Cuando supe sobre la discusión en el parlamento para incluir la recomendación de requerir la alternativa de software libre en las cotizaciones del Estado, cosas como «larga vida al pinguino» pasaron por mi cabeza. Y cuando leí el comunicado de la ACTI en contra de esto pensé «ya empezó el lobby…». Pero cuando escribí mi artículo al respecto, lo hice de manera madura e imparcial. Porque la ACTI planteaba puntos buenos (¿que pasa si no hay alternativas de software libre para alguna tarea?), que si eran incorporados en la discusión podrían hacer que esta recomendación fuera el puntapié inicial para el circulo virtuoso del desarrollo de tecnologías de manera local: perfeccionamiento, más oportunidades laborales, mejores profesionales, cifras de desarrollo y un largo etcétera.
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Pero al parecer la ACTI se paso todo lo anterior por la raja y partió a hacer lobby a diestra y siniestra, y no de manera «buena» como asegurara su Secretario General en una entrevista dada el lunes que apareció entre los comentarios de FayerWayer. Como bien nos cuenta el Senador Navarro (impulsor de las recomendaciones de la incorporación de software libre) en su blog, el lobby fue poco transparente, con mails de ministros incluidos, y nada de acoger al software libre para trabajar juntos y sacar algo positivo adelante, por que finalmente el software libre muy gratis puede llegar a ser, pero para el desarrollo, implementación y capacitación se necesita gente, lo que genera puestos de trabajo. Y creo que a la ACTI esto es algo que le debería importar. De esta manera demostraron que no están ahí para cooperar ni velar por el bien común, sino que para cuidar sus propios intereses.
Nada de consensuar partes, integrar recomendaciones y trabajar juntos para sacar un documento que permitiera esta alternativa, simplemente la Cámara de Diputados rechazó, sin discusión y por unanimidad todo esto.
Hoy estuve por otro tema en una reunión en ProChile, dónde se hablaba de que había que fomentar la industria de servicios en el país, una prioridad del gobierno. Esto se hace de la mano junto a los privados, organizados como gremios. Por que al final, si no están todas las partes involucradas en el proceso, el gobierno terminará trabajando con quienes estén dispuestos a dedicarle tiempo, o a quienes se les pague para que lo hagan, como en el caso de la ACTI por parte de las empresas a las que representa.
Entonces, para que esto pase hay que hacer frentes comunes y agruparse, así como lo hizo la ACTI ó Liberación Digital en su tiempo. Al no haber lobby desde ambos lados, el software libre quedó rápidamente sin espaldas y la ACTI se le subió por el chorro. Esto hace que el lobby se vea como algo negativo, pero está claro que a estas alturas es algo super importante. Y lamentablemente, es lo que le falta al software libre… que al ser tan libre no tiene una cabeza clara que pueda dirigir este tipo de acciones, por lo menos a nivel a local.
Link: El Lobby Feroz (Blog Senador Navarro)