Una nueva Cortina de Hierro se asoma. El gobierno de Rusia está promoviendo una ley para almacenar en territorio nacional todos los datos personales generados por sus ciudadanos.
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Esto es gigantesco. Potencialmente, todos los servicios web de alcance global (Facebook, Twitter, Google) tendrían que acatar la norma. También quiere decir que servicios en la nube como iCloud –bajo reciente polémica por la filtración de fotos de celebridades– no podrán ser utilizados a menos que cuenten con servidores locales dentro del país.
“La ley aplicará a todos los servicios en línea: desde la compra de productos hasta las redes sociales porque todos envían información del usuario a servidores fuera de las fronteras”, señaló el ombudsman de Internet del gobierno ruso, Dmitry Marinichev.
La nueva ley estipula que los operadores deben “asegurarse que la clasificación, acumulación, almacenamiento, actualización y obtención de datos personales de los ciudadanos de la Federación Rusa ocurra en bases de datos localizadas dentro del territorio de la Federación Rusa.”
Un escenario similar había sido planteado por Brasil con la propuesta del Marco Civil de Internet, sin embargo, dicha propuesta fue eliminada de la redacción final cuando fue aprobada dicha reforma.
Las consecuencias son grandes. En primera instancia, se habla ya de un bloqueo a la venta de la última generación de iPhone y iPad, ya que traen como predeterminada la función de almacenamiento de iCloud. Segundo, implica una inversión multimillonaria por parte de las empresas tecnológicas para situar servidores en territorio local y, de alguna manera, asegurarse que esos datos no sean transmitidos a otros servidores.
Esta propuesta, a entrar en vigor el 1 de enero de 2015, significaría uno de los pasos más fuertes hacia la balcanización de Internet, una de las consecuencias previstas por los analistas tras las revelaciones de Edward Snowden (asilado, coincidentemente, en suelo ruso).
El argumento del gobierno ruso es, justamente, que esta ley busca proteger a sus ciudadanos del potencial espionaje por parte de otras naciones –en específico, de Estados Unidos y sus aliados, los Cinco Ojos–. Pero, ¿será éste el pretexto que necesitaba Rusia para generar una nueva Cortina de Hierro, ahora de naturaleza informática?