El reloj avanza y el final del asilo de Edward Snowden en Rusia se aproxima. Será en agosto cuando el excontratista de la NSA pierda esta protección, por lo que tiene sólo dos meses para encontrar otro país que lo acoja.
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Mientras que Snowden tiene en la mira a Brasil, el director de Human Rights Watch en Alemania, Wenzel Michalski, opina que su país debería tenderle la mano.
>A la luz de la intención de Alemania de tomar el manto de la libertad en Internet, es incomprensible y paradójico que nuestro líderes políticos no respalden que Snowden venga a Berlín a testificar, así como protegerlo de la extradición a los Estados Unidos.
Michalski enumera muchas de las consecuencias que han tenido las revelaciones de Snowden en Alemania:
– Junto con Brasil, Alemania respaldó la primera declaración mayor de Naciones Unidas sobre el derecho a la privacidad en los últimos 25 años.
– Angela Merkel se ha convertido en una de las líderes mundiales que mayor presión puede ejercer sobre Estados Unidos al respecto.
– Alemania expandió su Departamento de Ciberpolítica a la oficina de Asuntos Exteriores.
– Estableció un Comisionado para los Servicios de Inteligencia Federal en la cancillería y una comisión especializada en el Parlamento.
Ante estas reformas, detonadas por las revelaciones de Snowden sobre la NSA, el director de HWR considera que Alemania debe dar el paso al frente y proteger al excontratista. Recordemos que Edward Snowden está asilado en Rusia por una situación accidental, ya que él estaba en dicho país al momento de ser revocado su pasaporte, dejándolo varada en suelo ruso.
Michalski señala que Alemania «ha tomado el rol de líder sobre derechos humanos en línea» y que tanto su país como Brasil deben tomar la estafeta y prevenir la recolección arbitraria de datos; una tarea que considera muy difícil por culpa de Estados Unidos y el Reino Unido.
A Snowden se le acaban las posibilidades. Después de negarse a renovar su asilo en Rusia, ofreció sus servicios a Brasil a cambio de refugio. Otros países de América Latina como Bolivia (que desató un incidente internacional en Europa), Nicaragua y Venezuela han hecho ofrecimientos, mientras que Ecuador –que mantiene a Julian Assange en su embajada en Londres desde hace dos años– aún está considerándolo.