Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, la Universidad de Viena y la Universidad Sapienza, de Roma, reveló la dinámica historia de la población roma y desde hace 10.000 AC, a través de un registro genético de ADN de restos humanos de la antigüedad.
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La investigadora Margaret Antonio, con otros colegas, presentó un nuevo registro genético, construido a partir de datos del genoma de 127 individuos antiguos procedentes de 29 sitios arqueológicos de la propia Roma y de sus cercanías, y que abarca casi 12.000 años de prehistoria e historia romanas.
Los resultados revelan que en la época de la fundación de Roma, la genética de la antigua Italia central era muy similar a la observada en las poblaciones modernas.
Para los investigadores, a lo largo de todo el período histórico (los últimos 3.000 años), la ascendencia genética fue muy diversa, con aportaciones de individuos de todo Oriente Próximo, Europa y África del Norte, con cambios que, según los autores, reflejaron en gran medida los principales acontecimientos históricos romanos.
Análisis de esqueletos
“Esta es la primera vez en que una investigación de ADN antiguo se centra en Roma, y es la primera en estudiar los cambios ocurridos en esa metrópolis tan importante”, explicó a la ABC, Ron Pinhasi, también investigador de la Universidad de Viena (Austria) y coautor del estudio junto a científicos de otras universidades.
Los esqueletos más antiguos analizados son los de tres cazadores-recolectores que vivieron entre 10.000 y 7.000 años antes de nuestra era. En ese momento, estos “italianos” se parecen a sus congéneres al otro lado de los Alpes.
Luego, la aparición de la agricultura y la ganadería, en el Neolítico, vio aparecer a agricultores de Anatolia (Turquía moderna), como en toda Europa, aseguraron los investigadores.
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Entre 900 y 200 años antes de nuestra era, Roma comenzó a diferenciarse del resto de Europa. Se convirtió en una ciudad importante, con inmigración en aumento y población creciente.
“La gente puede imaginar que el nivel de migración que estamos viendo hoy es un fenómeno nuevo”, dijo el genetista científico Jonathan Pritchard de Stanford. “Pero los ADNs antiguos muestran que las personas se han estado mezclando fuertemente durante mucho tiempo”.
Caída del imperio
La separación del imperio en dos, la occidental y la oriental, la reorganización política y militar y la progresiva disolución de la mitad occidental dejaron también una huella en la demografía de Roma.
“Este cambio puede haber surgido a causa de la reducción de contactos con el Mediterráneo oriental y el incremento del flujo de genes de Europa, todo ello facilitado por la drástica reducción de la población de Roma hasta menos de los 100.000 habitantes, como consecuencia de los conflictos y las epidemias”, escriben los autores en el estudio y según ABC.
Los habitantes más recientes estudiados en la investigación, un total de 24 personas, tienen una naturaleza genética más próxima a la de poblaciones actuales de Europa central.