Un equipo de investigadores en ciencia de materiales de los EE.UU. acaba de lograr el primer avance en el uso de la llamada «materia blanda», como medio viable para el almacenamiento de datos.
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Lo más sorprendente del material, sería su altísima densidad; pues 1TB de datos cabría en una cucharada de “líquido”.
De acuerdo con una nueva investigación, ciertas partículas microscópicas suspendidas en ciertos líquidos, se podrían utilizar para codificar ”ceros” y “unos”, como se hace en los discos duros actuales.
El término «materia blanda» se refiere a diversos tipos de materia, como líquidos, espumas, polímeros, e incluso algunos biomateriales.
Según los investigadores, lo que tienen en común todas las materias blandas es que sus comportamientos físicos son previsibles a diferentes temperaturas, los cuales implican cambios de forma espacial a nivel molecular.
El equipo detrás de la investigación del HD líquido, es dirigido por Sharon Glotzer y David Pino. Los científicos utilizaron un tipo de suspensión coloidal de nanopartículas especialmente diseñadas para las pruebas.
En una suspensión coloidal, las partículas no se disuelven como en una solución, por lo que conservan sus propiedades. Cuando se calienta el líquido coloidal, las partículas se reorientan de forma previsible.
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Las nanopartículas utilizadas en este estudio fueron dispuestas en grupos de cuatro, con una partícula central que actúa como punto de unión para el llamado nanoclúster.
La adición de energía térmica al sistema hace que las nanopartículas se desplacen alrededor de la superficie de la nanopartícula central y adopten distintas configuraciones.
Todo el conjunto (el nanoclúster) mide apenas unos 5 micrómetros de diámetro. El equipo investigador fue capaz de verificar visualmente el cambio en la conformación de las nanopartículas en el nanocluster.
Lo más interesante es que el nanoclúster de cuatro partículas -el más simple- sólo tiene dos configuraciones posibles, una vez estimulado.
En la siguiente imagen, al centro, se ve el nanoclúster no estimulado.
A la izquierda y a la derecha, se ven las dos únicas configuraciones posibles para el nanocluster, una vez estimuladas las nanopartículas.
Estas dos formas no se pueden superponer una sobre la otra; siempre son asimétricas, sin importar si se les da vuelta; son diferentes espacialmente. Es por eso que se les puede distinguir, incluso si están flotando libremente en el fluido.
Estos dos estados se pueden leer como un «1» o un «0», por lo que cada grupo de nanopartículas codifica un solo bit de datos. El equipo ha bautizado a este líquido coloidal: coloide digital.
Por supuesto, este es sólo el primer paso. Alguien tiene que encontrar una manera confiable de bloquear los racimos de clústeres, para luego leer los datos de forma rápida.
El equipo de investigación del disco duro líquido cree que la densidad de datos podría ser muy alta si se utilizan las técnicas adecuadas. Según los cálculos, se podría almacenar 1TB de datos en una cucharada de coloide digital.
Lograr fabricar el primer «disco blando o líquido», va tomar un poco de tiempo. Mientras tanto, seguiremos con nuestros clásicas unidades de almacenamiento HDD y SSD.