¿A qué viene lanzar un terminal como el Nokia N97 Mini? Atendiendo a criterios de mercado, sólo sería una versión más asequible del Nokia N97. Pero luego uno los compara y puede llegar a dudar sobre cuál de los dos fue ideado primero. Al menos en lo que a diseño se refiere, pues al final donde más se nota el descenso de tamaño es en el grosor del terminal, algo que juega en favor del “hermano pequeño”.
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No apostaría dinero pero ello, pero estoy medianamente convencido de que lo primero que se le pasó por la cabeza a los diseñadores de Nokia fue un equipo como el Mini. El N97 podría ser la consecuencia de querer echar el resto en el tamaño de la pantalla y otras características, presentándolo en plan “bestia parda” telefónica. El Mini es un poco más discreto, pero no crea esa sensación de ser quizás algo más grande de la cuenta.
Puede que éste sea el punto más importante a considerar para decantarnos por uno u otro. Las diferencias de hardware entre ambos al final no son tan grandes, por lo que la elección dependerá del porte que más nos guste. Y son ya varios los poseedores de un N97 que, al enseñarles la versión Mini, me han propuesto un intercambio de terminales. Pero de haber accedido a ello este W Lab no se hubiese terminado de escribir, así que sigamos adelante.
Diseño mini-estilizado
Lo bueno del Nokia N97 Mini es que, siendo un terminal con teclado QWERTY deslizante, cuando está cerrado puede pasar ante los ojos de cualquiera como la clásica tableta táctil. De hecho, es más delgado que modelos como el Nokia 5800 XpressMusic, quedándose con unas dimensiones de 113 x 52,5 x 14,2 mm (16,4 mm en la parte de la cámara) y 138 gramos de peso. El “culo” de la carcasa tiene un perfil ligeramente curvado para buscar la ergonomía a una mano, y la tapa trasera está hecha de acero inoxidable, en lugar de los materiales plásticos del N97.
Se pierde el protector de lente que sí que llevaba la cámara de su hermano mayor, y aparte de la reducción de dimensiones, hay un cambio importante en el teclado: se ha retirado el pad direccional. Lo curioso es que las teclas mantienen exactamente el mismo tamaño, porque el espacio que deja el pad se aprovecha para introducir dos columnas más de teclas (13 columnas y 3 filas frente a las 11 columnas y 3 filas del N97). En la siguiente imagen, improvisada en la mesa de un bar, podemos comparar el teclado de un N97 Mini negro con el de un N97 blanco.
Más de uno se quejará de que el pad direccional ha sido sustituido por cuatro botones con flechas apuntando vertical y horizontalmente; para otros resultará más intuitivo, pues es la clásica disposición de un teclado de ordenador. Quizás en un móvil sea mejor algún sistema de control hecho a medida del pulgar, pero es cuestión de gustos. La única ventaja innegable del teclado del Nokia N97 Mini está en que lleva una tecla propia para la tilde, por lo que es más fácil y rápido escribir sin faltas de ortografía. En cuanto a la velocidad de escritura, lógicamente hay que acostumbrarse a teclear con los pulgares, pero una vez que se adquiere práctica, podemos afirmar que pocos terminales resultan más cómodos y efectivos que éste y su predecesor.
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Por supuesto, se mantienen la rotación de la interfaz y los 45 grados de inclinación de la pantalla al abrirse (también podemos activar la auto-rotación por acelerómetro), así como la impresión de robustez que genera el mecanismo deslizante. La parte superior del terminal, que contiene la pantalla, la cámara secundaria, el sensor de proximidad y los botones frontales, está rodeada por un marco metálico. La parte inferior reparte por todo su perímetro varios controles (volumen, disparador de la cámara y tecla de bloqueo/desbloqueo) y conexiones (salida AV de 3,5 milímetros y puerto microUSB para recarga y transferencia).
Nokia mantiene su costumbre de montar las teclas roja y verde de gestión de llamadas como continuaciones táctiles de la pantalla, acompañadas de un botón metálico de forma diagonal para acceder al menú principal. Resumiendo, básicamente el mismo concepto que el N97, pero con mejor porte cuando está cerrado y consecuentemente más cómodo de usar a una mano. “Más discreto”, palabras textuales que me han repetido varias personas al comparar en directo ambos terminales. En cuanto a los acabados, el N97 Mini está disponible en negro, blanco y granate.
Interfaz con la receta clásica
Como consecuencia de su reducción general de tamaño, la pantalla del Nokia N97 Mini también adelgaza hasta las 3,2 pulgadas de diagonal, manteniendo la resolución de 360 x 640 píxeles y los 16,7 millones de colores. Esto no supone ningún trauma importante en la calidad de visionado. Pero estamos ante una pantalla resistiva, y las 3,5 pulgadas del N97 proporcionaban un espacio extra muy de agradecer a la hora de apuntar bien con las pulsaciones, especialmente en iconos pequeños. El navegador web sí que resulta realmente tedioso, pero lo veremos más adelante.
Como siempre, Nokia intenta compensar las limitaciones de la pantalla resistiva, por una parte, con un sistema de clic único para activar el icono deseado y doble clic para acceder a él. Por otro lado, tenemos el refuerzo háptico. En el siguiente vídeo no se percibe, pero tanto la vibración como el sonido que emite el terminal cuando pulsamos con el dedo es realmente considerable. Quien no esté cómodo así, en cualquier caso, siempre puede regularlos hasta conseguir el nivel que mejor se le adapte. Ni que decir tiene, por cierto, que la pantalla no posee ninguna capacidad multitáctil.
Sí que encontramos una intefaz personalizable y con widgets sobre su sistema operativo Symbian 9,4: la S60 de 5º edición por la que está apostando Nokia en sus terminales táctiles. Como refleja el vídeo, podemos ubicarlos libremente, y algunos incluso se mantienen “vivos” mientras los movemos, como pasa con el de Facebook, que nunca deja de mostrar las últimas actualizaciones de estado de nuestros contactos. Otros, en cambio, son sencillos iconos para acceder a aplicaciones, programas o carpetas.
Si lo que se busca es sencillez y personalización, uno no puede quejarse de la interfaz del Nokia N97 Mini. No obstante, al compararla con lo que nos proponen los móviles con Android o el mismo iPhone, nos sabe a poco. Sólo tenemos una pantalla principal para colocar los widgets, y éstos están limitados a un tamaño máximo similar al que ocupan juntos cuatro simples iconos. Además, cuando nos movemos fuera de la pantalla principal no encontramos nada muy distinto a lo que se viene haciendo desde el Nokia N95 (excepto por lo táctil, claro).
Éste es uno de los motivos por los que muchos pensamos y decimos que, hoy por hoy, Symbian ya no es lo que era. No es que haya empeorado como sistema operativo para móviles, sino que el resto le han adelantado por el interior de la curva, al menos en lo que a interfaz se refiere. No es de extrañar, por tanto, que en Nokia quieran darle una alternativa a Maemo Linux, rescatado recientemente del bahúl de los recuerdos con el Nokia N900 (que por cierto será uno de los próximos teléfonos que analizaremos aquí).
Mini-smartphone
Nokia ha hecho un recorte palpable en el almacenamiento interno del N97 Mini, que se queda con 8 GB frente a los 32 GB del N97. Pero no deja de ser más que suficiente para llevar una amplia selección de música y documentos, contando a la vez con algo de espacio para las fotos y los vídeos de la cámara. Y si se nos quedan cortos, siempre tenemos la ranura para tarjetas de memoria microSD, que admite modelos de hasta 16 GB. Lástima que Nokia siga obligándonos a retirar la tapa trasera para acceder a la ranura, aunque al menos no es necesario retirar la batería ni, por tanto, apagar el terminal.
Quizás sí que sea más reprochable su potencia como máquina, pie por el que también cojeaba el N97. Nos van a disculpar los ingenieros de Nokia, pero equipar terminales que pretenden ser la referencia con un procesador ARM11 a 434 MHz y 128 MB de memoria RAM es algo ilógico, al menos teniendo en cuenta lo que calzan hoy en día sus competidores. Esta austeridad de componentes se nota a veces en el rendimiento, especialmente cuando trabajamos con aplicaciones algo complejas. Sólo hay que fijarse en que, con el acelerómetro activado, la auto-rotación de la pantalla se toma su par de segundos para completarse.
Tal y como pasaba en el N97 (perdón por la reiteración, pero es obligada), podemos conectar el dispositivo a Internet tanto por Wi-Fi como por HSDPA, pero este último trabaja como mucho a 3,6 Mbps. A decir verdad, tampoco es una gran pérdida el no seguir el estandar de 7,2 Mbps, porque al fin y al cabo todo depende de la cobertura y en la práctica uno puede darse con un canto en los dientes si consigue navegar a 2 Mbps reales. Pero teniendo en cuenta que Nokia suele apostar por el estándar más veloz, y que al mismo tiempo se ha criticado a terminales de la competencia por no seguirlo (como el mismo iPhone), es justo señalarlo.
Por supuesto, disponemos de conexión Bluetooth 2.0, incluyendo perfil A2DP para equipos de sonido inalámbricos, y no falta el conector microUSB que están universalizando ya bastantes firmas para la recarga de la batería, y que también sirve para conectarlo al ordenador. El apartado de documentos de oficina está cubierto con la suite QuickOffice y un lector de PDF, que como suele ser habitual no incluye opciones de edición. Todos estos programas están reunidos en la carpeta Oficina, junto con otras aplicaciones clásicas como la calculadora, el compresor Zip de archivos o el conversor de divisas.
Nada que objetar a su comportamiento como equipo puramente telefónico, donde nos encontramos con la nitidez y calidad de recepción habitual en Nokia. Destacar en este aspecto la función del sensor de proximidad, que se encarga de apagar la pantalla cuando acercamos el terminal a la oreja durante una llamada, así como de encenderla al instante cuando lo alejamos para comprobar cuánto tiempo llevamos hablando, o anotar con el mismo teclado virtual del teléfono algún número que nos chive nuesro interlocutor.
Navega como puedas
Si tienes un hijo que anda todo el día metiéndose en páginas web sospechosas sin antivirus y con el firewall desactivado, te propongo un castigo ejemplar: obligarle a navegar durante toda una semana única y exclusivamente con el Nokia N97 Mini. El navegador web ya se las trae por sí mismo, pues a veces carga las páginas con sorprendente lentitud y otras, sencillamente, se cierra él solito y por las buenas. Si le añadimos el agradable tacto de la pantalla resistiva del terminal (nótese la ironía), tenemos como resultado una experiencia web muy limitada, que nos obliga a trabajar a una velocidad para nada acorde a los tiempos actuales.
Lo curioso del asunto es que las posibilidades del navegador son amplias. Es decir, puede mostrar las páginas web con el mismo aspecto que lucen en la pantalla del ordenador, dispone de exploración por pestañas e incluso búsquedas de texto dentro de cada página. Además, contamos con soporte Flash para los vídeos incrustados de YouTube. Pero incluso aquí se comete un fallo algo inexplicable, ya que no podemos mostrar los vídeos a pantalla completa sin antes pasar por la web en la que están alojados en el famoso portal propiedad de Google.
En el navegador GPS la cosa cambia. Tampoco es que sea una obra maestra de renderizado y velocidad a la hora de cambiar los puntos de vista o acercar y alejar el zoom, pero hay que admitir que Nokia ha hecho un buen trabajo con sus Ovi Maps. Al menos está a la altura de soluciones habituales en los móviles como Google Maps, incluyendo navegación para vehiculos y peatones (con el acelerómetro actuando a modo de brújula), además de mapas en 3D que pueden servirle de gran ayuda al que no termine de orientarse viendo el terreno desde arriba.
Como podéis observar en el vídeo, también nos hemos dado un paseo por Ovi Store. La tienda de aplicaciones de Nokia no está nada mal, especialmente en la parte de videojuegos, aunque también hemos visto por ahí alguna que otra descarga con un precio sencillamente inaceptable. El porqué no está consiguiendo un éxito teóricamente tan grande como el de la App Store de Apple hay que buscarlo en la propia estrategia de ambas firmas: no es lo mismo programar para un único teléfono con una sola resolución de pantalla que para toda una flota de terminales distintos.
En cuanto al correo electrónico, no hemos encontrado ningún problema de compatibilidad con ninguna plataforma de webmail o email coorporativo. El proceso de configuración es tan sencillo como introducir nuestra dirección y contraseña, y mientras que no accedamos a un mensaje en concreto sólo se descargarán los encabezados, para no generar un tráfico de datos innecesario. A veces al teléfono le da por desconectarse de la cuenta asociada, por lo que conviene entrar manualmente de vez en cuando a través del widget de correo. A la hora de escribir, por si no lo habíamos resaltado antes, afirmar que su teclado es sencillamente una delicia.
Un tanque multimedia
Normalmente, todo N Series con un número identificativo del 80 para arriba es sinónimo de buena cámara y detalles enfocados al ocio, y el Nokia N97 Mini, a pesar de lo de Mini, no iba a ser menos. Cuenta con el acostumbrado sensor de 5 megapíxeles y el habitual sello de Carl Zeiss en la óptica, incluyendo angular de 28 mm y flash LED dual. Con todo, fotográficamente no está a la altura de una cámara compacta sencilla, pero a día de hoy las cámaras montadas en móviles se encuentran en un tope no muy lejano de lo que ofrece la de este N97 Mini.
El botón disparador tiene sus tres funciones de siempre en casi todo móvil de Nokia: encender la cámara, aplicar el autoenfoque y disparar. Lástima que el diseño Mini implique perder el protector de lente, que nunca está de más la cobertura que le ofrece a la óptica en caídas accidentales o cuando va apretado en el bolsillo. Es de hecho el borrón externo más destacable en un terminal en general más cuidado que el N97 “Maxi”.
Con la cámara encendida, el control de volumen sirve para regular su zoom digital 14x, y desde la pantalla tenemos acceso a menús de configuración, para desactivar el flash, elegir un modo de escena o activar el temporizador. Con buena luz solar, es capaz de enfocar bastante rápido y consigue una nitidez suficiente como para retratar un fondo de pantalla nuevo.
Exterior (día soleado), luz natural, sin flash, auto, zoom 7x
Exterior (noche), luz artificial (una farola), con flash, auto, zoom al máximo
Interior (sin techo: noche), luz artificial, con flash, auto, zoom 2x
Es una cámara apta para reuniones en casa, almuerzos de empresa e incluso un concierto nocturno al aire libre, aunque un flash de xenon le hubiese ayudado a hacer algo más que cubrir el expediente. En discotecas, sesiones de Güija y otros contextos penumbrosos, los resultados dejan bastante claro que las fotos se han hecho con un móvil. Algo similar a lo que sucede con la grabación de vídeo, que en los móviles está todavía un pasito más por detrás que las prestaciones fotográficas.
Es lo que Nokia llama “calidad DVD”. Término muy discutible sólo por el hecho de que los vídeos de un DVD son algo más que 640 x 480 píxeles a 30 fps (concretamente, más o menos un 20% más de resolución). Pensándolo bien, sí que hay un tipo de DVDs que al menos comparten con los vídeos grabados con el N97 Mini rasgos tan característicos como ese granulado ochentero de cinta VHS algo cascada o esos saltos que pega el balance de blancos por movernos sólo tres centímetros del sitio. Son los DVDs del top manta que contienen el screener de alguna película.
Eso sí, lo cortés no quita lo valiente, y hay que admitir que hay pocos móviles capaces de ofrecer algo más en lo que a grabación de vídeo se refiere. Por otra parte, el GPS integrado del terminal le permite geoetiquetar tanto fotos como vídeos, y la cámara secundaria para videollamadas puede trabajar con 640 x 480 píxeles a 15 fps (siguiendo con la broma del párrafo anterior, esto sería sin duda “calidad DVD/2”).
En cuanto a su rendimiento como reproductor multimedia, lo cierto es que llevando este Nokia N97 Mini en el bolsillo uno puede olvidarse de usar también un MP3 o MP4 de bolsillo (a no ser que lo que más valoremos sea la autonomía, como veremos en el siguiente apartado). Consigue una calidad de sonido e imagen más que decente, y a su compatibilidad de formatos (MP3, WMA, AAC, H.263, H.264, MPEG4, WMV, AVC, Real Video, Flash lite) se le suma ese sintonizador de radio FM del que muchos otros fabricantes suelen olvidarse en sus móviles.
Por desgracia, una vez más se repite la historia de su salida AV de 3,5 mm: el cable para la TV no viene incluido en la caja, así que habrá que adquirirlo aparte o rescatar el que traían el N95 o el N96 (si tuvimos uno). No es que compense, pero al menos el N97 Mini se acompaña de unos auriculares de diseño in-ear (cómodos para unos, desagradables para otros) que incluyen un completo panel de control para el volumen, el reproductor y las emisoras de radio. Como siempre, la ventaja está en que su salida universal nos permite usar cualquier otro par de auriculares.
Autonomía decente
La autonomía del Nokia N97 Mini es bastante satisfactoria, dentro de lo que cabe en un smartphone táctil. A su batería de 1200 mAh le han recortado un 20% de capacidad respecto al N97, descenso acorde con el menor consumo que genera su pantalla algo más reducida. Tras la primera carga, aguantó hasta 20 horas de uso medianamente intensivo de todas sus fuciones. Es decir, Wi-Fi y 3G activados, widgets actualizándose constantemente en pantalla, una sesión de fotos, un poco de música con auriculares y hasta alguna que otra llamada.
Es decir, están prácticamente garantizadas las primeras 24 horas de supervivencia lejos del cargador para las exigencias cotidianas de un usuario medianamente avanzado, por supuesto con el terminal siempre online y transfiriendo datos por HSDPA. Quien prefiera Internet sólo por Wi-Fi o llame realmente poco, puede estirar la duración hasta a un par de jornadas completas. O incluso algo más, aunque en estas condiciones el usuario realmente no aprovecharía ni la mitad de lo que el terminal le ofrece. Algo, por otra parte, muy habitual hoy en día con las ofertas y contraofertas de los operadores por captar o recuperar a un cliente tránsfuga.
Conclusión
Quienes se quejaban de que el N97 era demasiado “tocho”, en este Nokia N97 Mini tienen no sólo una versión más reducida, sino también más estilizada y con una selección de materiales de más calidad. Como siempre pasa con los Nokia más avanzados, reúne todas las prestaciones deseables en un teléfono de última generación, aunque algunas de ellas haya que cogerlas con alfileres.
Exceptuando el navegador web, realmente engorroso, no sería justo criticar su software, porque al fin y al cabo cunple con los dos grandes requisitos buscados por muchos: sencillez y personalización. Indudablemente, sus posibilidades táctiles andan varios pasos por detrás de lo que brindan actualmente las pantallas capacitivas, aunque ningún teclado virtual se acerca tampoco a la comodidad del QWERTY ergonómico de este N97 Mini. Cuestión de prioridades.
Lo Imperdible
- Excelente teclado QWERTY deslizante e inclinado, pero sin la leve sensación de “ladrillo” del N97.
- Otro más que presume de 8 GB de almacenamiento ampliables por microSD, que no es moco de pavo.
- Buen equipamiento multimedia, como siempre en los N Series.
Lo Impresentable
- Su navegador web es para echarle de comer aparte, y la pantalla resistiva no es que ayude mucho.
- El cable para TV nos vuelve a faltar en la caja.
Disponibilidad y Precios
El Nokia N97 Mini está disponible en España tanto en versión liberada (por 499 euros e incluyendo un juego, navegación peatonal gratis de por vida y 25 euros para gastar en Nokia Music Store) como financiado con contrato, siendo de momento exclusivo de Vodafone.
Links:
– Tabla comparativa: Nokia N97, Nokia N97 Mini y Nokia N900
– Video: Nokia N97 Mini vs N97
– Nokia N97 mini
– Enlaces a las canciones usadas en los vídeos en Tribe of Noise: Alien (mO Body) y Slow Trane (Danny John)
Video: Nokia N97 Mini vs N97