre Parkway de Mountain View, California.
El campus
Patio junto al Lobby de entrada
Cuando llegamos lo primero que nos recibe es un patio con mesas adornadas por quitasoles rojos, verdes, amarillos y azules, donde hay algunas personas tomando desayuno (porque son las 9 am). En la entrada además hay un montón de bicicletas, que son cortesía de Google. Están allí para que cualquiera las tome y se vaya pedaleando de un edificio a otro. El “campus” es tan grande que irse caminando toma demasiado tiempo.
Además de bicicletas también hay unos carritos eléctricos, en caso de que la persona tenga alguna dificultad para moverse en bici.
Por el momento dejamos las bicicletas allí y nos dirigimos hacia el edificio 43, donde está el Lobby de Google. Cruzamos el patio preguntándonos a qué hora de la mañana llega la gente a trabajar si están desayunando allí… aunque la comida es gratis, lo que podría explicar algunas cosas.
Los comensales parecen ser de distintas nacionalidades y las conversaciones probablemente van desde los planes secretos de dominación mundial de la compañía a sus panoramas del fin de semana, no lo sabemos con certeza, aunque lo primero suena más entretenido para contar la experiencia.
El ambiente hace recordar a una universidad más que una empresa. La gente es relativamente joven y anda vestida informal. Algunos llevan puestas camisetas de Google – tal como en Stanford o en Harvard los estudiantes visten poleras que llevan el nombre de la institución, algo que creo es difícil de imaginar que pase en otras empresas a menos que se indique un uniforme corporativo.
Después de registrarnos como visita, aprovechamos de comer como un empleado de Google. Pura salud.
El desayuno
¿Qué se desayuna en el Googleplex? En realidad, hay 19 comedores y 60 cocinas abiertas donde se puede ir a comer dentro del complejo, pero pasamos al “No Name Café” (café sin nombre), que ofrece cereales, yogurt, bagels, huevos, frutas, muffins, waffles y otras cosas al módico precio de $0. Como nos tocó un día con sol, nos sentamos afuera.
Después del desayuno, tomamos una bicicleta y nos fuimos a dar vueltas. El Googleplex tiene muchos edificios, dedicados a los diferentes servicios que ofrece la compañía: búsquedas, Chrome, Gmail, Android, etc. Probablemente el más notorio es éste último, que tiene al androide verde gigante instalado afuera, junto a los dulces que han sido cada una de sus versiones.
Un resumen de esas vueltas, y un poquito de lo que vi adentro, en el siguiente video (disculpen si está medio movido pero estaba andando en bici).
Google por dentro
El espacio destinado a lugares de trabajo es amplio. El suelo es de una piedrecilla compacta que parece alfombra, pero no lo es. El techo está descubierto y carece de lo que se suele llamar “cielo falso” (se ven todos los tubos de ventilación y las lámparas colgando), y las paredes están forradas en pizarras. La idea de esto es que la gente anote las ideas geniales que tiene antes de que se le olviden. De hecho se me prohibió tomarle fotos a las pizarras, porque ahí podría estar el próximo proyecto brillante de Google.
De pasada, se ven dibujos de caras felices, una vaca que dice “Moogle” y muchas anotaciones varias que no necesariamente se entienden.
Pizarra muy rayada
La gente trabaja en cubículos organizados por grupos, juntando a la gente que trabaja en un mismo equipo. Cada cierto trecho hay lugares abiertos donde uno puede sentarse a compartir y relajarse. La idea es que la gente pueda cruzarse y conversar todo el tiempo.
A los costados hay salas de reunión, que tienen nombre de países y lugares geográficos. Algunas de estas salas son unas carpas de plástico muy voluminosas, que resultan bastante curiosas. También hay salas para dormir la siesta: pasamos rápido por ahí porque efectivamente había gente durmiendo.
Como mencioné antes, hay 60 cocinas en el Googleplex, así que uno puede encontrar un lugar donde comerse una fruta o tomar un café a pocos pasos todo el tiempo. También hay mesas de pool, videojuegos, un pequeño living con montones de piezas de Lego, etc. De hecho, hay un casino que mezcla comida gratis y diversión: en cada mesa hay una cajita con Lego con las que puedes jugar mientras comes.
¿Trabajo o diversión?
Volleyball playa
Mientras algunos están sentados en sus escritorios frente al PC, otros están afuera jugando volleyball playa, en la piscina, o en el gimnasio (bautizado “GFit”), pero todo eso es parte de la mezcla que existe en el trabajo en Google.
Además del trabajo asignado que tienen, una de las cosas más interesantes es el tiempo para proyectos libres. En algunos muros hay carteles que dicen “¿no sabes qué proyecto hacer en tu 20% de tiempo?”, donde se invita a unirse a trabajar en proyectos que están realizando otros.
Todo eso se expone después en los “días de demos”, explica Ben Gomes, ingeniero distinguido de Google para el área de búsquedas. “Nos sentamos todos y la gente presenta sus demos”, explica. Ahí los equipos entregan su opinión, respecto de si el proyecto puede mejorar o no. A veces salen cosas que terminan implementándose en los productos. Otras llegan hasta ahí.
“En realidad es muy útil, porque aunque ese proyecto no se convierta en un producto, puede quedarle en la mente a otra persona e inspirar nuevas ideas”, dice Gomes.
Talento
Otra de las características de Google es su capacidad de atraer talentos. Durante mucho tiempo la compañía lo logró gracias a su filosofía y a los beneficios que le da a sus empleados, aunque en el último tiempo hemos visto una fuga de cerebros a Facebook que Google ha intentado detener con bonos.
Aún así, muchos de los mejores ingenieros siguen llegando a la empresa.
“He trabajado en muchas compañías en Silicon Valley, grandes y chicas, y Google por lejos tiene la mayor cantidad de talento”, sentencia Ann Mei Chang, directora de ingeniería para el área móvil de Google.
“No pueden imaginarse el placer que es trabajar con gente que es competente y buena en lo que hace. Después de un tiempo lo tomas como si fuera algo normal, pero creo que habiendo estado en otras compañías donde terminas golpeandote la cabeza contra el muro muy seguido, es realmente un placer, y esa es una razón poderosa de por qué vine aquí”, explica. Antes de llegar a Google, Chang trabajó en empresas como Apple, Macromedia, Intuit y algunos emprendimientos. Tomamos nota de que para ella, entonces, su experiencia en Apple terminó con cabezazos contra el muro.
La historia de Ben Gomes es sólo un poco diferente. Llegó a la empresa en 1999 por un amigo, Krishna Bharat, que había empezado a trabajar en Google poco antes. “Él conversaba conmigo sobre Google y decía, ‘creo que ésta es una buena compañía’. Yo no sabía nada de Google en ese momento. Me convenció de entrar y llegué a Google poco después que él. (…) Era un trabajo divertido y había muy buenas personas, y pensé, ¿qué más se puede pedir?”.
Considerando además el bono navideño y los aumentos de sueldos… la verdad es que tampoco sé qué más se podría pedir.
Esperamos que les haya gustado esta experiencia de FW Viajes y que les haya ayudado a arrojar más luz sobre este aparente paraíso laboral que es Googleplex. Para más de alguno sonará demasiado bonito para ser verdad y nosotros nos quedamos con la misma impresión. No todo puede ser bonito pero, si acaso hay un lado feo, para los visitantes por lo menos seguirá siendo un misterio.