Desde hace algunos días se viene escuchando que Google estaría con todas las intenciones de comprar Dropcam, compañía que comercializa, por USD $150, cámaras de video-vigilancia casera (entiéndase por “casera” como una cámara que no se utiliza en el ámbito profesional) cuya transmisión se visualiza directamente en un teléfono o computador a distancia.
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Hasta ahora, todo nace de un reporte de The Information; más allá de ello, ni Google ni Dropcam han hecho declaraciones ni se han referido públicamente al tema, lo que hace pensar que la negociación se está llevando de manera silenciosa.
Conocida la situación, analistas varios han recordado que hace algún tiempo atrás Google adquirió a Nest Labs, compañía que reinventó artículos tan monocromáticos como los detectores de humo. Haciendo el dos más dos, se asume que Google podría tener interés en entrarle al mundo de los “hogares inteligentes”, y para ello nada tan útil como las cámaras de Dropcam.
Sin embargo, antes de que cualquier acuerdo se materialice tanto Dropcam como Google tendrían que limar algunas asperezas, o en estricto rigor, aclarar y alinear algunas de sus políticas. Forbes sacó a la luz una entrevista del 2013 que el CEO de Dropcam le dio a Xconomy y en la cual hay unos dichos muy interesantes:
Nuestro modelo de negocio es muy directo. Yo creo que si tu modelo de negocio no es así, entonces se convierte en algo potencialmente poco ético, sobre cuando se trata de cosas que son ‘gratis’. Ninguna de nuestros empleados quiere trabajar en algo que funciona de esa forma, porque usar los datos de la gente para generar ingresos y ganancias es como engañar a los usuarios.
Parte de nuestra cultura en Dropcam viene de nuestro modelo. La gente se siente atraída a la idea de hacer un producto y venderlo para obtener ganancias. Y cada vez más las personas empiezan a creer que cualquier otro modelo de negocio es una porquería.
Leyendo lo anterior, es imposible no preguntarse si la posición de Greg Duffy no ha cambiado con el tiempo. Porque de mantener sus principios, entonces no podrían trabajar con Google, una empresa que calza perfectamente con todo lo que el CEO de Dropcam desprecia (o piensa que no es bueno).