Ayer fue un día de tumulto en Ecuador, durante el que se temió que ocurriera un golpe de Estado que terminara sacando de su cargo al actual presidente, Rafael Correa. Mientras en las calles de las principales ciudades se vivía el caos, en internet la gente se volcó como de costumbre a comentar los sucesos vía Twitter en tiempo real (usando el hashtag #30S).
Hasta ahí todo normal – dentro de lo normal que puede ser una situación como ésta. La gran diferencia esta vez, sin embargo, fue que el propio gobierno ecuatoriano utilizó Twitter para comunicar lo que estaba pasando. A través de su cuenta de Twitter (@Presidencia_Ec) se informó sobre el Estado de Excepción, además de entregar links a dónde informarse y comentar la situación.
Al mismo tiempo, el Facebook oficial estuvo abierto a recibir comentarios y replicó informaciones. También se crearon grupos especiales que recibieron fotos, videos y mensajes de apoyo de distintas partes del mundo.
Las redes sociales están cruzando el umbral de ser un lugar donde sólo los ciudadanos comentan situaciones de crisis: también las partes involucradas están utilizando el sistema para concitar apoyo a sus respectivas causas. Los gobiernos han comenzado a usarlo tentativamente al principio, con algunos mandatarios más activos que otros, pero todavía resultan misteriosos los efectos y cuál es el “buen uso” de las redes sociales de parte del Estado.