Debo advertirles que este artículo se trata de un hands-on basado fuertemente en mi experiencia de uso y las comparaciones que realicé con unos Creative EP-630 y unos Griffin Tune Buds. La idea de este artículo es ver las principales fortalezas y debilidades de estos audífonos (CX 500) que se encuentran hasta el tope de la línea Clásica CX de Sennheiser y se perfilan como uno de los mejores audífonos para reproductores multimedia en el segmento medio-alto, gracias a su excelente relación precio/calidad.

Primera mirada

Cómo podrán ver, los audífonos tienen un aspecto bastante común, lo que implica que no llamarás la atención con ellos puestos, lo que para mí es una ventaja porque los uso en la calle y no quiero terminar con una constancia de robo a mano armada y sin mis audífonos, mi reproductor, mi móvil y habiendo perdido la pureza. Pero si quieres que todos vean cuán estiloso eres y lo excepcionales que son tus audífonos, los CX 500 no te ayudarán en demasía.

Lo otro que destaca es la cantidad de piezas que van en el cable, por un lado tienes el separador en Y, y un pequeño control remoto, a lo que puedes añadir el sujetador para la ropa que se puede remover.

Bundle

Otro de los puntos fuertes de este juguetito es su bundle, que debe ser uno de los más completos para su segmento:

1. 6 pares de gomitas (ver acá), de las que 3 son simples o esféricas y tres son de 2 niveles (ver comparación). Estas gomitas vienen en las tradicionales S, M y L, y hasta ahora no he logrado notar más diferencias entre uno y otro tipo que los niveles de aislación que se obtienen siendo mayor con las gomitas de 2 niveles.
2. Un accesorio con el que podremos enrollar los audífonos (ver acá). En lo personal creo que no era necesario en lo absoluto, porque si sabes guardar tus audífonos puede que prefieras hacerlo con el método tradicional y ahorrarte andar cargando un pedacito de goma, pero si no estás acostumbrado te va a gustar, y a final de cuentas es mejor que venga a que no…
3. Un sujetador para la ropa o clip (ver acá), que está muy bien diseñado gracias a que puede girar suavemente en 360 grados, de modo que pueda seguir el movimiento y no dar jalones gratuitos a los audífonos
4. Un estuche para los audífonos (ver acá), fabricado en lo que parece cuerina y que destaca por llevar el logo de Sennheiser al frente, lamentablemente su tamaño es justo el suficiente, no habría venido mal que fuese medio centímetro más grande, porque con el accesorio para guardar audífonos queda ajustado.

Y eso es todo, no hay manuales, folletos ni nada que perturbe nuestras ansias por usar los audífonos cuando están nuevos, y nos evita el clásico RTFM porque sencillamente no viene y no es necesario.

Experiencia de uso y comparaciones

Lo primero que debo decirles es que esto es un hands-on por lo que no encontrarán gráficos ni nada por el estilo, aunque para los más entusiastas podrán encontrar algunos en este sitio, que por lo demás me agradaron bastante porque se ajustan a mis apreciaciones.

Para comprobar las capacidades de estos audífonos los usé con música en FLAC y en un Cowon D2. También con un iRiver T10 con archivos MP3 de entre 192 a 320 kbps,  y la verdad es que debe ser uno de los mejores audífonos de su segmento: los bajos son profundos y aunque por las especificaciones su rango de frecuencias 17Hz-22KHz es menor que el del Creative EP-630 (6Hz-23KHz), la variedad de tonos en la práctica supera a los EP630 y con mucho a los Tune Buds.

Por otra parte la distorsión es muy baja, lo que implica que el sonido tarde más en saturarse y que puedes subir más el volumen sin tener que sacrificar la calidad, aunque con su potencia es casi un suicidio usarlos a todo su volumen. De hecho con el T10 los usaba en 7 puntos de 40 y con eso ya tenía suficiente.

Respecto de su diseño, como ya les mencionaba es bastante parco, no se ven como audífonos high-end lo que a mi gusto los vuelve una buena opción para usar en la calle. Pero si pretendes destacar puede que su diseño no sea el más adecuado, en especial si utilizas el clip de ropa, porque van a parecer uno de esos viejos manos libres de móvil cableados.

Su construcción es buena, el conector es bastante robusto, lo que ayudará a que no se «corten» tan fácil, lo que es simplemente genial. En la imagen superior encontrarán una comparación entre los conectores del Creative EP-630, los Griffin Tune Bud y nuestros nuevitos Sennheiser CX 500. Como podrán apreciar se trata de un conector en L que no posee una terminación flexible, pero sinceramente creo que poco ayudaría: se ve y siente bastante sólida.

En cuanto al diseño del cabezal propiamente tal no difiere casi en nada en forma del que tiene el Creative EP-630, siendo casi la única diferencia la terminación trasera que tiene un corte en diagonal, en lo demás no difiere demasiado, el plástico se ve algo más resistente y dentro posee un transductor de 9 mm que es prácticamente el estándar en audífonos de canal intrauditivo.

Pero si removemos la gomita nos encontraremos con que la malla del CX 500 (arriba) posee una forma distinta a la del EP-630, es convexa en vez de ser plana y la separación de grilla es mucho más estrecha. Debo reconocer que no tenía idea cuál era la incidencia de esta diferencia, pero hablando con un ingeniero en sonido me explicaba que podría indicar un sistema de difusión más fino, lo que siempre es bienvenido.

Para este caso no puse a los Griffin Tune Buds por una razón simple: su sistema es horrible, la grilla está ubicada en la base del cañón por lo que prácticamente es imperceptible a simple vista.

En cuanto al control remoto me toca hacer una nueva confesión, creí que era innecesario, pero otorga la posibilidad de tener un control más fino que sólo el del reproductor. Es decir, puedes alcanzar niveles de volumen intermedios entre uno y otro paso en la escala del reproductor.

La presencia de este control remoto no merma la resistencia y calidad de construcción, por lo que es simplemente un plus, pero aunque el interruptor deslizante tiene una buena resistencia, su recorrido corto podría mejorar bastante si fuese más largo.

Conclusiones

Al final de las pruebas y de una semana de uso cotidiano queda claro que los Sennheiser CX 500 son excelentes audífonos que se han ganado el sitial más alto de la línea clásica de la firma, gracias a una excelente respuesta a bajos, una distorsión muy reducida, una potencia destacable y un bundle generoso.

Todo lo anterior -junto a su impedancia de 16 ohm- los convierte en una excelente opción para utilizar con reproductores de audio digital, si los comparan con los clásicos audífonos que se incluyen en el bundle de un DAP común y silvestre. Y aunque no los he usado a la vez (como para compararlos), me atrevería a decir que son mejores que los Creative EP 830 que vienen incluidos con el Creative Zen X-Fi Wireless LAN.

En cuanto a su capacidad como audífonos isoladores (intrauditivos de aislación pasiva), me encontré con la grata sorpresa que es simplemente genial, aunque si usas las gomitas (plugs) de dos niveles puede que te aísle demasiado cuando requieres estar alerta sobre lo que ocurre a tu alrededor.

Su diseño es sencillo y sobrio, su construcción es buena, pero no está a la par de la calidad general de los audífonos por el asqueroso diseño del separador en Y (trataré de conseguir una foto de unos CX 500 usados para que vean el desgaste que tienen).

Y a modo de conclusión, puedo decirles que es una de las mejores opciones del mercado por los USD$50 que valen.

Lo Imperdible^TM

1. Excelente respuesta a bajos
2. Potencia de excepción
3. Distorsión mínima (a diferencia de los Creative EP-630 y ni hablar de los Griffin Tune Buds)
4. Excelente bundle
5. Buen nivel de aislación
6. Casi inmejorable relación precio/calidad
7. La presencia del control remoto otorga mayor precisión en el control de volumen

Lo Impresentable^TM

1. La calidad de construcción se ve mermada por la mala calidad del separador en Y
2. Sería bueno una versión con cable asimétrico

Precio Aproximado: USD$50

Update: Conseguí la foto de unos CX 500 usados en los que se ve el desgaste del separador en Y.