Podría parecer sorprendente que a estas alturas los fabricantes todavía sigan creando nuevas variedades de audífonos. La realidad es que no podemos negar que los modelos más recientes suelen usar nuevas tecnologías y métodos de fabricación que los hace mejores con respecto a modelos viejos. Al menos en la mayoría de los casos.
Cuando vi por primera vez los Sennheiser HD 238 no sabía que esperar. Su diseño abierto y su reducido tamaño podrían engañar a la gente, subestimando el poder que esconde que este par. Para remediarlo, los alemanes los empacaron en una bonita caja negra que dice PRECISION: Absolute sonic perfection. Con una presentación así, queda claro que no se trata de audífonos ordinarios, sino de unas pequeñas bestias que se atreven a brindar un sonido excepcional.
Desempaquetando los HD 238
La caja no nada más incluye al par de Sennheiser, sino un bolsa de dudosa calidad que sirve para resguardar los audífonos para cuando necesitemos transportarlos. Aunque la bolsa está construida de materiales más bien duros, guardan muy bien los HD 238. La primer sorpresa que me llevé, fue al observar y sentir los materiales con los que están construidos: se trata de una combinación de plásticos y metales que los hacen más resistentes y dejan sentir la calidad al tacto. Tuve la oportunidad de usarlos día y noche sin parar, de transportarlos en mi mochila sin consideraciones y no mostraron signos de desgaste. Si tan solo todos los audífonos estuvieran construidos de esta manera.
La primera sensación que nos da este par, es de comodidad. Son sumamente ligeros (286g) y ofrecen una presión suficiente para ajustarse a las orejas. Su diadema se ajusta a la cabeza y los pude usar por horas sin apenas sentir alguna molestia. Es importante recalcar que este modelo acomoda sobre las orejas las almohadillas de los auriculares, por lo que si son demasiado sensibles, quizás les puedan molestar después de un par de horas. Por fortuna, no fue mi caso.
Sonido con calidad Sennheiser
Pasando satisfactoriamente la prueba de comodidad, llegó la hora de la verdad: la calidad del sonido.
Los HD 238 se venden como auriculares listos para el iPod, esto gracias que no demandan mucha corriente con apenas 32 ohms de impedancia, aunque un amplificador pequeño siempre ayuda a sacarles mayor provecho, aún así no tuve ningún problema al conectarlo directamente a la salida del auricular de mi iPod touch y mi PSP. Técnicamente ofrecen una respuesta de frecuencia de 16Hz a 23Khz, y tienen una sensibilidad de 114dB. Al menos en números, son bastante buenos. La realidad, es que seremos sorprendidos a las primeras notas musicales que escuchemos con los HD 238.
Su naturaleza abierta logra un sonido más natural, pero no por eso dejan de tener poderosas frecuencias bajas, aunque nunca abrazan al resto de los sonidos; sino que están presentes, casi se pueden tocar, y aparecen cuando son requeridas, no antes, ni después. Las frecuencias altas no emiten el molesto seseo que otros modelos tienen, sino que brillan con los platillos de las baterías de manera magistral, además las vocales agudas suenan totalmente naturales. La parte media no se hunde entre guitarras y baterías, sino que ofrece un balance distintivo, difícil de encontrar en auriculares similares.
El sonido balanceado, resulta ideal para escuchar algo de rock o jazz, los que gustan de hip-hip o ritmos electrónicos quizás sientan que les falta fuerza y los que prefieren la música clásica podrán escucharla sin pretensiones, sabiendo que hay mejores ofertas, amén de un precio mayor.
Hay que tener en cuenta que al tratarse de audífonos abiertos, dejan escapar el sonido a la menor provocación, además de que no bloquean en absoluto el ruido ambiental. Esto trae varios inconvenientes:
Sennheiser los vende como audífonos portátiles (hasta bolsita incluyen), pero ni pensar en llevarlos en un viaje en avión donde tendríamos que subir a volúmenes muy altos para disminuir el ruido de las turbinas y de pasada compartir nuestra música con el pasajero de a lado, esperando que no le moleste. Usarlos en bibliotecas u oficinas silenciosas, podría molestar a nuestros “vecinos” amenos que le bajemos tanto al volumen que apenas nosotros mismos escuchemos algo. Teniendo en cuenta esas consideraciones, o si se está solo, son totalmente recomendables.
Su precio oscila alrededor de los USD$140, que podría ser arriba de lo que la mayoría de nosotros podríamos pagar por unos audífonos de uso diario. Pero el precio se justifica totalmente gracias a su sonido. Será cosa de cada quien evaluar esta situación, pero al menos puedo decir con toda seguridad, que tienen más ventajas que desventajas. Además, seguramente sus oídos lo agradecerán casi de inmediato.
Lo imperdible:
- Su construcción es superior y durable.
- Incluyen bolsa para transporte.
- Su sonido está balanceado y se disfrutan con casi cualquier género musical.
- Sumamente cómodos.
Lo impresentable:
- La bolsa podría ser de mejor calidad.
- Dejan salir la música, aún en volúmenes bajos.
- No bloquean el ruido exterior.