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Dicen que en gustos se rompen géneros, pero en ocasiones lo que se rompen son madres. Cada uno de nosotros preferimos cosas distintas, desde lo que comemos hasta lo que vestimos; los videojuegos no son la excepción. Por ello, es normal, si no es que esperable, que existan opiniones encontradas cuando se discute sobre las preferencias de cada uno con respecto a los juegos de video.
Pero no, este texto no abordará la tan sobada predilección por una u otra plataforma. Quiero aprovechar este espacio para escribir sobre mis preferencias en los géneros de videojuegos o, para acabar pronto, por qué ni por error compraré/jugaré ciertos títulos, pero sobre todo, quisiera saber porqué ustedes juegan lo que juegan y saber qué los motiva a seguir jugando un título que yo no tocaría ni con una vara de dos metros.
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Dejémoslo claro desde un inicio: Yo no juego videojuegos de carreras, peleas, deportes y de estrategia en tiempo real. Podría decir que MMOs tampoco, pero la razón por la que no los juego es distinta a los anteriores géneros.
¿Por qué no los juego? Simplemente no me llaman la atención, no me mueve el jugarlos. En el caso de los juegos de carreras y deportes creo que es fácil saber porque, ya que en la vida real esos dos temas captan nada o una diminuta porción de mi interés. De autos sé lo mismo que sé sobre mecánica de fluidos y en cuanto a los deportes podría importarme menos si el Real Madrid goleó al Barcelona… ¿o fue al revés?
Sí, vivo en Monterrey, una ciudad en la que se la da más importancia a las declaraciones de una futbolista que al paupérrimo desempeño del gobernador, pero creo que la sobresaturación del soccer, en lugar de animarme a probar algo relacionado a él, ha tenido el efecto contrario, orillándome a sacarle la vuelta a ese deporte y sus derivados, entre ellos los juegos de video.
Eso sí, me gusta el futbol americano, soy seguidor de los Vaqueros de Dallas desde pequeño. Sin embargo, eso no me ha animado a tocar una vez más un juego de Madden NFL desde que jugué la versión de 1994 en el Super Nintendo. Creo entonces que el gusto o disgusto por estás disciplinas no está directamente relacionadas con querer jugar o no estos títulos.
Con los juegos de pelas me sucede igual. Antes disfrutaba mucho de jugar Street Fighter II, Mortal Kombat I y II, y Killer Instinct, pero de pronto el placer se disipó; ya no les encontré ese algo que me tenía pegado a la maquinita o el control. En parte tiene que ver que los empecé a ver muy similares a todos. Sí, sé que los amantes del género me dirán que no es verdad, y pueden tener razón, pero para mí la mecánica básica y el objetivo se me hacían, y a la fechas se me siguen haciendo, repetitivos.
En cuanto a los RTS, lo puedo resumir en una sola palabra que también podría englobar a los juegos de pelea: Flojera. Y no me refiero a que esos juegos estén de hueva, sino a que me produjo una flojera tremenda el tener que aprenderme los comandos y shortcuts para comandar a mi ejército o las secuencias de la palanca direccional y los botones para hacer el combo ganador. Sí, en ese entonces era joven e inexperto, pero no me llamó la atención en lo más mínimo. Otro factor que afectó mi interés por los RTSs es que yo no contaba con una PC que cumpliera con los requisitos mínimos para jugarlo adecuadamente y tener que gastar más en los componentes necesarios se volvió prohibitivo.
La situación con los MMOs es diferente. No me he querido acercar mucho al género porque me conozco y sé que, si me gusta, no me voy a despegar de ellos por un buen rato. Star Wars: The Old Republic me está haciendo ojitos desde hacer rato, pero debo consultarlo bien con mi billetera y mi (poca) vida social. Otros juegos de mis géneros intocables, como el de peleas o carreras, han logrado sembrar la curiosidad de probarlos, específicamente Marvel vs. Capcom 3 y Need for Speed: Hot Pursuit.
Pero de ahí en fuera, anything goes.
Tengo una gran predilección por los juegos de acción y aventura. Los títulos de mundo abierto o sandbox han logrado engancharme y procuro jugar los que puedo, aunque no siempre tenga que terminarlos. Aunque los he descuidado últimamente, los juegos de plataformas también me gustan. Hice a un lado los disparadores en primera persona a principios de la década, pero los retomé a mediados. Los juegos de rol occidentales usurparon el puesto de los japoneses, aunque de vez en cuando me gusta jugar alguno que retome o reconstruya conceptos clásicos; el problema con este género es que me consume mucho tiempo. Procuro no dejar pasar las buenas curiosidades independientes, aunque en ocasiones sufren por dedicarle más tiempo a otros títulos.
Pero ese soy yo; me gustaría saber cuáles géneros te gustan, cuáles no y por qué. Tal vez encuentre en alguna de tus motivaciones la curiosidad por acercarme a esos títulos a los que le saco la vuelta.