Desafortunadamente, Egipto se está convirtiendo en un gran ejemplo de lo que los gobiernos pueden hacer con tal de ejercer el control a través de Internet. En su momento, el ahora ex presidente Hosni Mubarak ordenó prohibir el acceso a Facebook y Twitter, que después llegó hasta el bloqueo del acceso a Internet.
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Ahora sabemos en qué acabo la historia: Mubarak fue derrocado y emergió un nuevo gobierno que, en teoría, daría nuevas libertades para los ciudadanos. Sin embargo, The Guardian reporta que un documento ha revelado la intención de la policía de aquél país para monitorear contenidos difundidos en redes sociales, a fin de identificar signos de protesta y otros contenidos contrarios a la ley.
Si bien en algunos casos se trata de un ataque a las comunicaciones privadas de los usuarios de Internet, lo que la policía egipcia busca no es algo novedoso. En la actualidad existen programas -incluso desarrollados por algunos gobiernos- con la capacidad de implementar este tipo de vigilancia masiva.
Lo interesante es que los esfuerzos de esta entidad gubernamental se están enfocando solamente en Facebook, Twitter, WhatsApp y Viber, tomando en cuenta la popularidad y el alcance de estas aplicaciones por encima de otras que ofrecen funcionalidades parecidas.
El documento señala que quien está realizando la solicitud para desarrollar este nuevo software es el ministro del interior de aquél país, Mohammed Ibrahim. En particular, lo que busca el gobierno egipcio es identificar prácticamente en tiempo real algunos contenidos que sean contrarios a la ley o a algo que podría llamarse “las buenas costumbres”, lo que incluye:
- burlas mordaces y degradantes
- calumnias
- insultos
- el uso de la blasfemia
- incitación al extremismo, a la violencia y a la rebelión
- incitación a manifestarse
- incitación a plantones y huelgas ilegales
- formas de fabricar explosivos
- pornografía y decadencia
- inmoralidad y libertinaje
En suma, un control total de los contenidos que circulan por redes sociales y que pueden significar un riesgo para el dominio del gobierno. Lo que no está del todo claro son las acciones que serían tomadas una vez que los contenidos riesgosos sean identificados, aunque no es difícil imaginar que el gobierno iría más allá del simple bloqueo de los mismos.
Para cerrar, un dato preocupante: Ibrahim acepta que están buscando la forma de implementar este monitoreo, pero considera que no daña las libertades civiles de los ciudadanos egipcios, como la libertad de opinión y expresión.