En un conflicto como el de Israel y Palestina, siempre se tiende a ser partidario de un bando. Esta es una guerra y como en todas las guerras, hay muertos. Demasiados muertos. No importan la nacionalidad, son personas.
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En las guerras también se hace muy importante el uso de la propaganda. La propaganda siempre llega desde ambos lados del conflicto, desde medios y prensa, sitios web o redes sociales como hemos visto en el caso de Israel.
Durante años se ha jugado con el término “cyberguerra”. Muchas explicaciones se han dado sobre este término, desde que las guerras del futuro serán informáticas intentando dejar sin funcionamiento servicios de un país, hasta incluso ataques directos a las infraestructuras de un país usando sus propias redes, con virus o troyanos. Ahora mismo se está librando una guerra en internet con Anonymous. Su víctima es Israel, por lo menos las webs oficiales del gobierno de Israel.
Anónimos haciendo lo que Anonymous sabe hacer
Cuando hablamos de Anonymous estamos hablando en realidad de un grupo de personas “indefinidas”. No les pongas cara, tampoco les pongas en un bando o en otro. Al nunca saberse quién está detrás de “un grupo Anonymous”, nunca sabrás si en realidad quien está detrás tiene otro interés más que el de la justicia universal.
Desde la cuenta de @AnonymousGlobo se están informando de como este grupo está atacando muchas de las webs oficiales de Israel.
Anonymous lleva una semana atacando estos sitios y a la hora de escribir este artículo, la mayoría de estos sitios están inaccesibles. Incluso se atacó servicios de búsqueda de trabajo como Zarem filtrando 70.000 usuarios registrados incluyendo nombres, apellidos, teléfonos, cuentas de correo y fotografías.
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Que este grupo de Anonymous esté tomando parte en una guerra, es ante todo una forma de desvirtuar lo que en un inicio representaba este grupo. Como decía antes no se puede categorizar a Anonymous como una organización pro-palestina porque el funcionamiento de la propia organización está descentralizada, imposible decir que todos sus activistas están a favor, o en contra de una actividad.
Pero los ataques de denegación de servicio (DDoS) se han convertido en un arma, un peligroso arma que mucho usan para protestar. ¿En la era de internet un ataque de este tipo se puede considerar un ataque directo? ¿Solo porque sean webs no deberían tener el mismo valor que algo tangible?
Foto (cc) gaelx