Ni Jennifer Lawrence ni McKayla Maroney se escaparon de la gran filtración de fotos personales de famosas. Este “celebgate” es tan desproporcionado que ya es historia en internet y en la historia personal de eventos que se han publicado en 4chan. Pero aunque la atención está ahora mismo en el qué dirán o en el qué harán estas famosas ante tal violación de su privacidad, nos estamos olvidando de algo mucho más importante.
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Lo más importante es que, por desgracia, sabemos que esto que les ha pasado a estas famosas les lleva pasando a miles de personas todos los días. Mala seguridad, contraseñas débiles, descuidos o simplemente el desconocimiento de cómo funciona una herramienta son algunos de los motivos por el que fotos comprometidas y personales salen a la luz. Estas personas no tienen ninguna culpa, hacen lo que quieran con sus cuerpos y con sus herramientas, pero esto no quita para que todos seamos más cuidadosos con lo que hacemos.
¿Te vas a hacer una foto comprometedora? ¿La vas a compartir en Snapchat? ¿Crees que tu foto nunca saldrá a la luz porque está en tu móvil? De acuerdo, eres 100% libre de hacerlo, pero aquí van tres simples reglas que recordar.
Comprueba donde se guardan tus fotos
Muchas de estas famosas cuyas fotos personales se han visto compartidas por millones de personas se encontraban en iCloud, el servicio de sincronización y copia de seguridad de Apple. Pero estamos descubriendo que mucha gente no sabe exactamente qué es iCloud o que directamente sus fotos estaban copiadas en algún otro sitio.
Comprueba donde están tus fotos. Si usas un iPhone o un iPad revisa si tus fotos se están copiando a iCloud. Si tienes instalado OneDrive, Dropbox o cualquier aplicación de almacenamiento en la nube, comprueba que las fotos no se están subiendo automáticamente.
Si usas Android, comprueba que la función de subida de fotos de Google+ no está activa, aunque para esto lo primero que tienes que saber es que existe algo llamado Google+.
Cuando subas una foto, ten en cuenta que estas fotos no solo están en tu móvil o en la nube, muchos de estos servicios además copian esas fotos a otros dispositivos como portátiles o tablets. Ya no vale el borrar una foto de tu móvil, tienes que asegurarte que está borrada de todo dispositivo que tengas.
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Contraseñas y miente, miente muchísimo
Por favor, cuando te registres en algún servicio en internet donde guardas documentos, vídeos o fotos: miente. Si, miente. Cuando te pregunten por le nombre de tu primera mascota, ¡no pongas el nombre de tu mascota! Usa otro nombre que vayas a recordar. De un amigo, de alguien de tu familia, de un famoso, de lo que sea pero nunca el nombre real.
Se cree que gran parte de las filtraciones se consiguieron gracias a hackeo de ingeniería social, mediante phishing se lograban correos y contraseñas. Parece básico, pero hay que recordarlo: no des tu usuario y contraseña a nadie que no sea el verdadero servicio. ¿Cómo sabes eso? Sencillo, revisa que la URL sea el dominio de Apple, Google, Microsoft, de tu banco o del servicio que sea, y siempre que sea mediante conexión segura (“https” o una señal verde en la barra de direcciones).
Y en temas de contraseñas, hay decenas de formas de crear contraseñas seguras. Desde webs como Strong Password Generator y aplicaciones que generan aleatoriamente contraseñas y además las almacena como es 1password. Comprueba cuál fácil es te romper la seguridad de tu contraseña con How Secure Is My Password.
¿Una técnica para siempre acordarte de una contraseña? Genera una frase larga, como de 10 palabras. Por ejemplo “El caballo del príncipe mató el zorro de la duquesa mientras tomaban café”, una frase sin sentido pero fácil de recordar. Ahora es cuestión de jugar con ella. Por ejemplo una contrsaela podría ser usar la primera letra de cada palabra (ecdpmezdldmtc), o usar la segunda letra, alternar mayúsculas y minúsculas, agregar espacio o símbolos. Sé creativo pero siempre con una larga frase sin mucho sentido aparente.
Control de daños
Digamos que te da igual todo, que te haces estas fotos, que no tienes interés por tu seguridad y que tus fotos, por alguna razón acaban en internet. Primera regla: que no te entre el pánico.
Lo primero que debes hacer es informar al servicio donde están alojadas las fotos y pedir su retirada inmediata. Después debes denunciar ante las autoridades pertinentes. Policia Nacional, Policia Federal, Guardia Civil… sea cual sea el cuerpo de seguridad de tu país, debes interponer una denuncia para que el responsable o responsables sean encontrados y puestos a disposición de la justicia.
Investiga de dónde han salido las fotos, si tú las tomaste revisa aplicaciones instaladas, redes sociales o incluso quién ha tenido acceso a tu móvil. Puede darse el caso que haya sido una persona de tu confianza quien las haya publicado (como en el “porno de venganza”).
Pero si hay algo importante que todo el mundo debe entender de internet es esto: internet tiene memoria y nunca olvida. En la mayoría de las ocasiones las fotos siempre acaban en algún servicio perdido, quizá no tenga tu nombre o nadie sepa quién es la persona de la fotografía, pero hay muchísimos sitios de internet que comparten este tipo de contenido sin importar quién o qué sale en ellas.
Cuando accedes a internet, sobre todo cuando decides usar redes sociales o tener dispositivos conectados a internet, tienes que entender que la seguridad es y siempre será una ilusión. No existe servicio perfecto o sistema de seguridad irrompible.
La mejor solución es siempre la más obvia. Si no quieres que algo aparezca en internet, no lo hagas. No es una prohibición, pero siempre ha sido la mejor de las soluciones.
Foto portada (cc) Lotus Carroll