Cynthia Breazeal, profesora en el Massachusetts Intitute of Technology (MIT), pionera en robótica social, dio a conocer le robot Jibo, que ella define como el “primer robot familiar del mundo.”
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Se trata de un robot de escritorio, pero que no tiene nada de un juguete.
El atractivo de Jibo es su capacidad de interacción emocional. Tener a Jibo es casi como tener un R2D2, de Star Wars, que habla. El tono de su voz, su humor y su simpatía hacen sentir que se tiene un pequeño amigo.
Jibo es capaz de contar cuentos a los niños como si lo hiciera Papá. Puede tomar fotos automáticamente cuando posas para él, siguiéndote con su mirada. Basta con que le digas “Jibo, toma una foto”.
Acompañándote en tu escritorio mientras trabajas, Jibo puede realizar video-llamadas y recordarte tus compromisos de acuerdo a tu agenda; y todo, con gestos y expresiones humanas que te hacen sentir bien.
Jibo mide aproximadamente 28cm de altura, con una base de 15cm. Pesa unos 2.7kg. Está hecho principalmente de aluminio y plástico blanco.
El rostro de Jibo se compone de una pantalla táctil de 5,7 pulgadas de 1920×1080. Es gracias a esta pantalla que Jibo puede expresarse con gestos y palabras; la pantalla hace las veces de rostro, pero también como pantalla para tus video-llamadas, o como pantalla multimedia para mostrarte instrucciones y animaciones didácticas.
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El “robotito” posee un par de cámaras, altavoces estéreo y un micrófono. Su cuerpo se divide en 3 regiones, las cuales son accionadas por 2 servomotores que le proporcionan un movimiento libre de 360°. La combinación de estos 2 movimientos giratorios en diferentes ángulos, le confieren a Jibo la capacidad de expresarse con movimientos corporales simpáticos y hasta graciosos.
A Jibo se le ha programado para que pueda interactuar contigo. Le puedes dar, por ejemplo, palmaditas en la cabeza, o rascarle la “barriguita”.
Jibo puede reconocer y realizar un seguimiento de los rostros de los miembros de la familia. Mirándote desde cualquier punto de tu habitación o sala, Jibo toma la iniciativa de ayudarte, reconociendo lo que estás haciendo y sugerirte algún consejo. Por ejemplo, si estás cocinando, te puede sugerir tiempos de cocción, o algún “truco” de cocina.
(c) myjibo.com
Jibo, basado en Linux, se venderá con una serie de aplicaciones por defecto llamadas “habilidades”. También viene con un SDK que permitirá a los desarrolladores crear (y vender) diferentes habilidades para extender la funcionalidad del robot. Por ejemplo, se le puede instalar la habilidad de contar cuentos a los niños, o también la capacidad de ayudar a los niños con sus tareas escolares.
A pesar de poseer un hardware sofisticado e impresionante, su precio de venta final será de apenas USD$ 500; un buen precio para un robot de compañía bastante inteligente y simpático.
Jibo es actualmente sólo un prototipo. Se está utilizando la plataforma de crowdfounding Indiegogo para recaudar fondos para perfeccionarlo y lanzarlo al mercado. Se espera que esté disponible a fines de 2015 o principios de 2016.
Diseñar un robot social no es fácil. Es muy, muy difícil de elaborar una inteligencia artificial que permita que se agradable interactuar con el robot. Esperemos que el día de su lanzamiento, Jibo se comporte verdaderamente como un robot de familia, capaz de interactuar con todo el mundo; desde el pequeñín de la casa, hasta con la abuelita.